De a ratos parece que cierra en su propuesta, en otros se torna excesivamente complicada como para decodificarla en la velocidad que lleva la cinta, hay otros momentos donde las situaciones son ostensiblemente tontonas que causan gracia, hay pasajes en donde pareciera que es un filme serio donde hasta el más mínimo detalle pareciera estar perfectamente pergeñado como para sobresaltar en su desenlace.
En fin, es una cinta bastante confusa en su desarrollo, muchas películas sobre viajes en el tiempo tienen esa problemática de que no “encajan” en todas las alternativas que se despliegan. Y ésta no es la excepción, a mi juicio deja un sabor amargo porque en su frenético ritmo narrativo no se llega a procesar bien si los datos explayados en el relato encuadran para que el filme sea tan perfecto como quieren hacernos creer sus realizadores.
No es una cinta que caiga en el ridículo, se mantiene la expectativa hasta el final para poder elucidar su conflicto, pero no es una película para verla una vez y decir que todo te ha cerrado. Obliga a un segundo visionado, pero por el sólo hecho del beneficio de la duda y por ser una opción española que se anima a adentrarse en el complejo mundo de los viajes en el tiempo merece ser vista. Y lo merece porque a pesar de tener algunas fisuras en la narración con alternativas alejadas de la lógica, se nota que se la han pensado bastante como para dar por resultado un guión que obligue al espectador a pensar… y ello al menos es positivo porque te deja con la duda, atando cabos y tratando de ordenar las circunstancias donde se entremezclan el pasado-presente-futuro.
Sin ser efectiva porque falla en que es demasiado confusa para disfrutarla en primera instancia, es una opción aceptable porque tiene elaboración y se nota que se ha trabajado en uno de los elementos más primordiales de una obra cinematográfica: su argumento.