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Voto de Lucas Liz:
7
Comedia. Drama Philippe, un aristócrata millonario que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco ... [+]
22 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intocable es el dolor, el sufrimiento, la impotencia del que ni siquiera puede tocar... Intocable es la alegría, el humor, la sensación de tener ganas de reír. ¿Qué ambas cosas se toquen en esta "comedia", que huye del drama y se queda en la trivialidad de la superficie, no sé si nos acaba de gustar?
Intocables son las ganas de vivir del que sufre, su tesón, su fortaleza, su valentía, que se ría uno de sí mismo, de su situación... pero crean si les decimos que albergamos millones de dudas sobre la legitimidad de las risas y de las carcajadas externas. Incluso de la moralidad y la banalidad de las mismas. En ello nos debatimos.
Hecha esta reflexión, la cual nos era del todo necesaria, pasemos a hablar de cine. Lo que en principio y desde fuera podría hacer pensar en un drama, se convierte en una comedia. Sí señoras y señores, en una comedia pura y dura, en la que gran parte del anfiteatro no para de soltar carcajada tras carcajada (incluidas las nuestras), a pesar de la situación realmente dura que se está describiendo. Ahí es dónde nos preguntamos si vale todo. Pero la verdad es que el guión y la forma en la que la cinta está concebida, nos evita aproximarnos en exceso a la problemática concreta de Philippe, a su sufrimiento y a la impotencia que ésta le acarrea, haciendo énfasis en "la visión positiva"; en cómo Philippe es capaz de reírse de sí mismo y de su situación, y cómo las ganas de vivir y ciertas pasiones le siguen haciendo querer avanzar y avanzar, más aún cuando conoce a Driss. La historia, y la forma de contarla, huye de esa vertiente dolorosa y sufrida (evitando la lágrima fácil), pero en ocasiones raya que se ridiculice el problema... Más tranquilo nos deja el hecho de que las personas reales, las de carne y hueso que lo vivieron, hayan colaborado en el proyecto...
Dos mundos completamente opuestos en todo se acercan, conviven, se estrechan y se entrelazan. Algo que fue real y que queda fielmente plasmado en el film, conseguido, sin duda, por la buena química entre los dos protagonistas de la cinta, François Cluzet y Omar Sy.
Las dos interpretaciones protagonistas son de notable y la buena relación entre ellos es un éxito, cuyo resultado queda demostrado en la pantalla. Unido ello, otro elemento primoroso es la música, y sobre todo en la recta final de la película. Les recomendamos el corte "Una Mattina". Maravillosa BSO. Grandioso Ludovico Einaudi.
Lucas Liz
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