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El mayordomo

Drama Cecil Gaines (Forest Whitaker) fue mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 114
Críticas ordenadas por utilidad
24 de octubre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo un contexto simple se dibuja un agradable drama que por un lado repasa la historia reciente del país y por otro deja un mensaje de esperanza, la historia encadena la postura generacional para demostrar el cambio de mentalidad en la raza, todo ello bien preparado para que la maquinaria funcione a un ritmo suave sin escandalizar y sin sensibilizar con el patriotismo acostumbrado, presidentes bien representados como para que el espectador se sienta integrado en los sucesos y perfectamente enlazada con los movimientos de liberación y sus víctimas, por otro lado, hay un buen formato social de la servidumbre, la historia del negro domesticado daba para mucho más, pero con aspirar a los premios se conforma y se deja de herir y de denunciar en la profundidad que se requería.
stikma
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4 de octubre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La discriminación racial en Estados Unidos es una de esas heridas que, en mi opinión, no han terminado de cicatrizar, pese a que el paso del tiempo parezca indicar lo contrario. Ya decía Albert Einstein que "es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio", por lo que esos fantasmas del pasado, en parte, del presente y, seguramente y por desgracia, del futuro (similares a los que imaginó Charles Dickens hace más de ciento cincuenta años) se presentan con cierta frecuencia en la cultura norteamericana en general y en su cine en particular. Mientras veía determinadas escenas de “El mayordomo”, no podía evitar que pasaran por mi mente otras de “Arde Mississippi” o de la más reciente “Criadas y señoras”, dos modelos muy diferentes de abordar esta sensible y peliaguda cuestión. En este caso, el prisma utilizado también difiere. Si la primera cinta era un thriller policiaco y la segunda una comedia melodramática, en “El mayordomo” predomina el drama biográfico.
Traslada a la pantalla la historia real de Cecil Gaines, un hombre de color que sirvió como mayordomo jefe de la Casa Blanca a ocho Presidentes de los Estados Unidos, desde 1952 a 1986, por lo que pudo apreciar la evolución social, política y racial norteamericana tanto desde la residencia presidencial como desde los barrios más modestos que frecuentaba como ciudadano. Se trata, por tanto, de un interesante largometraje, tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta y, sobre todo, por el magnífico ejercicio interpretativo de su extenso elenco de actores. Los grandes aficionados al Séptimo Arte disfrutarán de un casting de lujo integrado por caras conocidas, en su mayor parte a cargo de pequeños papeles, pero logrando en conjunto un resultado brillante.
En el apartado masculino, tanto Forest Whitaker como Terrence Howard y Cuba Gooding Jr. poseen estatuillas o nominaciones y demuestran una habilidad frente a la cámara digna de mención. A ellos se unen otros muchos, formando una mezcla de lo más singular, desde el músico Lenny Kravitz a actores más asociados al género de comedia, como Robin Williams o John Cusack. En el femenino, la estrella televisiva Oprah Winfrey, hasta la fecha sin apenas intervenciones en la pantalla grande, da vida a su personaje de forma memorable, al frente de otro ramillete de figuras destacadas como Vanessa Redgrave, Jane Fonda o la cantante Mariah Carey. No es aventurado afirmar que varios de ellos figurarán en las listas de nominados a los próximos Oscars y Globos de Oro.
No obstante, cabe señalar que el ritmo del film languidece a ratos y que el intento de que cada personaje disfrute de su particular momento de lucimiento provoca que la narración no siempre resulte coherente y se enrede en un estilo dramático que, en ocasiones, le impide brillar como debiera.
Por lo que respecta a su realizador, Lee Daniels, se dio a conocer con “Precious”, otra tragedia centrada en la marginalidad. En ella trasladaba una visión de las miserias humanas por medio de la recreación de un universo angustioso y opresor que llegaba a contagiar al espectador, de tal manera que, aun reconociendo sus méritos, era imposible abandonar la sala de proyección con un buen sabor de boca, tan llena como estaba de la amargura transmitida por Daniels. Ahora, el público tendrá más opciones de disfrutar con este visionado pero será igualmente inevitable que perciba parte de ese denso universo de pesadumbre en el que se mueve su director. En cualquier caso, tras varias semanas viendo malas películas, por fin he contemplado cine de calidad. Y lo echaba de menos.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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13 de octubre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque en principio el nombre del director, Lee Daniels, no me decía nada, la presencia de Mariah Carey, sin maquillar, en una de las primeras escenas me hizo pensar que ya había visto alguna película de él, lo que se confirmó a medida que iban apareciendo el resto de los actores: esa película fue “Precious” (“Es una aventura por el lado más sórdido de la vida humana y a la vez una historia de superación y lucha increíble. Con una música fantástica y algunos secundarios de lujo que bordan sus papeles (¡madre mía Lenny Kravitz, con enfermeros así quien no querría ir al hospital!). Después de ver a Mo`nique, esa madre que se gana tu odio eterno desde el primer segundo que aparece en pantalla, entiendes perfectamente porque Penélope Cruz nunca ganará el Oscar como secundaria este año").

A través de la vida de Cecil Gaines (excelente y contenido Forest Whitaker), mayordomo de la Casa Blanca durante el mandado de 8 presidentes, asistimos a una revisión de la historia política y racial de Estados Unidos; el duro camino que los negros tuvieron que recorrer desde que Lincoln abolió la esclavitud hasta que consiguieron, verdaderamente, dejar de ser ciudadanos de segunda.

Algunos críticos tachan a la película de abigarrada, otros de algo edulcorada o de poco realista. Yo no podía dejar de pensar que cuando empieza a contarnos la vida del niño en la plantación de algodón, Estados Unidos vive el período conocido como “los felices años veinte” que se inició en 1922 y que, en teoría, benefició a toda la sociedad. Lo que se ve es como la vida de los negros y los blancos parece discurrir en mundos paralelos que nunca se encuentran, debido a las diferencias, tan brutales, de trato, oportunidades, justicia, ley y derechos.

Supongo que para los americanos no será una película cómoda porque, a diferencia de “Lincoln” de Spielberg, centrada en las alabanzas a un presidente que logró un hito histórico, en esta ocasión nos presenta a varios sucesores del anterior y las diferentes posturas y decisiones que adoptaron para intentar cerrar el capítulo que inició el primero, pero nunca arriesgando demasiado por si ello les suponía pérdida de votos o poder. Claro, unos salen mejor parados que otros, lo que no gustará a sus defensores y si a sus detractores.

Aparte de narrarnos el punto de vista histórico de este “negro domestico”, moldeado por las conversaciones y negociaciones a las que asistió sin ver ni oir, el director también se empeña en dejar claro que acabar con las situaciones de injusticia no es obra solo de aquellos que dan la cara situándose en primera línea, sino que también es fruto de la labor de cientos de personas anónimas, vulgares y corrientes, que consiguen cambiar las cosas con una callada y obstinada resistencia silenciosa.

Algo que también pudimos ver en “Criadas y señoras”, de Tate Taylor (“Con el prendimiento de la llama que extendió la batalla por los derechos civiles de los negros en los años 60, como telón de fondo, cuenta, de manera divertida y muy emotiva, los mecanismos de defensa y lucha utilizados por estas mujeres que no pueden abandonar sus empleos pero que tampoco abandonan jamás su dignidad.

Viola Davis y Octavia Spencer representan de manera magistral las dos caras de una misma moneda: son la imagen de la resistencia. Una desde sus silencios acusadores que no dejan indiferentes a nadie y la otra con su incontinencia verbal que le supone numerosos golpes que no la derrotan sino que la reafirman en su actitud beligerante”).

Aunque no tanto como “Precious”, a mi la película me ha gustado y no me importa reconocer que también me ha emocionado.
MAFALDA
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13 de octubre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que la cinta de Daniels sea una de las favoritas para ser objeto de varios premios. Cuenta una historia "emotiva" que nos traslada a varias décadas de la vida americana, nos intenta reflejar el duro camino de los hombres de color en la lucha por la igualdad de derechos, hace hincapié en el afán de superación y los conflictos familiares y generacionales. En definitiva una de esas cintas que quiere engancharnos del minuto uno a los títulos de crédito finales.

Lo cierto es que "El mayordomo" es tan entretenida como la loable labor de quien se dedica a esa profesión. El retrato de más de dos horas de duración que Daniels realiza resulta tan estimulante como la preparación de una recepción presidencial en la que lo más destacado es medir la distancia entre el cubierto y el plato. Es, claro está, una cinta muy aburrida de esas que a mitad de película empiezas a ver el móvil para ver si has recibido un mensaje y te da por imaginar que a la hora de elegir, mas valdría haber esperado media más para ver la otra película que proyectaban en los minicines que aun quedan y que también te interesaba.
Sus pretensiones documentales naufragan por la poco fuerza de su historia, la sucesión de imágenes sin gancho alguno por no decir tópicas y por el escasamente estimulante protagonista que Forrest Whitaker encarga con su histrionismo habitual hasta el punto de conseguir hacernos poco creíble un personaje real. Mas triste es ver a actores solventes como John Cusack, Alan Rickman o Jane Fonda encarnado a Nixon, Reagan y Nancy Reagan con menos convicción que un Ministro de Hacienda hablando de recuperación económica.
En definitiva, un plomo de tomo y lomo.
ALVARO
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22 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘El mayordomo’ es un potente drama basado en hechos reales, una visión retrospectiva de las últimas décadas de historia estadounidense desde la perspectiva única que ofrece el mayordomo que estuvo en la Casa Blanca durante el mandato de 8 presidentes, siendo testigo de las decisiones políticas y en su mayor medida raciales, que afectaban directamente a su propia familia y condición.

Lee Daniels consigue alternar de manera inteligente ambos relatos, el racismo y la igualdad se juegan instantáneamente en dos lugares: en los impecables y burocráticos despachos de la Casa Blanca y en las despiadadas calles atestadas de protestantes y represión.

Cierto es, que la historia es demasiado redonda y consigue aglutinar todos los clichés bajo su causa para redactar su crítica social (la explotación de los campos de algodón, el hijo que se alista para combatir en Vietnam, el otro hijo idealista que pelea por la igualdad y un futuro mejor…) de alguna forma la narración intenta cubrirlo todo, pero el esfuerzo no nos resulta avaro, sino encomiable.

El carrusel de intérpretes conocidos (Oprah Winfrey, John Cusack, Robin Williams...)es otro detalle a destacar, pero todos deben rendirse a la modesta y humilde sobriedad de un gran Forrest Whitaker, que desde el reposo y las sombras consigue más que un estallido de violencia y el grito revolucionario que le antecede haciendo referencia a esa resistencia pacífica que promulgaron grandes pensadores y activistas como Mahatma Gandhi y Martin Luther King Jr.

No obstante, Daniels no compró acciones de Kleenex antes de su estreno, porque su intención central no es conmover al espectador desde el primer instante a pesar de su duro comienzo, el realizador procura ser lo más objetivo posible mostrando una realidad social, las lágrimas son opcionales y a elegir por el propio espectador.

En resumen, ‘El mayordomo’ parte siendo la típica película que los profesores de Historia recomiendan a sus alumnos cuando llegan al temario de la discriminación racial en EEUU pero llega a ser algo más.
AriasGSergio
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