Jack Ryan: Operación Sombra

El filme Jack Ryan tiene una interesante historia, con poco despliegue o repercusiones, pero interesante. De hecho, la película resulta también entretenida, lo que hecho de menos es la posibilidad narrativa de darle a cada momento de la historia un mejor ritmo, y por mentor no quiero decir más rápido, porque precisamente ese es el gran pecado de la obra, por mejor quiero decir mucho más tiempo de digestión para los personajes y sus propias historias. Seguramente Tom Clancy lo tuvo más claro al respecto. Al ver este filme uno no puede dejar de sentir que es como el resumen dominical de algo que dieron en una semana completa de emisiones.

La nueva película del famoso personaje de Tom Clancy ha sido un poco decepcionante, sobretodo si se compara con la filmografía anterior.

No es que se trate de una mala película, de hecho consigue plantear muy bien los inicios del personaje y Chris Pine ha sido una gran elección para dar la juventud e inocencia al personaje. La realización también es muy correcta, aunque la acción no esté del todo bien rodada.

El mayor problema es la trama principal, que es típica y predecible, y al mismo tiempo no está bien planteada y está plagada de "porque sís" solo para satisfacer los parametros necesarios del thriller de espionaje. Una lástima.

Por cierto, Kevin Costner, que lo hace bien, está desaprovechado como actor y personaje, totalmente.

Nueva aventura del personaje creado por Tom Clancy, en un relanzamiento de la franquicia, con un notable reparto encabezado por Chris Pine, bajo la dirección de un reputado director como Kenneth Branagh.

La productora y responsables de la película dan un lavado de cara a la franquicia, apoyándose en un reparto y un director de cierta garantía, ofreciendo un relato de espionaje interesante, con las dosis de suspense y acción adecuadas.

El personaje creado por Tom Clancy, Jack Ryan ha protagonizado ya diversas adaptaciones, interpretadas por diferentes actores, entre ellas tenemos: La caza del octubre rojo, con Alec Baldwin; Juego de patriotas, Peligro inminente, estas dos protagonizadas por Harrison Ford y Pánico nuclear, en la que Ben Affleck era el encargado de encarnar al agente de inteligencia americana. Los pobres resultados obtenidos en taquilla por la película protagonizada por Affleck, podían haber sepultado las adaptaciones de este personaje, pero la calidad y posibilidades que ofrece la novela de Tom Clancy, han hecho que se desarrolle esta nueva adaptación, con resultados mucho más satisfactorios.

Keneth Branagh se encarga de dirigir la película y demuestra su capacidad para ofrecer un relato de espionaje atractivo, sólido y bien construido, exponiendo con claridad las situaciones y manejando con inteligencia, el suspense y la acción, otorgando al relato de un dinamismo acertado. Se apoya en un reparto relativamente joven, que aporta frescura al relato y cuenta, a su vez, con la presencia de dos veteranos como Kevin Costner y el propio Keneth Branagh, que se reserva un papel, aportando calidad interpretativa al conjunto de la película. Chris Pine es el elegido para dar vida a Jack Ryan, resultando más que convincente en su labor, tiene presencia física, juventud y carisma, condiciones que ayudan a despertar simpatía y atractivo por el personaje.

El relato, sin ser excesivamente complicado, ofrece situaciones interesantes y cuenta con un desarrollo claro y conciso, evitando perderse en las complicadas redes del espionaje, logrando crear un vehículo de acción y suspense que mantiene el interés del espectador en todo momento. Branagh demuestra que puede hacerse cargo de un relato de acción, creando y desarrollando las secuencias de acción con la misma solvencia que los grandes diálogos de la obra de Shakespeare. Sabe distribuir los tiempos, dejando espacio para las miradas, los silencios y el suspense, generando dosis de tensión elevadas. Se aleja de la espectacularidad de las secuencias de la saga de Misión imposible, ofreciendo un relato de espionaje correcto y verosímil.

Quizás peque de previsible en algunos puntos y puede que alcance un desenlace precipitado y facilón, pero, sin duda, ofrece entretenimiento de calidad que no decepciona. Jack Ryan está en plena forma y esta Operación sombra le ha venido bien para resurgir de las sombras.

Parece que hemos de despedirnos para siempre de aquel director inquieto que tantas alegrías shakesperianas nos deparó. Y pensar que le considerábamos el nuevo Laurence Olivier... Todo empezó con aquel Frankenstein que todavía me crispa los nervios cuando pienso en él. Hamlet rejuveneció mis esperanzas, pero el remake de La huella fue como una patada en la entrepierna. En cuanto tomó las riendas en Iron Man 2 de las escenas post títulos de crédito le cogió el gustillo al pimpampum y repitió con Thor, y va y resucita la saga de Jack Ryan... No creo que haya vuelta atrás, aunque nunca se sabe. Con las facciones de Chris Pine, el valeroso agente de la CIA se enfrenta ahora a la amenaza rusa encarnada por el propio Branagh. Keira Knightley hace muecas todo el rato, como si le diera alergia el papel (de algo hay que vivir, ¿verdad?), y Kevin Costner se las apaña con dignidad. El guión es demencial, y son tantas las elipsis y los sobrentendidos que la película galopa y corta el viento sin dar ni un segundo de tregua al espectador, mecido por la enérgica banda sonora de Patrick Doyle (lo mejor de la cinta, oigan), hasta concluir en una apañadita hora y media la función (el cuarto de hora restante son títulos de crédito). ¿Qué queréis que os diga? ¿Que tenía ganas de descerebrarme después de ver Nebraska y sumergirme en la espantosa tristeza y desolación de la América profunda? Pues sí.

Una típica película de intrigas y espionaje. La trama está muy bien aunque te queda una impresión de poco creíble, de que a los protagonistas les sale todo demasiado bien. La cinta está correctamente llevada y es muy entretenida, absorbente incluso, y los actores lo hacen bastante bien. RECOMENDABLE.