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España España · Pontevedra
Voto de The Quiet Man:
10
Bélico. Drama Primera Guerra Mundial (1914-1918). En 1916, en Francia, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esa misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que ... [+]
26 de octubre de 2011
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Los senderos de la gloria no conducen sino a la tumba”, este verso, perteneciente a un poema de Thomas Gray, inspiró el título de la novela que Humphrey Cobb escribió, con ánimo antibelicista, a partir de los hechos que vivió en el frente durante la Primera Guerra Mundial. Stanley Kubrick se interesó enseguida por la novela, colaborando él mismo en la adaptación cinematográfica. Kirk Douglas, decidió producir directamente la película, ante la negativa de los estudios.

Si bien es una película bélica, el conflicto entre naciones, entre bandos, pasa a un segundo plano ya que es superado por un conflicto más universal, la lucha de clases; de ahí que nunca se muestre al enemigo. Desde el principio Kubrick lo deja bien claro y establece una clara oposición entre oficiales y soldados; así hay que entender el contraste entre el lujoso castillo donde reside el Estado Mayor, y las horribles trincheras, llenas de sangre, barro y muerte, donde se hacina la tropa. Dos mundos separados por diferencias sociales e ideológicas y entre los que no existe la más mínima posibilidad de entendimiento. La perspectiva que adopta Kubrick muestra el enfrentamiento entre oficiales (opresores) y soldados (oprimidos); eso sí, un enfrentamiento larvado, donde los soldados no tienen ninguna posibilidad de mejorar sus miserables condiciones de vida.

Si el Estado surge como necesidad de escapar a la brutalidad de la Ley natural del más fuerte, la guerra, ante la debilidad de éste, nos devuelve a la barbarie. Sin el amparo de las leyes civiles, los derechos humanos y las vidas de sus soldados no tienen valor para los oficiales. En medio de este antagonismo surge el coronel Dax que, poseedor de un innato sentido de la justicia, nos transmite una cierta esperanza en la humanidad. De todas formas Kubrick huye de falsear la realidad y forzar un hipócrita final feliz, desde el principio intuimos el final del juicio. Impotente en su defensa de los acusados, el coronel Dax, pese a su idealismo, vuelve al frente a dirigir a sus hombres hacia una muerte segura. Este final, que nos hace conscientes de la realidad en que vivimos, es el que mejor sentido da al discurso de la película.

La película es esplendorosa en todos los apartados, guión, actores, dirección; destaca lo bien utilizada que está la fotografía en blanco y negro, las luces y las sombras, que logran dar a la película un aire entre expresionista e irreal, sobre todo en las escenas del consejo de guerra, donde la sombra del tribunal se proyecta amenazadora sobre los acusados.

Kubrick se enamoró, durante el rodaje, de la actriz Susanne Christian, su futura esposa.
The Quiet Man
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