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La gran estafa americana

Drama. Comedia. Intriga Estado de Nueva York, años setenta. Irving Rosenfeld (Christian Bale), un brillante estafador, y su inteligente y seductora compañera Sydney Prosser (Amy Adams) se ven obligados a trabajar para un tempestuoso agente del FBI, Richie DiMaso (Bradley Cooper), que sin querer los arrastra al peligroso mundo de la política y la mafia de Nueva Jersey. (FILMAFFINITY)
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Críticas 284
Críticas ordenadas por utilidad
23 de enero de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bradly Cooper. No sé en qué estaría pensando el de casting en el momento de escoger al cara pardillo de Cooper para el papel de agente del FBI. Es básicamente un actor al que deberían prohibir determinados papeles, en general, aquellos que necesiten un poco de seriedad/credibilidad y que no parezca que el agente del FBI es un payaso que va de triunfador pero al que se le notan demasiado los zapatos de tres palmos.
Samson
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16 de enero de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eliges ver una película con ilusión e inevitable ansiedad dadas las grandes perspectivas creadas -si contamos la cantidad de premios otorgados y los que vendrán- y acabas sintiéndote ofuscado, perdido por no ver la gran historia que la publicidad, prensa y crítica te han vendido; incluso culpable por no ver lo que es tan obvio y evidente para el resto -aunque dudo que sea algo más que dejarse llevar por la corriente-. Siendo honestos, la banda sonora es impresionante -lo mejor de lo oído últimamente, sin duda alguna-, enormemente pegadiza y con una encantadora entonación bailable que añora a lo mejor de los 70; la formidable estética, magnífica presentación -maquillaje, vestuario...- y su impecable fotografía son inolvidables, te trasladan mágicamente al mejor Scorsese de "Casino"; todos los actores están excepcionales en sus respectivas interpretaciones -Cristian Bale, una vez más, ofrece toda una espléndida muestra de lo que es capaz-; en todas estas cuestiones un diez, sobresaliente para David O. Russell por su gran acierto, ferviente gusto y original, rompedora idea. Pero ahora pasamos a la historia, el gran relato que debe completar todo lo anterior, base sólida que sustente este suculento trabajo; y es ahí dónde el producto se desploma, donde las expectativas que te han vendido no se cumplen y donde te preguntas dónde quedó ese gran film que buscabas visionar. No sólo no es novedosa y te despierta el sentimiento de haberlo visto muchas otras veces -estafadores estafados que estafan a los mayores estafadores existentes- sino que es fácilmente predecible su desarrollo y desenlace. Aunque no llegas a perder la conexión con el relato, a pesar de que sigues la historia gratamente -la parte más interesante llega a 40 minutos del final- está muy lejos de ser el exquisito plato anunciado. Le falta más garra y acción, mayores y más completos movimientos de seducción, despertar mayores intereses atractivos que no cansen al ferviente y motivado espectador. Mantiene su nivel por los excepcionales e imprescindibles elementos mencionados pero, las intenciones de la historia -a pesar del trabajado guión-, el efecto de la narración y el propósito del susodicho directos son mayores, de más alto grado que el resultado conseguido en el público. Quédate con la fabulosa, opulenta plasmación de una añorada época, el fastuoso reflejo de una sociedad realizado con gran maestría y talento y pasa por alto el bajón del nivel de lo narrado, la leve flojedad de su evolución aunque..., si el plato luce magnífico, la mesa es exquisita, el restaurante de lujo y el servicio imponente pero el sabor, deleite de lo comido no supera el restaurante de la esquina..., qué valioso recuerdo me llevo de ese plato de 5 estrellas prometido? Cuando alardeas de un trabajo, hay que redondear lo ofrecido, cumplir con altura digna lo que con tantas ganas has vendido!!!

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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17 de enero de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegar a los Estados Unidos e ir en busca del sueño americano, pisar la tierra prometida donde brotaran las oportunidades pero que siempre de trasfondo o más bien en las sombras siempre existen los “trucos sucios” o el “juego de adultos” es el alegato principal de Russell en una pantalla repleta de superestrellas Hollywoodienses y de sensualismo, casos de Lawrence y Adams bueno y siempre es un lujo ver a Bale, Cooper, De Niro y compañía así sea solo por un momento.

Detrás de toda una fachada de ficciones y de realismo mágico es que entre “candilejas” abundan libremente los grandes pecados capitales de las sociedades y es el común denominador de los países del siglo XXI, Políticos Carismáticos, celebridades de cines, belleza, dinero pero también mafias, corrupción, juego sucio o más bien dinero sucio es el mensaje inducido de manera estrambótica por parte de Russell para que sepamos diferenciar ficción de realidad o es que acaso todo es una ficción; interesante argumento ¿Verdad? Todo lo que vemos es verdad o siempre tenemos que buscar el trasfondo de cada hecho que ocurre en nuestros días, la verdad que es una premisa de análisis de y cuidado.

“American Hustle” aparte de ser una galaxia de celebridades es un “Geiser” de sensualidad Gracias en gran medida a la muy sexy y (muy bella) Jennifer Lawrence que a mi gusto en sus intervenciones se roba el show, y por supuesto se roba toda las cámaras y cada uno de nosotros posa su mirada(es inevitable) en la muy joven y talentosa actriz norteamericana que aunque no sea su mejor trabajo este es muy bueno y claro que vale la pena disfrutarla en la pantalla grande. No te preocupes en ir al cine y pagar la entrada para ver esta película porque tiene una trama compleja y “rocambolesca” unido a una muy buena selección de música y de actores la convierten en el elixir perfecto de aquellos que quieren ir y disfrutar con su familia un buen rato.
Cepeda
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31 de enero de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo “La gran estafa americana” he disfrutado mucho y, además, me he divertido y entretenido. Sólo le ha faltado conmoverme y emocionarme para engrosar mi lista de obras maestras. Pero, tal y como están las cosas a día de hoy, y teniendo en cuenta la habitual mediocridad de las comedias norteamericanas, este film ha supuesto una clara revitalización del género, en franco declive al otro lado del Atlántico. El cineasta David O. Russell ha despuntado en estos últimos cuatro años, logrando en ese breve lapso de tiempo cinco nominaciones a los Oscar (tres como director y dos como guionista), gracias a tres largometrajes (el que es objeto de esta crítica, “El lado bueno de las cosas” y “The Fighter”). Ello le ha convertido en un referente dentro de la actual industria cinematográfica. Aunque considero que “El lado bueno de las cosas” es una cinta sobrevalorada, reconozco que sus trabajos han supuesto un verdadero soplo de aire fresco en una cinematografía excesivamente anclada en la negativa tendencia de repetir fórmulas de éxito supuestamente asegurado.
“La gran estafa americana” es una delicia desde el punto de vista interpretativo. Los actores que integran el elenco desempeñan sus papeles de forma sobresaliente, lo que unido a un guión ácido y divertido y a una dirección ágil y efectiva, supone que las más de dos horas de proyección resulten cortas. Sus méritos son muchos y diversos y van desde la corrección de su ambientación retro a las magníficas caracterizaciones, pasando por los diálogos y, sobre todo, por la audacia de su realizador, capaz de ser al mismo tiempo despiadado y brillante con los personajes. Porque O. Russell despedaza a los protagonistas y les obliga a mostrar sus miserias y mezquindades con gracia, haciendo pasar por un simpático divertimento lo que, en el fondo, es una crítica feroz.
Basada en un hecho real ocurrido en los años setenta, cuenta la historia de un agente del FBI que investiga un caso de corrupción en el que aparecen implicados algunos miembros del Congreso estadounidense. Le ayudará en esa tarea un empresario estafador, acompañado de su mujer y su amante. Los cuatro tendrán que aprender a desenvolverse en un mundo donde la política, la mafia, el dinero y la justicia pretenden convivir en armonía. El largometraje cuenta con algunas secuencias realmente hilarantes y demuestra que, aunque la realidad supere a la ficción, ésta es mucho más divertida.
Resulta imposible destacar la labor de uno solo de los intérpretes. Cuatro de las diez nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood han recaído en ellos. Christian Bale, genial, muy apartado de los registros dramáticos y de superhéroe de acción que lo han catapultado a la fama, demuestra su versatilidad y calidad. Se ha reinventado para mejorarse y su trabajo es perfecto. Bradley Cooper, más cómico, más inestable, quizás un paso por detrás de Bale, realiza un papel igualmente destacado. Jeremy Renner, pese a no estar nominado, también contribuye al conjunto con una buena interpretación. Jennifer Lawrence borda su actuación -a mi juicio mucho más meritoria y premiable que la de “El lado bueno de las cosas”- y se afianza como una actriz excelente. Mención aparte merece Amy Adams, por la que siento una especial debilidad. Aquí está sublime porque ella es una actriz sublime. En todo caso, y al margen de mi subjetividad, los datos objetivos le avalan. Pese a su juventud, ya ha sido nominada a la estatuilla dorada en cinco ocasiones. Contemplados en bloque, conforman sin ningún género de duda el mejor reparto del año.
No he podido ver aún todas las cintas que optan a Mejor Película pero, de las ya vistas, “La gran estafa americana” encabeza mi quiniela. El dos de marzo se desvelará la incógnita.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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10 de febrero de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La gran estafa americana" comienza con Christian Bale colocándose meticulosamente un peluquín, dando unas pinceladas por aquí y otras por allá lo tapa y remata la faena con la horrible cortinilla que se llevaba tanto hace años. En la escena siguiente, vemos como de un simple manotazo Bradley Cooper le destroza el peinado, igual que les puede pasar a los protagonistas de esta historia con su glamourosa vida que parece pender de un hilo, y que es tan falsa como el pelo de Bale.

No es una película de Scorsese, ni lo pretende como algunos han insinuado, demostrando que no se han enterado de nada y que no han comprendido las intenciones del director, que desde luego no era hacer una película de mafia. Su intención no es otra que la de contar una buena historia (como hizo en otras de sus películas, como El lado bueno de las cosas o The fighter), y esa historia está contada con artificio, con un estilo personal muy marcado. Lejos de cualquier tipo de realismo (o moralismo), lo que se nos cuenta es la gran mentira del sueño americano, y lo que cuesta mantener la farsa de que este se está viviendo, y ¡que mejor que los horteras años 70 para ello!

Esta historia basada en hechos reales trata sobre como un estafador profesional (Christian Bale, portador de un triporro cervecero sin igual) y su despampanante y despechugada amante (Amy Adams) se ven obligados a trabajar con un agente del FBI (Bradley ricitos Cooper), y ayudarle a encarcelar a unos cuantos mafiosillos. El problema llega cuando para ello se meten en el mundo de la política, un mundo podrido como hay pocos.

Las actuaciones son uno de los fuertes de la película y está claro que David O. Russell es un genial director de actores pues saca lo mejor de ellos. Bale buenísimo como siempre, y Cooper no se le queda atrás; pero son ellas, en mi opinión, las que están grandiosas. Amy Adams ha realizado sin ningún género de duda la mejor actuación de su carrera, y Jennifer Lawrence como la despechada mujer de Bale está genial en su papel secundario, que es además uno de los más divertidos de la película. En general, el reparto es muy bueno, sin olvidar a Jeremy Renner, que está más que bien fuera de su típico papel de peli de acción (sigo hipnotizada por ese pedazo de tupé que lleva).

La fotografía y el vestuario van totalmente acordes al ambiente, con un predominio de lo brillante y los colores vivos. Peinados barrocos, grandes pendientes dorados, vestidos de lentejuelas, maxigafas de todos los tipos,... La crítica a las apariencias y a la falsedad de la gente se ve amplificada por esta potente puesta en escena.

La banda sonora es sencillamente brutal, los clasicazos la invaden, desde las primeras escenas del enamoramiento de Bale y Adams al ritmo de "Jeep's blues" de Duke Ellington, hasta el combate visual entre Adams y Lawrence con "Goodbye Yellow Brick Road" de Elton John de fondo. Todas las escenas están enfatizadas por canciones de The Bee Gees, Tom Jones, America, Donna Summer... todo muy musical.

Así pues que diga la gente lo que quiera pero esta es una buena película... No, no es buena, es brutal.
Woman On Fire
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