Gigante

No cabe duda de la espléndida factura técnica del film. Si bien su guión no es brillante, resulta interesante lo que cuenta. Elizabeth Taylor se muestra comedida y profesional, descargando una escondida sensualidad en este trabajo, Rock Hudson, pues curioso, el papel no le va ni a tiros, sin embargo lo hace bien y quizá resulte el personaje con más empatia de la película, en cuanto al personaje de Dean...pues no se granjea demasiadas simpatias con el espectador y el pasar de "victima" a triunfador, a mi particularmente, pienso que no se lo merece (si fuese un personaje de la vida real), y ese aura de envidia y malas intenciones que emana durante todo el metraje resulta despreciable, y en cuanto a la interpretación, aparte del nefasto maquillaje de la segunda parte de la película, pues eso, irregular, convence en la primera parte, en la segunda resulta sobreinterpretado y mascullante, aun así y con todo, si la finalidad de su interpretación era caer mal, desde luego era un genio interpretando, y al menos aquí, fue así.

En cuanto a la película en si, larga, por momentos tediosa y lenta. Me pasa que cada vez que la veo (y no han sido pocas), hago una pequeña distinción entre la primera hora y media y la última, y es que, en sus primeros 90 minutos, se respira vida, la historia vibra, se torna interesante a medida que se van descubriendo personajes y situaciones y está ejecutada con brillantez y soltura en su montaje, administrando planos y dialogo de modo ejemplar, esta primera parte resulta una película completa en si misma, personalmente, pienso que la película acaba cuando el personaje de Dean "se encuentra" con el petroleo y va a decirselo a Benedict, momento sublime y expresivo, lo mejor de la película, digno de Elia Kazan, magnífica secuencia y magnífico arranque del film.

La segunda parte se torna facil y poco convincente, no exenta de momentos memorables como el de la pelea en el restaurante de carretera, pero en definitiva resulta una conclusión apresurada y con exceso de metraje, dice mucho sin contar nada y "merma" la calidad general
de la película, no aporta mucho al conjunto, al contrario barre en su contra por reiteración de
situaciones y diálogos, pierde interés y su visionado empieza a cansar.

En definitiva un buen reflejo de la sociedad que habita por aquellos láres, una película atemporal que se ha convertido en un clásico de altura por meritos própios y que se disfruta a pesar de los años de generación en generación, para ver en familia una tarde de Domingo sin
nada más importante que hacer.

LO MEJOR .- Su parte técnica, Rod Hudson, la escena del descubrimiento del petroleo.
LO PEOR .- Su Gigantesta duración, su segunda parte...aburridísima.

Un saludo.

Magistral largometraje (lo de largo en este caso queda patente). Esta película destaca en todos los aspectos. Las interpretaciones de Elizabeth Taylor y Rock Hudson son magníficas. También la de James Dean es buena, aunque da la impresión de hacer el mismo papel en todas sus películas.

La historia es la de una familia de vaqueros en Texas, a lo largo de dos generaciones. Por la naturaleza de la película, dudo que ésta pudiera haberse acortado. El guión es muy bueno (en ocasiones se aprecia, sin embargo, su origen literario), y los diálogos son ingeniosos y vivos, pero naturales. En definitiva, un genial filme sobre la cultura Texana, y sobre la vida misma.

Respecto al hecho de que la película se puede hacer tediosa, he de decir que recomiendo verla en varias sesiones. Si podemos hacerlo con un libro, ¿por qué no con una película? De esta manera creo que se disfruta mucho más, principalemente por el hecho de que no deseamos que se acabe para ir al lavabo o cenar.

Diversos temas son tratados en la película: racismo, amor, familia... Temas que parecen pasados de moda por lo recurridos que son, y por que pensamos saberlo ya todo; y sin embargo no nos sorprendamos de que algunas escenas que ocurrían hace cincuenta años se vean todavía a día de hoy.

Me voy a unir al grupo de cinéfilos de sofá que se han quedado fritos viendo "Gigante" y que por mucho interés y buena voluntad que hayamos puesto no somos capaces de ver otra cosa que un culebrón. A los mitómanos les sobran motivos para elogiar la presencia de James Dean que, nos guste o no, es un personaje secundario que malvive a la sombra de las otras dos grandes estrellas, la pareja protagonista, otros dos mitos, Hudson y Taylor.

Son tres horas y media que a algunos les parecerá un suspiro y a otros el doble, yo me alineo con los que objetivamente describimos la realidad para recalcar, y no pasa nada por hacerlo, que más de tres horas de película es mucho tiempo. Si no somos mitómanos, si nos la pela la idiosincrasia de los paletos yankees, si la bandera tejana de la estrella y la de más allá también nos es indiferente... ¿Qué nos queda al pequeño grupo de aficionados al cine que caemos en las redes de "Gigante" y no vemos siquiera machetazos, disparos, explosiones o cualquier otro recurso vulgar de acción o violencia? Bueno sí, quedan las leches en la cafetería de un Hudson que demuestra haber cambiado, es tan poco racista (me río...) que hasta su mujer se enamora más y lo demuestra con la frase que ha pasado a la historia.

Vaya, veinticinco años en Renata, o como sea que se llame el rancho... Allá en el rancho grande, allá donde vivía...

Pues la he visto entera, después de hundirme en el sofá varias veces abrazado por Morfeo..

Justa, muy justa... Qué leches, suspenso!!!

Una película hecha con gran majestuosidad de parte de George Stevens en fotografías, escenas e historia es uno de los grandes clásicos cinematográficos.

Nos expone las situaciones familiares de una familia tejana de alta sociedad, como un adelanto de las series como Dinastía o Dallas. Expone un tema terrible que estaba de moda en esas epocas: la discriminación racial contra los latinos, en un drama generacional de ideales perdidos y antiguas rencillas.

Actuaciones inolvidables de Rock Hudson, sobre todo de James Dean que si no estoy equivocado, sería su película póstuma pues después de esta película no volvería aparecer en la pantalla grande.

James Dean es un actor mítico, aunque viendo Gigante uno no acaba de entender la razón. La colección de muecas, gestos extemporáneos y tics nerviosos que muestra la malograda estrella, son capaces de poner nervioso a un maestro zen. Eso sí, a poco que se le observe se descubre cuánto le ha imitado (y mejorado) Jack Nicholson, especialmente el característico gesto de empequeñecer la boca. Por lo demás, Gigante es larguísima, pero no aburrida; todo lo contrario, es una película que sigue conservando su encanto. No son tantas las películas de los 50 de las que se puede decir lo mismo.