Ira de Titanes

Como furia de titanes, mala crítica pero muy taquillera. Si te aburres y no sabes qué película ver tienes motivos para ver ésta, pero sino no.

Efectos especiales es lo único de lo que se puede hablar bien, así como el 3D, el cual en algunos momentos de la película es necesario para vivirla mejor, pero en algunos tramos es muy intenso y en otros no sirve para nada o directamente ni se aprecia. Menos acción que su predecesora, pero con detalles más intensos, como por ejemplo los golpes y mazazos.

Quizás su asignatura pendiente es sin duda el uso de la cámara, admiro que quieran detallar escrupulosamente los efectos y quieran que te sientas como Perseo, pero en momentos de terremotos, movimientos bruscos, peleas y demás, no puedes "flipar" con lo que pasa porque no lo puedes ver.

En mi opinón una película que defrauda al amante de este género (como es mi caso) pero que tan poco puedes quedarte sin verla si te gustó furia de titanes.

La película podría haber sido algo más si se hubieran molestado en profundizar más en la existencia de los dioses, que en crear cuatro monstruitos de tres al cuarto. Pienso que es pasable por las nociones de acción, pero las cuales no llegan a la épica que narraban los antiguos griegos. Si dejaran de pensar en llenarse los bolsillos y buscaran ganar una película legendaria, tal vezz tendríamos ante nosotros la película del año. Material hay para conseguirlo, pero creo que ganas no. La recomiendo para ver por alquiler, pero no hiria la cine para gastarme seis euros en ver esto.

Esto ni es mitología ni nada, amigos.

Sabedores de que la primera entrega no era más que ruido y furia (guiño, guiño), los responsables de la secuela se entregan a una videojuego no interactivo mitológico (uséase: una suerte de "God Of War" bastardo o similar) repleto de bichejos CGI y escenarios más propios de una consola (esos templos que se mueven cual juego de plataformas, configurando uan tontuna hueca carente de cohesión más allá de algunos amagos pseudoshakespereanos de manual, McGuffins rotos (más manual), traiciones varias y estructuras monomíticas.

Y no: eso de padres/hijos y hermanos que se reconcilian no basta para que el film tenga un tema.

Por suerte, en un alarde de sentido común, los creadores de este largo han decidido que no dura ni hora y media. Lo cual se agradece en esta era de blockbusters de tres horas.

Pero es el mismo perro con distinto collar.

El mismo que llevamos viendo desde "La moia" sommeriana, las nuevas guerras lucasianas...

Poca cosa.

Louis Leterrier y Jonathan Liebesman actúan como dioses, lo que el primero nos da, el segundo nos lo quita; el primero nos da acción y entretenimiento, mientras el segundo siembra el caos. Ofrecer grandes efectos especiales no significa ofrecer un gran espectáculo, y en este caso la única ira que hay es la del espectador, que ve como esta película no es la secuela que se podía esperar, es un fiasco titánico. Liebesman destruye el mito y lo convierte casi en parodia, ha creado un engendro, una criatura monstruosa que debería haber sido destruida por el poderoso rayo de Zeus.

En definitiva, una mala historia que hace que la película sea una ruina. Sin sacrificio no hay gloria, y sin las ofrendas necesarios, ni el director y el guión adecuados no nos encontramos mas que una mala película que jamás entrará en el Olimpo del séptimo arte.

Hacer un guion con semejantes personajes se me antoja una idea imposible para el septimo arte pues ,como todas las peliculas del mundo helenista o biblico , que viene a ser lo mismo , ya tienen creado un perfil claro de los personajes .
Asi la pelicula resulta una amalgama de bodrios de caracterizaciones que pueden servir para hacer cientos de peliculas sin salir del plato , y sin tener nada que ver con el mundo mitologico. Asi el publico se crea ideas paranoicas de obras estupendas .
Nada que ver con Star Wars , por ejemplo .
Mejor no verla , y los jovenes menos.