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Voto de esperanza004:
9
8,1
43.553
Drama
A finales del siglo XIX, el doctor Frederick Treves descubre en un circo a un hombre llamado John Merrick. Se trata de un ciudadano británico con la cabeza monstruosamente deformada, que vive en una situación de constante humillación y sufrimiento al ser exhibido diariamente como una atracción de feria. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que la famosa película de David Lynch, El hombre elefante, es un magnífico largometraje, no solo por su calidad como obra de arte, que no es poca, sino porque además es un filme que consigue traspasar los límites del simple entretenimiento y su temática se adentra en el terreno filosófico, obligando al espectador a formularse preguntas que atañen al comportamiento humano. El verla me hizo recapacitar bastante, su duro argumento me forzó a pensar, a tratar de ir más allá de la mera satisfacción de mi voraz apetito cinematográfico. Cavilé bastante sobre la película y finalmente saqué unas conclusiones que me parecieron suficientemente interesantes como para ponerme a escribir sobre ellas. Estas fueron mis reflexiones:
La película narra la desdichada historia de John Merrick, un hombre víctima de una deformación congénita que le marca de por vida. Su aspecto es tan aterrador y repugnante, que un hombre cruel y despiadado lo utiliza para enriquecerse. Bajo el peyorativo sobrenombre de El hombre elefante, expone a John en su feria ambulante ante un público atónito, que observa con regocijo y morbo al monstruoso ser humano. Por suerte, El Dr. Frederik Treves (Anthony Hopkings) descubre a John y rápidamente se siente interesado por sus peculiaridades anatómicas. Con el único objetivo de estudiarlo médicamente, Treves rescata a Merrick de aquel infierno y le ofrece una nueva vida en el hospital, donde El hombre elefante, con el tiempo y gracias a su infinita gratitud, su ternura y su bondad, pasa de ser un simple experimento médico a ser considerado y tratado como lo que en realidad es: una persona, y además muy querida por los trabajadores del hospital, quienes se encargan de cuidar de él. Allí, en ese hospital, cerca de las enfermeras y de Frederik Treves, John Merryck consigue ser feliz por vez primera en toda su miserable vida.
La película narra la desdichada historia de John Merrick, un hombre víctima de una deformación congénita que le marca de por vida. Su aspecto es tan aterrador y repugnante, que un hombre cruel y despiadado lo utiliza para enriquecerse. Bajo el peyorativo sobrenombre de El hombre elefante, expone a John en su feria ambulante ante un público atónito, que observa con regocijo y morbo al monstruoso ser humano. Por suerte, El Dr. Frederik Treves (Anthony Hopkings) descubre a John y rápidamente se siente interesado por sus peculiaridades anatómicas. Con el único objetivo de estudiarlo médicamente, Treves rescata a Merrick de aquel infierno y le ofrece una nueva vida en el hospital, donde El hombre elefante, con el tiempo y gracias a su infinita gratitud, su ternura y su bondad, pasa de ser un simple experimento médico a ser considerado y tratado como lo que en realidad es: una persona, y además muy querida por los trabajadores del hospital, quienes se encargan de cuidar de él. Allí, en ese hospital, cerca de las enfermeras y de Frederik Treves, John Merryck consigue ser feliz por vez primera en toda su miserable vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al protagonista le pasan distintas cosas a lo largo de la narración, y son varias las vicisitudes a las que se enfrenta, pero la escena que más me interesó, es esa en que una muchedumbre vulgar, ignorante y alcoholizada consigue entrar en la habitación de John, gracias a un ruin y malvado trabajador del hospital, quién, cobrándoles entrada a sus horribles amigos, logra colarlos en la habitación de John sin demasiados problemas. Esas personas mezquinas no desean conocer personalmente a John Merrick; únicamente han oído hablar de su espantoso aspecto físico y pretenden verle para reírse morbosamente de él. Y cuando toda esa gente ebria consigue finalmente contemplar a John, lo maltratan como a una bestia inmunda. Ese es el momento clave de la película, pues el espectador ha llegado a conocer a fondo John Merryck y su aspecto físico, con el que también se ha familiarizado, le es indiferente. Ya sabemos que El hombre elefante es una bellísima persona: es un hombre bueno, sensible, caballeroso e incluso refinado en su modo de pensar. John no es culto porque nunca ha tenido medios, pero sí siente un grandísimo interés por el arte y la lectura. Es decir, John es en realidad un tipo inteligente y notable. Y, a pesar de haber vivido con ese delincuente de la feria ambulante, quién se lucraba a su costa, durante la mayor parte de su vida, y a pesar de haber sido víctima desde su infancia de torturas inhumanas, no es ni vengativo, ni mezquino, ni envidioso. John es un personaje admirable: su profunda su humanidad y su magnanimidad no conocen límites.
Es entonces cuando entendemos el mensaje de la película: Merryck actúa de espejo humano; sólo ven belleza en John aquellos que guardan belleza en su interior. Como, por ejemplo, el médico, Frederik Treves, quien también es una muy buena y noble persona, la primera que confía en John y le da una oportunidad. Por otra parte, la popular actriz que visita a John llega a sentir admiración por él. <<Usted es Romeo>>, <<el teatro es romántico, John Merryck>>, son frases que le dice la bella actriz al hombre deforme, pero de hermoso corazón, cuando ella descubre la vocación artística latente en John. Es decir, sólo las buenas personas saben ignorar la espantosa superficie que tapa la belleza que se esconde debajo. Pero la gente vulgar, mezquina y malvada es incapaz de ver más allá de las apariencias. Por lo tanto, podríamos decir que las apariencias son una molestia que impide ver a los más estúpidos y viles, pero sólo supone una ligera distorsión, como la miopía, para los demás, y la pueden corregir si se aproximan un poco para ver de cerca lo que se esconde realmente tras los estorbos ópticos.
En definitiva, por su gran mensaje, por su buen guión, por sus excelentes interpretaciones y por el inolvidable protagonista de la historia, El hombre elefante constituye, sin duda, una de las grandes experiencias cinematográficas de la historia del cine.
Es entonces cuando entendemos el mensaje de la película: Merryck actúa de espejo humano; sólo ven belleza en John aquellos que guardan belleza en su interior. Como, por ejemplo, el médico, Frederik Treves, quien también es una muy buena y noble persona, la primera que confía en John y le da una oportunidad. Por otra parte, la popular actriz que visita a John llega a sentir admiración por él. <<Usted es Romeo>>, <<el teatro es romántico, John Merryck>>, son frases que le dice la bella actriz al hombre deforme, pero de hermoso corazón, cuando ella descubre la vocación artística latente en John. Es decir, sólo las buenas personas saben ignorar la espantosa superficie que tapa la belleza que se esconde debajo. Pero la gente vulgar, mezquina y malvada es incapaz de ver más allá de las apariencias. Por lo tanto, podríamos decir que las apariencias son una molestia que impide ver a los más estúpidos y viles, pero sólo supone una ligera distorsión, como la miopía, para los demás, y la pueden corregir si se aproximan un poco para ver de cerca lo que se esconde realmente tras los estorbos ópticos.
En definitiva, por su gran mensaje, por su buen guión, por sus excelentes interpretaciones y por el inolvidable protagonista de la historia, El hombre elefante constituye, sin duda, una de las grandes experiencias cinematográficas de la historia del cine.