Yo, también

Como me he llegado a reir con el puto Daniel de los cojones. Que cabrito que es. Una película que parecía más un episodio de "Callejeros" por la forma de rodarla; no se ve ninguna actuación (excepto cuando Daniel llora, ahí tiene que fingir mejor), parece un documental totalmente. Genial Lola Dueñas, me la creo totalmente, sobre todo en las partes más próximas, intimistas, donde no hay diálogo, sino gestos, miradas.

Película que se centra en el problema del síndrome de down y como los demás percibimos a estas personas y sus problemas que van más allá de su discapacidad y que son debidos a una incomprensión social incluida la de sus seres más cercanos. Pero sobretodo es la historia de amistad y amor de dos personas inadaptadas socialmente por distintos motivos y que estando juntos olvidan sus problemas. Lo más destacable de la película es que consigue que te pongas en la piel de los protagonistas, hace que te preguntes como actuarías si estuvieses en la situación de Pablo que pese a su discapacidad tiene la inteligencia de una persona normal, y por otro lado hace creíble la relación que mantienen los protagonistas, que a priori parece poco creíble, gracias a la labor de los actores.

Por otro lado no entiendo las críticas en las que se acusa al protagonista principal de no ser actor, claro que no lo es pero eso no quiere decir que no pueda hacer un buen papel, al fin y al cabo está haciendo en parte de él mismo y que yo sepa no hay muchos actores con el síndrome de down. Pero lo que más me fastidia es que se culpe a la película de aprovecharse de él y de hacer mofa de su problema cuando la película lo que pretende es acercar esta discapacidad y hacernos comprender las inquietudes de las personas que la padecen.

En definitiva una película recomendable con una historia tierna y simpática que no cae en el melodrama ni en la cursilería.

No sé si "Yo,también" pretende abordar una historia de amor complicada, o si es un determinado sector de la sociedad (entre otros los más allegados a las personas con éste sindrome) los que se empeñan en hacerla o verla complicada.

Partiendo de la base que los directores han sabido dar a la historia el enfoque justo con ese aire documental que la cinta requería, consiguen convencer con una entrañable relación entre un joven con síndrome de down, un genial Pablo Pineda, licenciado universitario y su compañera de trabajo en el ayuntamiento de Málaga, una enorme Lola Dueñas.

Hacía tiempo que no disfrutaba de la química en pantalla entre dos actores de la manera en que la reflejan Pablo y Lola, de verdad que es química en estado puro.

El sólo hecho de atreverse a abordar (en su primera película) una relación así ya les otorga mérito, pero si además juntan en una cinta a dos protagonistas que enseguida logran la complicidad del espectador gracias a la suya propia, nos queda una buena película que bien es cierto puede pecar de ser demasiado correcta en todo momento pero que aún así refleja con gran acierto la problemática que personas con esta discapacidad están condenadas a sufrir.

Merecidos galardones para Lola Dueñas en su primer papel protagonista, esa Laura solitaria y desencantada de la vida , siendo evidente que sin Pablo Pineda a su lado no los hubiese conseguido (La Concha y el Goya)

Buen cine español, le doy un 7.

Por: John Harold Giraldo Herrera
El cine ha sido siempre un medio capaz de doblegar a sus espectadores: los postra en una silla, un cuarto oscuro y una pantalla en la que casi que el cuerpo queda inmóvil, susceptible a toda suerte de artificios. Luego un monstruo de múltiples cabezas hará sufrir en nuestra retina las más diversas ilusiones: somos y no somos, padecemos del síndrome de cautiverio: quedarnos atrapados en nosotros mismos al vaivén de la imagen en movimiento. Podría entonces insinuarse que desde siempre el cine ha hecho de sus espectadores unos discapacitados, pero si a eso le sumamos el hecho de contar con historias en las que los otros, varios que han sido excluidos son quienes las protagonizan, el ojo se va ensanchando más y el cuerpo empieza a contraerse. Se trata de lo que uno siente cuando ve películas como las de Yo, también.
La mente y nuestras emociones van cobrando un papel. Uno puede imaginar, proyectarse, reflejarse, ponerse en situación: viajar en ese espejo donde la otredad es uno mismo, sin poderse mover pero sí desdoblar, ser el otro de la pantalla, verme envuelto en sus realidades, precariedades, alegrías: vivir en la fantasmagoría en el instante de la proyección de la película lo que los personajes realizan -sobre todo con aquel que me he identificado-.
El cine es el arte por excelencia de las manipulaciones, tanto mentales como emocionales, es de los pocos que toca hacer fila para que lo azote a uno, además se paga por adelantado, y como ninguno otro exige un ritual, uno para que al cabo de una hora y media tengamos que aguantar de no ir al baño, apagar el celular, desconectarnos del mundo, aislarnos de nosotros y viajar por esa pantalla grande. Desconectarnos para deambular, estar cooptados por ese lienzo pintado y sumergirnos en él.
Yo, también es una película que nos hace sentir discapacitados. No es una película de superación personal, ni tampoco un drama para salir apabullados por las capacidades de trascendencia de un individuo. Es simplemente la vida de una persona con síndrome de down, el único que hasta ahora es licenciado –en la vida real- Pablo Pineda y ya casi magister, pero con un sentido de humanidad bastante sugerente. No es conmovedora, ni hace melodrama como tal vez si lo hace el cortometraje El circo de las mariposas (2009) quien al relatar la vida de un ser sin nada de extremidades encuentra un camino. Yo, también logra meterse entre la sensibilidad del espectador. Uno en ocasiones siente ser él, y lo dicho no es más que una paradoja: ¿quién es Daniel el personaje de la pantalla?

ver más en: http://www.latarde.com/blogs/elgranojo/

Cinta en la que podremos apreciar una historia que toca en lo profundo.
Una película de los momentos difíciles a la hora de enamorarse una persona con síndrome de dow.
Interpretaciones muy buenas y momentos tensos en una película que se podría calificar como drama romántico con trazos cómicos.
Algo nuevo es lo que han conseguido con este film que sorprende en el clásico cine español. Aunque no deja de ser una película con los clásicos toques del cine propio.
Muy entretenida y recomendable.