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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Drama. Comedia En una zona del sur de Estados Unidos, durante la Gran Depresión las gentes malviven en la pobreza y la marginación. Jeeter es expulsado por no pagar sus deudas e intentará sacar adelante a su familia pero no será fácil. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2009
35 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film muy notable de John Ford (1895-1973), poco conocido e injustamente infravalorado durante muchos años. El guión, de Nunnally Johnson (“Las uvas de la ira”, 1940), adapta la obra de teatro “Tobacco Road” (1933), de Jack Kirkland, versión teatral de la novela del mismo título (1932), de Erskine Caldwell (1903-87). Se rueda en escenarios naturales de Encino (L.A.) y Sherwood Forest (CA), con un presupuesto estimado de 1,9 M USD. Producido por Darryl F. Zanuck para la Fox, se proyecta por primera vez en público, en sesión de preestreno, el 20-II-1941 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en Augusta (Georgia), en una zona concreta conocida como “La ruta del tabaco”, tiempo atrás próspera y dedicada al cultivo del algodón, pero actualmente en decadencia y convertida en lugar de miseria. Jeeter Lester (Grapewin) y su esposa Ada (Patterson) quedan solos tras la marcha de sus dos últimos hijos. Han tenido en común 15 o 16, no lo recuerdan con precisión. Jeeter, de más de 60 años, es un pícaro extravagante, parlanchín y holgazán. Ada, su mujer, es sensata y lúcida, pero está disminuida por la edad.

El film suma drama, comedia y crítica social. El relato está escrito en tono de farsa, presenta numerosos lances de humor y crea abundantes situaciones divertidas. Trata a los personajes con respeto, cariño y ternura. Los hace ingenuos, sencillos y entrañables. Los muestra condenados al hambre, al desahucio, al desamparo. Son incapaces de afrontar y resolver los problemas que les afectan: soledad, carencia de ayudas familiares, enfermedad, etc. La situación de Jeeter y Ada es triste y descorazonadora. Ford lo muestra sin rodeos y sin disimulos, pero sabe extraer lirismo de las palabras, los diálogos, las reacciones personales, la inacción, la singularidad de los caracteres. La farsa, mordaz y crítica, sitúa a las personas como víctimas de la crisis del campo, la Depresión, la marginación, la vejez, el abandono de los hijos. Por ello los personajes, aunque estrafalarios, son a los ojos del espectador dignos de aprecio, afecto y simpatía.

A causa de la censura, resuelve con unos pocos trazos el retrato de la tórrida sexualidad que en la novela acompaña a los personajes que se mueven en torno de la pareja protagonista. El realizador no oculta los hechos, que presenta dibujados con una abundante aportación de sutileza, agudeza y humor. La interpretación es adecuada y correcta en general. La del viejo Jeeter me parece sensacional.

La película tiene puntos de contacto con “Las uvas de la ira”. Las dos se refieren a una misma época, problemas afines, visiones subjetivas de una realidad sobrecogedora, etc. Ambas con el paso del tiempo han ganado prestigio y crédito. El tono de farsa con el que se explica el drama durísimo de la segunda es actualmente aceptado y mucho mejor comprendido que por el público de 1941, abrumado por la inminencia de la entrada del país en la IIGM (7-XII-1941).

(Sigue sin "spoiler")
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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