Como no podría ser de otra manera, se asiste a otra sobrada americanada, aunque en esta ocasión la adaptación del soldado tiene sus puntos positivos, por su actividad en general y por conseguir llevarla a los límites de la vida en algunos momentos, no hay nada que describa bien al terrorismo, ni tampoco es de esas que subraye la maldad o la confianza humana, es una película sin DNA, pero el espectáculo digital es bastante serio al poner sobre la mesa al miedo en la libertad, no es que este superhéroe satisfaga el honor, el valor y el sacrificio, pero la sensación final puede ser superior a la de otras de Marvel.

Se podría haber recurrido con mayor profundidad a la melancolía y la confusión, pero al menos la porquería de la empresa y la puntilla cómica camuflan el mediocre drama que padece la sociedad, la búsqueda de la felicidad incita a la destrucción ciudadana, y toda la desproporción está controlada, la tapadera de muerte es una amenaza firme como para que avance en un persecución interna de nivel 1, el fugitivo se rodea de personajes poco trabajados para cambiar la historia, la purificación nazi de un nuevo orden mundial es llevada a un dilema insignificante pero encuentra la estabilidad que se une a un buen rodaje que se maneja con la verdad en el despliegue de armas.