Haz click aquí para copiar la URL

La guerra de los Rose

Comedia La desintegración de un matrimonio perfecto, tan modélico que resultan insultantes sus vidas tan cómodas como vacías, se produce cuando la esposa, madre y ama de casa perfecta, con una eficaz y oronda sirvienta alemana que completa el cuadro familiar, cae en la cuenta de que desea algo más: recobrar su propia identidad. (FILMAFFINITY)
<< 1 4 5 6 7 8 >>
Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
15 de mayo de 2007
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le cuesta arrancar a este film de DeVito, pero cuando llega lo bueno, en la segunda parte de la película, la sonrisa del espectador está garantizada. Sobre todo, destacaría el buen trabajo de los actores. Echo en falta un poco más de mordiente, de sutileza (hay momentos verdaderamente exagerados que no son creíbles), de acidez, que le hubieran dado más consistencia al film, y, por encima de todo, me hubiera ahorrado la moraleja final, que desvirtúa todo lo que la película ofrece. De todas formas, el buen rato no se lo quita nadie. Divertida, pero, con un poco de inteligencia, lo podría haber sido más.
juanantlopez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de abril de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia atractiva. La más interesante que puede proponer un film o una obra literaria. La que nos cuenta acerca de la relación entre un hombre y una mujer. En esta peli dirigida por Danny de Vito se colmarán con creces las expectativas de todo aquel que como yo disfruta de las delicias y amarguras, dichas y avatares que se van sucediendo en el transcurso de una vida matrimonial. Extraordinaria interpretación de Michael Douglas y Katleen Turner (pareja cinematográfica de antología). En sus expresiones se verán reflejadas sino todas, al menos los sentimientos más trascendentes que impregnan e importan al ser humano: amor, deseo, pasión, desapego, rabia, envidia, obsesión, ironía, sarcasmo, desprecio, rencor, el paso no muy largo del idilio al infierno. La mano de Danny en el manejo de luces, cámaras desde diferentes perspectivas, puesta en escena, ritmo sostenido e innovador del film debe calificarse de magnífica, un “capo laboro”. Katleen en la cima de su belleza y sensualidad arrasadora dota a su personaje de credibilidad y fuerza logrando que uno se enamore a primeva vista de ella para luego temerle. En cuanto a Michael, de quien he seguido mucho su carrera, creo que es esta su mejor interpretación. Su personaje es exigente, muy físico , le impele oscilar entre la comedia y el drama, cual la vida misma, con sus sorpresas e imprevistos. Hay dos escenas en las que demuestra lo grandioso actor que es. Vean su cara cuando su esposa busca a su mascota y su cara y tono de voz cuando él pregunta por la suya. No les digo más, solo espero haberlos convencido a que vean maravillosa película.
wilfredo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de coincidir en “Tras el corazón verde” y su secuela, estos tres amiguetes se volvieron a reunir en esta comedia (que a veces intenta disfrazarse de drama) sobre la degradación más extrema del amor al odio.
Michael Douglas ofrece momentos divertidos mientras que Kathleen Turner está genial cuando su personaje saca su cara más malvada. DeVito es el árbitro en la sombra de esta contienda, y aunque no le pegue mucho, hace el papel más serio de los tres protagonistas principales.
La película es entretenida y en ciertos momentos hasta graciosa. No se puede tomar en serio ni cuando lo pretende, ya que esta guerra matrimonial es bastante exagerada. Además, todo empieza sin motivo aparente, con lo cual nadie puede creerse que se llegue a formar semejante zapatiesta.
Viendo este film, no parece que sea muy buena idea pasar por el altar.
i42poloj
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El matrimonio es la muerte de la esperanza", señalaba muy acertado el personaje de Tony Roberts en "La Comedia Sexual de una Noche de Vereano", y a fe que no se le discute tras escuchar con atención a Gavin D'Amato relatándonos la que posiblemente sea la historia de desamor más grande jamás contada...

"The War of the Roses", que nada se emparenta con la guerra de igual nombre entre la casa de York y la de Lancaster a finales del siglo XV (y cuyo final es infinitamente más sangriento y amargo), fue la primera novela escrita en 1.981 por el eminente reportero, corresponsal y prolífico autor Warren Adler, y supone un ataque sin concesiones y a la yugular a la sagrada institución del matrimonio tan legitimada por las bases del "American way of life" en la era presidencial de Reagan: el marido y la esposa sosteniendo el pilar de una familia pura, educada y políticamente correcta. Y si además se le añadía una tremenda relación amorosa detrás pues mejor.
Sin embargo no todo tenía por qué ser así. El ejemplo de Jonathan y Barbara Rose constituye la apostasía más radical de esa absurda creencia...y es que las cenas a la luz de las velas, las caricias, el "sí, quiero", la paternidad y el mantenimiento de la unidad bajo el mismo techo a veces no entraña felicidad alguna, a veces esos años de juventud, un bonito sueño cargado de promesas, no eran más que la crónica de una muerte anunciada. Lo que fue amor ya no lo es, y en vista de este vacío el ser humano tiende a marcar su territorio y a mimetizarse con él dejando los sentimientos abandonados en algún rincón oscuro; sólo queda la avidez por lo material.

El muy inteligente Danny DeVito decidió llevar al cine la agria novela de Adler reuniendo al dúo Michael Douglas/Kathleen Turner, con el cual ya había colaborado y tan infalible había demostrado ser como reclamo en taquilla en la aventuresca "Tras el Corazón Verde" y su secuela; sin duda este pequeño actor y cineasta fue el indicado para plasmar en imágenes el texto con todo el sutil e incisivo humor negro que le caracterizaba (y al que tan buen uso dio en "Ruthless People" o en su debut a la dirección "Tira a Mamá del Tren"), partiendo del guión del televisivo Michael Leeson.
Tan inteligente es DeVito que se reserva un gran personaje, el del abogado y amigo del protagonista, Gavin (muy distinto a como es en el libro), haciendo las veces de narrador, cáustico consejero y trobador de esta gran epopeya de desamor cual Bill Cole en "Los Blandings ya tienen Casa": "Si un hombre que cobra 450 dólares la hora quiere contarle algo gratis...le interesa escuchar", y vaya si nos interesa, al igual que el anónimo cliente, en cuya piel nos ponemos. En efecto Oliver (que no Jonathan) y Barbara (nombre a la altura de su personaje) son los héroes de la historia, dos jóvenes desconocidos y llenos de vitalidad que acaban enamorándose perdidamente en un precioso escenario lluvioso de Nantucket.

Homólogos algo más crecidos de los Oliver y Jenny de "Love Story" o de los Kinichi y Akiko de "Besos"; una conversación improvisada, un beso de despedida y una escena de cama bañada por la luz de una preciosa puesta de Sol a través del ventanal: el director esboza un bonito inicio que despide aroma de cine romántico clásico y empalagoso, pero su D'Amato nos baja de las nubes de un plumazo mientras los protagonistas siguen en ellas con la cortante "Suena a cuento de hadas, ¿verdad?...y lo fue". Sólo llevamos un cuarto de hora y sí, demasiado perfecto estaba siendo todo, señal inequívoca de un drástico giro de acontecimientos.
Hacen su entrada, entonces, los enemigos naturales del amor romántico e ideal: la ambición, el ansia de poder y la ascensión social. La incomodidad, lenta pero invasiva, empieza a viciar la atmósfera, las miradas cortan el aire como estrellas shuriken, la calidez del hogar se está congelando, los dos preciosos niños son bolas de sebo y los rostros de los casados revelan ya sus primeras arrugas de insatisfacción. Aun mudándose todos a un nuevo escenario donde proseguir con el idilio familiar, Leeson y DeVito no permiten el menor atisbo de una auténtica felicidad, habida cuenta de que todo lo relacionado con la época dichosa de Oliver y Barbara se ha despachado en poco más de 20 minutos.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Puede que ni siquiera Nicholson y Duvall llegasen al grado de mala uva y locura al que sucumben unos soberbios Michael Douglas y Kathleen Turner, de algún modo repitiendo (mucho más locos y enervantes) a los Dan y Matty de "Atracción Fatal" y "Fuego en el Cuerpo". DeVito les secunda con su particular sentido del humor y así Marianne Sägebrecht, Heather Fairfield, un Sean Astin aún imberbe y un también joven Dan Castellaneta atendiendo en silencio a este crudo relato de bajas pasiones, ambigüedad moral y ácido humor que arrasaría la taquilla a finales de aquel 1.989 y que dejó momentos realmente memorables dentro de la comedia negra de la época presagiando así el género en los siguientes años '90.
Momentos como esa antológica y amarguísima conclusión que es en realidad una versión torcida de la de "Duelo al Sol", y es que DeVito no tiene a bien brindar un gesto de redención final como el que tuvieron Lewton y Pearl. Maldad pura, señores. ¿Y la moraleja, aparte de que los amantes de los perros no deben casarse con los amantes de los gatos? No se sabe.

Quizás Barbara debió proponer aquel famoso remedio para la ruptura del matrimonio que Alice lanzó a Bill al final de "Eyes Wide Shut": "follar".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojalá todas las películas tuviesen tan poca vergüenza, ojalá todos los directores pusiesen tanto empeño en divertir al personal y ojalá todas las mujeres fuesen como Kathleen Turner, ¿porque quién no entiende que Danny DeVito volviese a fumar después de reunirse con ella?

Mordaz, sofisticada y gamberra, "La guerra de los Rose" posee la elegancia de las películas de Hollywood y el descaro de los dibujos animados de la Metro. Oliver y Barbara son los Tom y Jerry de carne y hueso. Él, bonachón, afable y decidido, incluso Michael Douglas parece un actor de los mejores, y ella, seductora, minuciosa y malvada, irresistible Kathleen Turner, porque sí, ella es la mala, y quizás sea ese el único error de una película hija de la misoginia de la época.

Lo mejor es que la película no tiene reparos en usar las caídas, los golpes y todo tipo de tropelías, que muchos acusarán de infantiles, para hacer reír. Y el final... Gamberra hasta el infinito y más allá. Sinceramente, ojalá todas las películas tuviesen algo de "La guerra de los Rose"
Jaime Flores
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 7 8 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow