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Nueva Zelanda Nueva Zelanda · Jaen
Voto de capacitivo:
7
Drama Relato ambientado en la tristemente famosa cárcel de Carandiru, en Sao Paulo, donde, en 1992, la policía redujo de forma violentísima una revuelta masacrando a más de cien presos que estaban desarmados. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la demolición de la prisión de Carandiru, los sucesos acaecidos el 2 de octubre de 1992 pasarían tarde o temprano al olvido pero gracias a una de las cosas que hace grande al cine, el olvido nunca llegará.

El cine, debido a su capacidad de dramatización y a la imposibilidad de desaparecer, siempre nos recordará los sucesos que nos han hecho avergonzarnos de ser humanos.Esta matanza y el modo de amontonar a gente en cárceles no será menos.

Gracias a esta película he podido ver como se vive en cárceles del tercer mundo, como los hombres son encerrados sin las mínimas normas de salubridad e higiene donde la ley del más fuerte es la que impera. El sexo y la droga son el pan de cada día, y ni los que violan son tan malos ni los violados tan buenos, todos tienen su momento y de eso nadie se libra.

"Carandiru" se aleja de todos los estereotipos creados por la industria americana mostrándonos una cárcel más humana e inhumana al mismo tiempo. Una prisión llena de matices grises, en donde hasta el más malo puede ser bueno y viceversa.

No es sólo un filme sobre el levantamiento y su reducción por la fuerza, es mucho más.

La historia nos atrapa pronto ante la crudeza de las palabras de los prisioneros. A través de pequeños flashbacks podrás entender y empatizar más con ellos. Todo hasta el tramo final es correcto, y el realismo es aplastante.

Lo peor del filme ocurre justo cuando la tensión y el suspense eran mayores. El director tenía todo de cara, pero con la intención de alargar y dramatizar unos sucesos que duraron pocos minutos, mete frases de "supervivientes" contando sus pensamientos mientras veían la matanza. Es un formato de documental que no pinta nada, ni siquiera eran los verdaderos presos sino los actores, o sea que se veía superficial e innecesario. Para mí gusto un error grave, que corta el ritmo pero que tampoco enrarece el resultado final siendo casi igual de efectivo.
capacitivo
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