Pacto de silencio

Lo más inmediato es que Robert Redford da pena, como actor a estas alturas, y como director, llevando como puede una película carente de emoción.
Eso sí, la llena de viejas glorias, que le hacen el favor de actuar con seriedad en algo muy flojo.
La trama no interesa, esos viejos pacifistas que luego no se sabe qué hacen.
Mezcla de El fugitivo y de otras cien películas, pero sin gracia.
No es a la vejez no se puedan hacer grandes cosas, por supuesto, pero no cualquier cosa.

Robert Redford saca su vena reivindicativa al dirigir y protagonizar este thriller tranquilo, sin violencia, sin grandes persecuciones y sin excesivas puestas en escena. Un thriller de recuerdos, de hechos acaecidos treinta años antes y que se ocultaron para preservar libertades, las de las personas y las de conciencia, las de la una juventud reivindicativa con los problemas que estaban viviendo, con la guerra del Vietnam y todas esas guerras a los que se ven abocados los norteamericanos cuando dicen que defienden al mundo libre, y no la realidad, que defienden sus oligarquías, sus monopolios, sus grandes compañías financieras, sus grandes ventas de armas, su extraordinaria facultad de meterse donde existen posibilidades de negocio y donde no les llaman, pero ellos sí van contra viento y marea.

Película de secretos, y de diálogos para destaparlos. Al final, la conciencia supera el egoísmo personal aunque le cueste tu libertad, los principios, la responsabilidad y los recuerdos se imponen.

Notable película de un director al que quizás le viene grande protagonizar sus propias películas. Grandes actores en papeles secundarios le arropan en este thriller atípico.

Notable, 8.

Ves el elenco de este "Pacto de Silencio" (Redford, Sarandon, Lebeuf, Kendrick, etc, etc...) y ves el resultado final y es como cuando en Masterchef los concursantes hacen carne con tomate o palitos de pescado usando un solomillo de buey kobe que no ha comido más que hierba fresca del monte Fuji o un atún traído directamente de la lonja tras ser pescado con caña dos horas antes en el Cantábrico: el resultado es comestible porque es imposible que esos ingredientes sepan mal... pero el desperdicio es manifiesto. Pues eso.

La película empieza de manera prometedora como una historia de abogados, periodistas, injusticias y derechos civiles, pero ante nuestra incredulidad involuciona cómica y rápidamente hacia un remake de "El fugitivo" protagoinzada por un Robert Redford que ya no está para esos excesos. En paralelo un artificial Shia Lebeuf intenta desentrañar una verdad bastante apática y poco interesante mientras actorazos como Tucci, Nolte o Kendrick van siendo quemados tras decir una o dos frases. Los valientes que aguanten hasta el final asistirán a un clímax tan tórrido como un concierto de Paquirrín.

No nos extrañemos de que los productores de esta confusa y desafortunada mezcla de géneros usen un Rioja gran crianza para aliñar.

La película es buena y trata un tema muy interesante, pero no me la puedo creer. Robert Redford no debería de haber protagonizado la película. No puedo imaginarme y lo siento a una niña tan pequeña con un padre que puede ser su abuelo y maquillado terriblemente. Sé que en la vida real se dan casos así, pero ¿no podría haber sido su abuelo?. Me gusta la película, pero cada vez que aparece Redford con la niña, me resulta muy difícil creer que es su padre. ¿Soy muy simple?.. quizá. Todo lo demás bien, pero no es de lo mejor que le he visto, desde luego.

Robert Redfor no solo es guapo y progre o pijo-progre y guapo como ese amigo que toda mujer conservadora de cierto relieve tiene. Que todo actor guapo es malo, no deja de ser un embuste repetido hasta la saciedad que acaba convirtiendose en una especie de verdad. Como el tópico de que la famosa jota "Que arriba, que abajo" es de Segovia. Falso de toda falsedad. Es de un pueblo de Albacete que se lama Barrax.Redfor es un gran actor y direector. Su peli es un problema. Hay que pensar la verdad y el contexto. y el del amigo Redfor como abogado de derechos civiles es confuso. El problema es cuando el amigo es un problema. Si esto lo extendemos a una sociedad como la estadounidense, con un nivel de histeria considerable, tenemos una gran historia. y sin embargo falla. Es la magia del cine. Con cuatro tontás haces una obra maestra y sin embargo con todos los mimbres (actores, filmación, guión, etc, etc) el cesto te sale insípido.
Redfor ha reunido a lo que se denomina de verdad un elenco. Em todo el sentido de la palabra. Está hasta la guapetona de Julia Christie, y la no menos hermosa Sarandon (¡¡¡esa mirada oblicua con ojos maquillados para un boda!!!), Nolte, Tucci. leboeuf. Y recursos filmicos y narrativos. y la cosa no cuaja. y creo que es porque Redfor por una vez no ha sabido ensamblar los tiempos y las acciones. Además hacer cine palomitero con "insulas" de triunfo en plan Sundance... pues que no.
De todas maneras si es un benigno canto a que en USA no todos son unos redomados fachas. De la misma manera que no todos los simpatizantes conservadores españoles son meapilas. Fuera tópicos.
Hay un elemento de redención del heroe. Padre comprometido, pijo.progre entrañable Y mucha gente arrimará el ascua a su sardina diciendo el manido adaggio de que el infierno está emprdrado de buenas intenciones. En el fondo es lo de siempre. La mistica progresista se envuelve en el celofan del malditismo poético. Y la reacción ataca con el expediente de que la vida es otra cosa.
De todas formas el malditismo apastelado de la peli puede servir de pasaporte a aquellos malditos que no quieren que los echen del paraiso, Ni siquiera para planear unas vacaciones de distancias. ni siquiera.
Y en definitiva si todos fueramos virtuosos, ¿ como notaríamos a los hombres ejemplares?
Apañaica.