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Guerra Mundial Z

Acción. Ciencia ficción. Thriller. Terror Cuando el mundo comienza a ser invadido por una legión de muertos vivientes, Gerry Lane (Brad Pitt), un experto investigador de las Naciones Unidas, intentará evitar el fin de la civilización en una carrera contra el tiempo y el destino. La destrucción a la que se ve sometida la raza humana lo lleva a recorrer el mundo entero buscando la solución para frenar esa horrible epidemia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 416
Críticas ordenadas por utilidad
3 de agosto de 2013
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Hace apenas unas semanas me referí a Star Treck: En la oscuridad como la primera entrega de una serie de bokbusters veraniegos sorprendentemente prometedora. Y es que como entredije, esta vez no nos encontramos ante un conjunto de superproducciones hollywoodienses que entienden el producto comercial como un objeto desalmado y exclusivamente destinado a vender millones; sino que lo que tenemos ante nosotros es un conjunto de películas cuidadosamente escogidas por sus directores en las que la autoría prevalece por encima del reconocible sello del cine palomitero. Y si en el caso del film de J.J. Abrams hablamos de un trabajo que poseía una sorprendente capacidad para aunar comercialidad y buen perfil de personajes, en el caso de Guerra Mundial Z nos encontramos ante una película que, a pesar de no ser perfecta, logra mantener al espectador pegado a la pantalla lanzándolo ágilmente y sin pausa de un conflicto a otro, evitando de este modo todo tipo de recreación o monotonía.

Vaya por delante, el último trabajo de Marc Foster dista mucho de ser una película profunda o de personajes elaborados. De hecho, en ciertos momentos incluso desprende cierta aroma a moralina familiar americana almibarada, algo que sin duda para algunos resultará insoportable (algo comprensible). Pero sorprendentemente, nada de ello impide que aún así se trate de una película endiabladamente entretenida e incluso hasta cierto punto innovadora. Entonces, ¿donde radica el interés de una película nada profunda y de moralina almibarada que ni siquiera posee personajes elaborados? Pues, en realidad, lo primero con que se gana el respeto el título que nos ocupa es su autoconciencia. Es decir, Guerra Mundial Z jamás toma en serio su propio discurso ni pretende engañar al público inchando a sus personajes de falsa profundidad (a diferencia de títulos como Piratas del Caribe, Crepúsculo, Las aventuras de Tintín y compañía). Precisamente, el mérito del nuevo trabajo del director de Descubriendo nunca jamás se encuentra en la valentía con que éste asume el reto de convertir una “película ce zombies” en un blokbuster comercial, jugando elegantemente con las armas del subgénero.

Es cierto, los personajes de Guerra Mundial Z no son nada profundos; pero si están muy bien perfilados y reaccionan ante los conflictos de forma consecuente y (sobre todo) creíble (recordemos, por ejemplo, la forma instintiva con que actúa Jerry Lane (Brad Pitt) durante el inesperado conflicto del atajo de tráfico inicial; o la rápida reacción del mismo ante el incidente del avión – reacción muy semejante a la que probablemente tendría cualquier ser humano no perteneciente a una película hollywoodiense contemporánea- ). Dicho de otro modo, hablamos de una película cuyos personajes no son estúpidos. Y por lo que respecta a la falta de profundidad del argumento, lo que Marc Foster plantea es un film de entretenimiento suficientemente valiente como para atreverse a admitir su objetivo (lo dicho: entretener) sin falsas reflexiones existenciales o giros dramáticos inesperados. Y sin duda logra lo que pretende de forma tan elegante como sincera y sin rozar el ridículo en ningún momento.

Como ya entredije más arriba, Guerra Mundial Z es innegablemente una película trepidante de inicio a fin. De hecho, da la sensación de que el director que hace cinco años fuera abucheado por el mediocre (aunque en mi opinión infravalorado) resultado de Quantum of Solace demuestra haber aprendido de sus errores convirtiendo el exageradamente frenético tempo del film bondiano en un dinámico pero relajado devenir de conflictos en el film que nos ocupa. Y lo bueno es que tan dinámico resulta el fluir de los acontecimientos como imprevisibles son los caminos por los que estos nos conducen. Algo que, sumado a un buen uso de la infografía (que, lejos de lo que los trailers parecían pronosticar, en ningún momento ensombrece la trayectoria del argumento) despeja de artificios innecesarios el escenario permitiendo identificar la elegante mano de Marc Foster, que guía respetuosamente a su público por los nuevos caminos del terreno comercial.

http://cinemaspotting.net/2013/08/03/guerra-mundial-z-segundo-blockbuster-veraniego-2/
Martí
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3 de agosto de 2013
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A tenor del mal rodaje que tuvo esta película, según algunas informaciones leídas en internet y en algunas revistas especializadas, además del mal rollo entre Pitt y el director, el volver a rodar bastante material, ya que el pase previo no dio el resultado esperado, le ha salido algo bastante decente al director Marc Forster. Partiendo de una novela, y que liego han hecho lo que han querido. Sí, el personaje de Brad PItt no existe en la novela, es una mezcla de varios personajes de la misma. No deberían haber puesto lo de "Basada en la novela..." sino "Inspirada..." Esto es de lo que se trata. De adaptación tiene muy poco. De todos modos, lo que comento, se puede dar con un buen canto en los dientes. Un novato con el tema zombies, pero que lo ha sabido resolver con destreza y manteniendo los momentos de tensión durante toda la cinta. Brad Pitt interpretas a un padre de familia entregado, quiere a su esposa y a sus dos hijas. Un buen día, el caos de apodera del mundo, y aquello se parece a The Walking Dead. Sí, es verdad, está película no inventa nada nuevo, los zombies son un tema algo viejo, pero el caso es que tiene algún que otro parecido con película como El Día de los Muertos o El Amanecer de los Muertos, o de la famosa serie The Walking Dead. Esos muertos andantes tiene un look parecido a los de la serie.
Pitt llega a convertirse en héroe de acción, a lo John McClane o a Jack Bauer, en vez de 24 horas atrapando malos, aquí tenemos al actor slvando o intentando salvar al mundo de una mega epidemia de proporciones bíblicas en la que alguna cosa está infectando a las personas. El tío es un crack. La secuencia que vemos en el trailer, la del avión, es para flipar, y cuando la veáis alucinaréis como la terminan, aquello parece un episodio de Perdidos. Ahora que lo pienso, las reescrituras del guión están a cargo de Damon Lindelof y Drew Goddard, amiguitos de J.J. Abrams, el primero fue productor ejecutivo y guionista de Perdidos, así que todo cuadra.
La verdad es que tanta negatividad leída antes de entrar a la sala ayuda, ya que una vez terminada te das cuenta de que no está tan mal. Es una fantasmada, sí, pero me ha parecido entretenida, interesante y no se me ha hecho nada pesada. Ni corta ni larga, un metraje perfecto.
La acción ya atrapa desde bien entrada la película. El reparto con Pitt en la cabeza está bien. Junto a él tenemos, por ejemplo, a Mireille Enos como su esposa, al joven James Badge Dale (un personaje que debería haber tenido más diálogo, como si hubiera recortado sus minutos), al igual que el papel de David Morse que parece como si fuera un mero cameo, la desconocida actriz (para mí) Daniella Kertesz que destaca mucho más en el tramo final y David Andrews (que diría lo mismo que al personaje de Dale, hay momentos en el trailer de él que no salen en el film). Me ha parecido ver a Matthew Fox, el Jack Sheppard de la serie Perdidos, pililando por allí, más bien sería un cameo, aunque sale en los créditos finales.
La banda sonora a cargo del notable Marco Beltrami (reconocido compositor de la película Scream, y más recientemente, Lobezno Inmortal, La Jungla 5: Un buen día para morir y Memorias de un zombie adolescente) logra causar tensión, emocion y suspense al espectador, al menos en mi caso, con lo que está viendo. Además, se pueden escuchar al menos dos canciones del grupo Muse, Follow Me y The 2nd Law: Isolated System. No soy fan del grupo, pero no están mal.
Y termino mi parrafada con ese final de la película, un final que no me ha disgustado en absoluto, no mencionaré nada, pero me ha parecido muy bonito, algo familiar. Es la guinda de este pastel pesadillesco llevado a buen puerto.
josep
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4 de agosto de 2013
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Ante todo, y como se lee en la "Fotogramas" de este mes (momentos de debilidad así son lo que, en último término, nos hace humanos), "Guerra Mundial Z" da lo que promete. Me explico: se trata de una película de zombies rabiosamente divertida, sin más. Que no es poco. Me explico de nuevo: la cacareada "The Walking Dead", por ejemplo, es una serie de zombies mortalmente aburrida. O sea, que agradezcamos a Marc Foster su respeto por el género y por las demandas del cliente.
Si bien es cierto que se parece a la novela en la que pretende basarse lo que un huevo a una castaña, "Guerra Mundial Z" es una cinta con vuelo propio que satisface plenamente las necesidades adrenalínicas de la sesión golfa de un sábado de "ferragosto". En cualquier caso, la estupenda novela de Max Brooks, polifónica, fragmentaria, y sin un héroe con el que empatizar e identificarse, hubiera resultado prácticamente imposible de verter tal cual al celuloide. Quedan, eso sí, la variedad de escenarios -Nueva York, Corea del Sur, Jerusalén, Cardiff-, y unos aterradores zetas más rápidos que el equipo jamaicano de doscientos metros lisos.
La primera media hora de "Guerra Mundial Z" constituye un "crescendo" antológico en el que Marc Foster manifiesta un dominio muy notable de los tiempos, y que amarrará al sudoroso espectador a su butaca hasta ese prescindible discursito humanístico-mongoloide final, las meninges de cuyo perpetrador bien hubieran valido como pienso para zombies. Hasta entonces, acción desatada y un Brad Pitt tan ocupado en sobrevivir que no tiene tiempo de fruncir su, cada vez más cuarteado- pero quien pillara esos cincuenta-, ceño introspectivo, ni de quitarse la camiseta, cosas ambas que, junto a la insalubre jarana caníbal que se nos ha venido sirviendo durante cerca de dos felices horas, son muy de agradecer.
Carorpar
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5 de agosto de 2013
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Antes de estrenarse 'Guerra Mundial Z', la duda era si esta película iba a hacerse un hueco entre el subgénero zombie que ya cuenta con algunas películas de prestigio como 'La noche de los muertos vivientes', 'Zombie, el amanecer de los muertos vivientes' y su remake 'Amanecer de los muertos' o '28 días después'. Y si una superestrella como Brad Pitt vería recompensada su apuesta (él es productor de la cinta) en este blockbuster de los no-muertos (cosa difícil ver a Brad Pitt en un blockbuster).

Pues bien, se puede decir que el otro miembro de "Brangelina" ha superado el examen con buena nota. Salvo la introducción que llega a 5 minutos o un poco más, el resto de metraje es pura tensión y algún susto; vamos, que va al grano casi desde los créditos iniciales. Y es que es mejor así que hacer escenas vacías sin chicha ni 'limoná'. Brad Pitt y el resto del reparto sufrirán de lo lindo para salvarse o encontrar una solución a la pandemia. Escenas como la primera escena de tensión en Philadelphia o la del edificio científico de la ONU son una prueba palpable de que vas a encontrar como soltar adrenalina sin moverte del asiento. Por no hablar del tramo del avión comercial en Israel que eso es demencial.

Por otro lado está el personaje de Brad Pitt que lleva el peso de la trama. Su personaje es la versión humilde de Chuck Norris. Esto no quita para que esa exhibición de "porque yo lo valgo" no pasen a ser fantasmadas y sean, por el contrario, unas escenas donde aporta una tensión casi irrespirable y te preguntes como va a salir de esto o aquello. Sí, algunos dirán que se luce y que son fantasmadas, sin embargo, desde mi punto de vista, son actos de valentía que quedan bien en la película.

Lo mejor de la película es que, como ya he dicho, casi desde el principio hay tensión y sustos, ayudándo mucho a que la película no caiga en un letargo del que sería difícil de salir por su duración, menos de 2 horas. Además, no creo que ningún tramo de la película cojee excesivamente con respecto al resto. Todos aportan algo, desde el asfixiante tramo de Filadelfia, el peligro de Newark o el avión comercial en Israel. En resumen, es un bloque compacto.
Por otro lado, me ha encantado la música. No soy fan de Muse, aunque me gustan algunas canciones como 'Apocalypse please' o 'Time is running out', por lo que no sé diferenciar las partes de Matt Bellamy de las de Marco Beltrami, el compositor de la película, pero da lo mismo cuando toda la música suena genial siendo recomendable oír su banda sonora por separado.

Lo peor son la aparición testimonial de algunos actores secundarios que pasan en un visto y no visto. Les salva que aportan algo para que la trama siga su curso, como David Morse o James Badge Dale, porque si no diría que aparecen por amor al cheque. Y algunas muertes ridículas que me hacían casi llevarme las manos a la cabeza como ya veréis si le dáis una oportunidad a esta cinta.

Al final de la película queda la sensación de haber sentido emociones fuertes y ver una película bien hecha y muy, muy llevadera, además de una delicia para los oídos con su banda sonora. No es la panacea del cine zombie (es más, la vi más como un drama de catástrofes que como una película del sub-género por aquello de dar prioridad al tema del virus y encontrar la cura que preocuparse de como hacer frente a los no-muertos y atrincherarse en algún sitio para no ser uno de ellos), pero hay buena base para una secuela que puede venir.

7.5
Michael Myers
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5 de agosto de 2013
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Otro de los grandes estrenos del verano que se desinfla, tras 'El Hombre de acero y Star Trek: En la oscuridad' queda demostrado que el denominador común es sacrificar buenas ideas en pos de la espectacularidad para conseguir el deseado el rendimiento en taquiilla, no desarrollar siquiera bocetos de argumentos, huir de la profundidad para alcanzar el tope de audiencia porque hay que justificar presupuesto milonarios y sacer beneficios pingües. Tibia, muy tibia resulta la propuesta de Marc Foster y Brad Pitt en un género en el que una de las reglas es remover el estómago un poquito, como esas vísceras que salen de un cuerpo asesiado por zombies hambrinetos de carne y sangre. Esta es una película muy limpia, muy light, con unos zombies superveloces, eso sí, que se amontonan en una riada para superar los obstáculos que le pone el hombre y esto, precisamente, es lo más destacable de la película además de la carita de amargura de Brad Pitt. Tripas ausentes, todo el miedo que pueden producir una invasión de zombies se desvanece tras la sopresa de averiguar que hay una segunda clase de caminantes que se mueven y atacan como leopardos pero que se convierten en torpes despistados en la cercanía, que olisquean haciendo muecas y producen risa. Discúpenme si he destripado la película con esta crítica pero visceras tenía que haber por algún lado y a mi alma de zombie esta presa fácil de película había que incarle el diente. Y esto ha sido como el menú royal de cualquier cadena de hamburguesas, llena pero no alimenta, para saciar el hambre en la sequía del verano.
moriarty
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