Un invierno en la playa

Una bonita fotografía, bellas canciones, interpretaciones correctas y el beneficio de una crítica positiva y agradecida de Carlos Boyero… Por lo demás, “Un invierno en la playa” (“Atascado en el amor” es el título original) se trata de un solemne tostón que, menos mal que dura apenas 90 minutos, de lo contrario no habría dios viviente que soportarse la visión de una comedia tan floja (remedando su título original: ¡Atascado en el difícil arte de la comedia!.
En mi modesta opinión, se trata de un filme claramente prescindible…Un 4,6.

A pesar de la apariencia simple y previsible del argumento, la ópera prima de Josh Boone supone una grata sorpresa y un soplo de aire fresco para la comedia romántica actual. La película se beneficia de un guión con muy buenos diálogos, personajes perfectamente escritos y situaciones muy logradas y reales.

Además, el realizador contó con un reparto muy ajustado al que supo sacarle el mayor partido. Greg Kinnear y Jennifer Connelly aportan su experiencia y buen hacer, especialmente el primero, pero los más destacados en el elenco son Lily Collins, Nat Wolff -como hijos de la pareja principal- y sobre todo, Logan Lerman. El joven protagonista de Las ventajas de ser un marginado realiza la mejor interpretación y se convierte en un auténtico 'roba planos'.

Como curiosidad, en una de las escenas, el personaje de Kinnear esta leyendo en la playa El periodista deportivo, novela escrita por Richard Ford que trata sobre un escritor que tiene que superar la pérdida de un hijo y su reciente separación matrimonial y que se encuentra con serios problemas creativos. Clara representación de lo que le ocurría al escritor protagonista.

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La verdad es que "Un invierno en la playa" no es una película que nos vaya a descubrir nada nuevo bajo el sol de las películas con aroma indie llegadas de USA, puede ser repetitiva, típica y tópica a más no poder y muy americana, pero también está muy bien interpretada y, para ser una ópera prima en la que el director novel también se encarga de su guión, muy bien escrita. El mayor acierto ha sido, para mí, su conjunto de actores. A mí Greg Kinnear siempre me ha gustado mucho y le encuentro totalmente desaprovechado en su carrera en general. Me encanta verle aquí y verle en tan buena forma, me encanta la sencillez con la que este actor dota a su personaje y el hecho de que sea escrito me gusta más ya que la literatura y el arte de escribir me apasiona. Junto a él, una bella y perfecta Jennifer Connely, una de mis debilidades a la que hacía tiempo que no veía tan guapa y cómoda en su papel. Los jóvenes también se lucen, empezando por la hija del cantante Phil Collins, una Lily Collins que, a pesar de tocarle un personaje no muy simpático, sabe sacarle todo lo máximo. Su hermano en la ficción es el muy interesante Nat Wollf, quién aporta gran sensibilidad a su papel de adolescente enamorado. Vuelve a sorprender gratamente el joven Logan Lerman, muy bien llevado en su carrera por su madre que es también su agente. El chico volvería a coincidir con Jennifer Connely en la posterior "Noé". Completando el cuarte do jóvenes promesas tenemos a Liana Liberato. El guapo hijo del actor Arnold Schwarzenegger, Patrick, tiene un pequeño papel como chulo de instituto, al igual que Spencer Breslin, hermano de la joven actriz Abigail Breslin, quién no ha conseguido triunfar tanto como su hermana pero que intenta seguir a pie del cañón con pequeños papeles como el que tiene aquí como amigo del hijo de Kinnear. La interesante Kristen Bell vuelve a estar muy desaprovechada.

Muy bonita película, debut en el largometraje de Josh Boone, a quien habrá que seguir a partir de ahora, que tiene como principal elemento de calidad un muy elaborado guión, que alterna situaciones de pura comedia con otras más dramáticas, de forma feliz y muy entretenida.
Porque, a pesar de que habla de cosas bastante profundas que en otras manos pudiera haber derivado hacia cotas pedantes, el argumento es, sin embargo, muy digerible y francamente amena.
Gusta mucho por sus estupendas interpretaciones, estimables diálogos y una dirección ágil. Así, el espectador sale encantado de la sala, tras haber visto una peli simpática, muy amena y bastante profunda si se reflexiona sobre lo visto y oído.
Puede que la quiten muy pronto de las carteleras pues no tiene fama y, a priori, y sin verla nada destacable ni vistosa, pero merece mucho la pena al ser un film inteligente que trata de tú a tú al espectador y no le marea la cabeza haciéndole feliz, así de simple.

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Es a veces inexplicable lo que sucede o no sucede con las películas. Y no tiene mucha vuelta. Sucede o no sucede. Me refiero a que entremos en empatía con los personajes, y que estos nos resulten cercanos, humanos. Y esta es una película de esas en la que los personajes nos parecen cercanos a nuestro mundo, a nuestras vivencias. Nos identificamos con ellos, y nos parece natural que actúen así.
También es una película muy humana, en la que llegamos a ver la humanidad de nuestros actos, llenos de errores y aciertos, no somos del todo malos ni del todo buenos, simplemente humanos.
La cara de Greg Kinnear probándose ropa, lo dice resume todo.