Once (Una vez)

He visto la película por recomendación y tras tan buenas críticas decidí verla, pero me he llevado una gran decepción.

Se me ha hecho larga y aburrida, me gusta la música pero no se puede hacer una película sólo con eso, en mi opinión claro está.

La historia entre los personajes no da nada, no me inspiró ningún sentimiento, y eso creo que fue el fallo para que se me hiciese eterna la "historia".

Me gustan las películas lentas, pero si tienen una buena historia, y en mi opinión Once no la tiene.

Como anécdota contar que en una escena de "El juego del amor" aparece la canción principal de esta película.

Ya dije con "Bailar en la oscuridad" que no me gustan los musicales, aunque esta no se pueda considerar como un musical al uso; la veo más como la versión soft de "Nine songs"; pero por lo menos la de von Trier me llegó con la historia y las canciones tenían un peso muy alto en lo que se contaba. Al igual que en aquella, la grabación es cámara en mano pero, por o menos, las escenas estaban controladas. Por muy "indie" que sea, no tiene que ser muy difícil sacar a la gente que hay en la puerta de la tienda de pilas antes de empezar a rodar; soló faltó que una de las niñas saludara a cámara.

Dos personas muy diferentes entre sí, pero unidas por una corriente de simpatía mutua y un amor incondicional a la música, se encuentran en una calle céntrica de Dublín. Un punto de partida interesante, que da paso a una historia bonita y emocionante. La película está dirigida por John Carney, del que recomiendo la muy estimable "On the edge".

Personajes reales muy bien interpretados por la pareja protagonista, una historia simple pero muy emotiva, con un final sensible y valiente, que hace que, al menos a mí, se me ponga un nudo en la garganta.

Muy recomendable para fans de la música, historias de amor no sensibleras y empalagosas y todos aquellos que disfruten con el buen cine.

Lo mejor: La puesta en escena y la química entre la pareja protagonista.
Lo peor: Que alguien piense en un remake. La canción que se repite una y otra vez (sí, lo sé)

Al salir de la sala de proyección, en la caras de casi todos los que estábamos allí vi una expresión de tranquilidad, de calma, de buen ambiente que me resultó gratificante.

Como ya han dicho muchos, una película sencilla, que te lleva de viaje a Dublín, y siempre con buena música, aunque no se pueda clasificar como un musical al uso, sino como una película en la que la música es uno de los hilos que teje las costuras de la historia, confeccionando una deliciosa banda sonora.

Hay a quien se le puede hacer pesado, pero eso es si no te gusta la música. Personalmente, hubo algún momento en el que me había parecido perder la noción del tiempo y no sabía si la película estaba durando mucho o poco, pero me dio igual, lo estaba pasando bien, siempre con una sonrisa, viendo a este irlandés y a esta checa contarnos un trozo de su vida con las canciones que escriben.

Una historia intimista que en la charla posterior a la misma, nos ha recordado, por la sencillez de sus pretensiones y la satisfacción encontrada, a la conocida "Antes de que amanezca".

Buscaré la banda sonora.


PD:Vedla en versión original, porque he visto el tráiler doblado, y no es lo mismo, sobre todo por las canciones, ya que escuchar al mismo personaje con dos voces distintas (la del doblador y la del cantante) puede quitarle continuidad.

En un año en el que, producciones tan comentadas y premiadas como "No es país para viejos" o "There will be blood", me han defraudado profundamente, llega esta pequeña joya irlandesa, de la que nadie ha oido hablar, que casi nadie ha visto, y... Llega. Hasta el corazón.

Destaco tres momentos de la película:

Cuando él está tocando y cantando en la calle, frente a una audiencia cero, y se deja la piel, como si estuviera actuando en un concierto ante un gran público. Luego llega ella y le da diez centimos.

Cuando los dos entran en la tienda de música y tocan por primera vez juntos una canción de él.

Y cuando él le regala el piano, y ella lo toca, junto con su familia y los vecinos, mirando hacia una ventana que ha quedado abierta.