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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Profunda reflexión sobre el holocausto nuclear de Nagasaki desde el punto de vista de una superviviente y sus cuatro nietos. Entre sonrisas y lágrimas, la abuela recuerda la historia de su familia y de la sociedad japonesa de su tiempo, tratando de llegar a comprender mejor el pasado y el presente. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un pequeño film de tonalidad discursiva pero entrañable por su humanidad en el que Kurosawa se interroga por el eco que puede llegar a tener en las nuevas generaciones las circunstancias que hicieron posible tanta barbarie. Un film intimista cuya poesía entrecortada narra la visita a una anciana de Nagasaki de sus cuatro nietos, enviados por sus padres para pasar con ella las vacaciones estivales. Entretanto los padres viajan a Hawaii para conocer a un hermano de la anciana que reside allí desde los años veinte. También conocen a Clark (Richard Gere), hijo de aquél y próspero empresario que movidos por la codicia intentan estrechar relaciones invitándole a visitar Japón y a la anciana preocupada por el homenaje anual de las víctimas de la bomba atómica del 9 de Agosto de 1945, donde falleció el esposo de la anciana mientras ejercía la docencia.

Más allá de la referencia explícita a la tragedia de Nagasaki, “Rapsodia de Agosto” supone una profunda reflexión pacifista sobre el absurdo de la guerra, cuya conclusión queda recogida en las palabras de la anciana: “Cuando lanzaron la bomba dijeron que el motivo era terminar con la guerra. Pero hoy aún continúa habiendo guerra”. Con esta película sencilla y humilde, puede afirmarse que Kurosawa realiza una aproximación a la tragedia nipona, aproximación que sigue siendo necesaria. Cuando Clark – Richard Gere, budista confeso –, sobrino de la anciana y norteamericano de nacimiento, visita el lugar junto a la anciana y la acompaña al homenaje a las víctimas, el cineasta está haciendo una velada referencia a la necesidad histórica de una petición de perdón por parte de los vencedores que aún hoy sigue pendiente.

Lejos de plantear “Rapsodia en Agosto” como un ajuste de cuentas o como un ejercicio de memoria histórica, Kurosawa expone sus reflexiones acerca de las víctimas inocentes de la guerra – esos “daños colaterales” de todas las guerras –, aún cuando ésta pretenda ser justificada como un acto de defensa de la libertad y la democracia. Los bombardeos sobre cualquier población civil constituyen una negación de la racionalidad, no hay razón alguna que pueda justificar la destrucción indiscriminada de la población civil, incluyendo viviendas, hospitales o escuelas. Pese a la trascendencia del tema planteado, el cineasta japonés elude cualquier asomo de sentimentalismo o de pesimismo existencial. Los nietos de la anciana son jóvenes prototípicos del Japón actual, consiguen conectar con las razones de su abuela para homenajear a las víctimas de Nagasaki, un homenaje extensivo a todas las víctimas de todas las guerras.
Antonio Morales
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