El bosque de los suicidios

Estados Unidos mete de nuevo las manos en una historia o, en este caso, en un mítico paraje japonés, el bosque de Aokigahara. Y, como suele pasar en estos casos, no sale bien la jugada, pero tampoco demasiado mal. Para que me entendáis, me resultó más pasable y entretenida que Regresión de Amenabar, quizás sea porque tenía menos expectativas.
Desconozco la labor anterior de Jason Zada, el director, pero si es bastante novel, me anima a pensar a que para ser la primera o de las primeras obras, no lo ha hecho demasiado mal, la atmósfera la recrea bien ya que el bosque no sólo lo parece sino que creo que lo es, algún susto que otro te pega aunque no demasiados, y el guión , aunque mejorable y previsible, no es una chabacanería vulgar.
Natalie Dormer hace un papel de lo más normal, aunque a veces pone de los nervios en el mal sentido cuando su personaje empieza a especular mentalmente con todo lo que pasa, pero es agradable verla que se desenvuelve bien a fin de cuentas fuera de la serie Juego de Tronos. Y sigue igual de bella.
En cuanto a la peli en sí, sabe a poco, la historia no es mala pero podría mejorarse, o aumentar para bien en forma de otros sucesos más inteligentes, ese es el punto más negativo.
En resumidas cuentas, si lo que queréis es pasar un rato entretenido sin esperar una gran obra maestra, "El Bosque de los Suicidios" os puede resultar bien avenido.

El terror comercial no goza precisamente de buena salud. Son muy pocos últimamente los estrenos que vemos en el cine que nos presentan una historia original, bien actuada, bien dirigida y mucho mejor contada. En este sentido, ‘It Follows’ fue una aguja en un pajar el año pasado. ‘The Forest’, ópera prima de Jason Zada, resulta ser un buen intento dentro del género, pero que con más errores que aciertos, no pasa de eso y terminamos lamentando su resultado.

El bosque Aokigahara existe en la realidad. Ubicado al noroeste del Monte Fuji en Japón, ha sido testigo de más de 500 muertes desde 1950. Dicen que está maldito y la gente lo elige para acabar con su vida. ‘The Forest’ cuenta la historia de Sara (Natalie Dormer), que viaja a Japón a buscar a su hermana gemela Jess (Natalie Dormer) que se encuentra perdida y, aparentemente, estaría sola al interior de este bosque. A partir de acá, un juego de recuerdos, dolores pasados y desconfianzas cubren la búsqueda de Sara, descubriendo lo que este bosque oculta casi milenariamente.

Natalie Dormer, conocida por encarnar a Margaery Tyrell en ‘Game of Thrones’, protagoniza este thriller sobrenatural que opera como una suerte de leyenda histórica, basada en una historia abordada ya varias veces por un sinnúmero de cintas de horror, principalmente orientales, sobre la perdición de este bosque. ‘The Forest’ intenta sacarle el máximo provecho a su protagonista y su creciente fama, pero si bien Dormer cumple con lo justo, la cinta no genera ninguna conexión ni con sus personajes ni con la historia. Más allá de los siempre eficaces sustos por pantallazos y golpes de sonido, nunca queda claro si al director le interesa contarnos acerca de las conexiones y los fuertes lazos familiares o sobre una terrorífica leyenda. El guión va repasando hechos pasados que no aclaran ni confunden, y las dudas sobre la premisa principal se deben a los vacíos que el argumento presenta y no precisamente por un desarrollo inteligente ni un ritmo que aporte intensidad al misterio. Dicha premisa termina siendo predecible y, finalmente, hasta inexplicable.

Es curioso también (por no decir tramposo y mal intencionado) que en el trailer existan escenas que luego no aparecen en la película, lo que sólo habla del interés por acercarnos a la cinta en base a mentiras o sencillamente porque el propio metraje no fue capaz ni siquiera de darle buen material para confeccionar su avance. ‘The Forest’ es un thriller sobrenatural que de terror tiene bastante poco y el escaso contenido que puede resultar de interés se vuelve redundante, monótono y hasta aburrido.

Ni el errático montaje ni su modesta fotografía consiguen atraparnos en esta historia que ha sido abordada una decena de vez por el cine de terror oriental y que, en esta ocasión, pretendía llevarla a las salas de Norteamérica, aunque de forma bastante fallida. Sin ir más lejos, la producción canadiense ‘Grave Halloween’ (2013) con muchos menos recursos y de una manera más simplista y efectiva, consiguió lo que ‘The Forest’ no hizo en 93 extraviados minutos. Curioso que, ni siquiera, teniendo a un gran guionista detrás como David S. Goyer (‘Dark City’, ‘The Dark Knight’), la película sepa salir a flote.


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Resulta curioso que tardasen tanto en hacer una película sobre este tema. Los elementos que la componen son más que suficiente para atraer a alguien a verla. Cualquiera que se interese por ella, se esperará un paseo por el Japón más ancestral; ese en el que el sintoismo y la mitología se mezclan con el día a día, como si el velo de lo mágico se rasgase para mezclarse con lo terrenal. Y en parte es así, aunque no supieron aprovechar la idea.

La película se sirve del lazo de unión entre dos hermanas gemelas para sumergirnos en ese mar de color verde que resulta el bosque de Aokigahara. Mientras una de las hermanas se adentra en el bosque, la otra viaja hasta allí para rescatarla de lo que parece una muerte segura. Para ello contará con ayuda, pero dentro del bosque nada es lo que parece y, como es de esperar, los espíritus de los que allí fallecieron no facilitarán mucho las cosas.

Como ya he dicho, el film en un principio puede resultar atrayente, pero así como sus protagonistas se pierden en esa mole forestal, el espectador va perdiendo paulatinamente el interés en la historia. Una historia que adolece en su planteamiento, así como en los efectos especiales.

Lo mejor: sin duda alguna el que se de a conocer un tema tan interesante como escabroso.
Lo peor: lo plana que resulta la película teniendo un material tan bueno.

P.D: Para aquellos que sufran una decepción, sólo me queda decirles que en el 2017 tendremos nueva película sobre el tema, basada en una novela gráfica, y dirigida por Hideo Nakata (dierector japonés detrás de películas como "Dark Water" y "The ring "). Esperemos que el toque japonés, apoyado en los antecedentes cinematográficos del director, le infundan más "vida" a un tema ya de por sí tan fúnebre.

Las fuerzas sobrenaturales y las malas pasadas producidas por su propia mente convertirán este rescate en una autentica pesadilla que, no sólo la llevará a desconfiar de los demás, sino también de sí misma y de sus propios recuerdos. Zada juega con aquella conexión especial que tienen los que han compartido el mismo útero materno a la vez para crear una fuerte unión entre las dos Natalie Dormer, quienes pueden percibir cuando alguna de ellas se halla en un problema o en un estado cercano a la muerte.

Mientras que a lo largo de la película seguimos de cerca a la hermana rubia, la Dormer de cabellos negros irá haciendo acto de presencia en forma de flashbacks, mostrándonos así cortos momentos que serán de gran importancia para conocer a la desaparecida y comprender la oscura historia que ninguna de ellas jamás ha contado. Se nota que todos estos elementos han querido ser cuidados al detalle para narrar un thriller, pero sin embargo han pecado de fáciles y torpes.

No obstante, el fallo de este film no es la creación de una trama con suspense, sino en la mala combinación de géneros que ha resultado la cinta. Según se muestra en la propia película, el bosque de Aokigahara es un lugar que puede despertar nuestros terrores más profundos. Un sitio donde se liberan los miedos y la tristeza creando un estado de desesperación que nos puede llevar a hacer locuras.

Para leer más: http://proyectofreak.com/pw/critica-el-bosque-de-los-suicidios-buenos-elementos-mala-ejecucion/

Soy muy fan del terror, quien me siga lo sabrá. Quiero, me gusta, pasar miedo, temblar en el asiento, chillar de horror... Soy rara, vale, sí, pero lo sobrenatural me encanta y el miedo te conecta con algo intangible dentro y fuera de ti, y es una sensación que de alguna forma te revive. Así que en mi búsqueda del terror perfecto me encuentro con productos como «El bosque de los suicidios», que es una pamplina absoluta, y voy a tener que meterme en spoilers para explicar la tirria que le he cogido a la peli.

Pues bien, Sara (Natalie Dormer, que parece que siempre tiene cara de mala) decide viajar a Japón cuando su hermana gemela Jess desaparece en el bosque Aokigahara, del que cuentan espantosas historias sobre suicidios. Se supone que Sara es la hermana responsable y Jess la rebelde, pero a mí no me la dan con queso y yo me doy cuenta enseguida de que una y otra son dos petardas que van a fastidiarle la vida a los demás. Dicho y hecho, Sara entrará en el bosque por narices pese a las múltiples advertencias de que no lo haga, de que hay muchos peligros, de que su corazón no está preparado para ello. No, ella entra y, de esta forma, arrastra al periodista Aiden, que la ayudará en la búsqueda de la petarda de su hermana. A Aiden lo interpreta un guapísimo Taylor Kinney, a quien acabo de descubrir en esta película, así que la presencia de un chico guapo aumenta la tensión.

Lo que tiene un planteamiento interesante se desaprovecha recurriendo a sueños y pesadillas para rellenar minutos, los mismos repullos de siempre y un desenlace para suicidarse.

Mucho spoiler en spoiler.