Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma

El estreno de este episodio I propició que un aluvión de cuarentones, entre los que me incluyo, acudiera a las salas de cine a revivir la fascinación de la anterior trilogía setentera. Era inevitable ante los primeros compases de la banda sonora de John Williams no revolverse de gozo en la butaca en la oscuridad de la sala rememorado tantos y tantos recuerdos cinéfilos. Ese regocijo pasó a la historia nada más transcurrir los primeros 20 minutos de esta película que ha conseguido lo que parecía imposible, echar por tierra una de las mejores sagas cinematográficas. Mi descontento al salir de la sala fue tal que me propuse no volver a ver ninguna de las restantes que se auguraban por estrenarse. Actores anodinos que no se creen su personaje, por decir que hasta los personajes infográficos están más creibles, unos diálogos de pena ruborizantes, una historia pesada y aburrida rayando lo infantiloide, unos malos sin ninguna enjundia, dejaban al descubierto el peor de los temores. La magia de antaño había desaparecido en virtud de una catarata agobiante de efectos visuales por ordenador cuyo único proposito es recrear y recrear criaturas para engordar el futuro merchandising y posibles juegos de ordenador, y para colmo sin imaginación ninguna al querer copiar la carrera de cuádrigas de Beh-hur.

Hoy, después de 11 años, he vuelto a ver la película en un ataque de locura y ha ocurrido una cosa curiosa, sigo pensando lo mismo que cuando la vi en el cine, pero le he dado una oportunidad y me ha dejado una puerta abierta a la esperanza, que quizás me haga ver los dos episodios restantes. ¿Y qué ha sido eso que ha hecho abrirse la puerta? No sabría decirlo, pero debe ser algo importante porque hasta Jar Jar Binks me ha parecido menos cargante. A lo mejor soy 11 años más viejo y me he vuelto más condescendiente. Antes le daba un cero, ahora por lo menos le pongo un 1.

Si alguien quiere fustigarse, que apague las luces de su salón, encienda el pantallón de turno y ponga este despropósito en el Blu-ray, quizás puedan sacar algo positivo entre el maremagnum de historias, literatura, secuelas, dibujos animados, sagas y más sagas, que ha propiciado este producto.

Una decepción increíble. No me explico cómo George Lucas ha podido realizar una película que esta más enfocada hacia un público infantil en la que los efectos especiales acaban llevándose un injusto protagonismo. Y sinceramente, me esperaba más, ya que supuestamente es un director de tanto renombre. No sé ustedes, pero yo quería ver una película más seria, con más acción y no un simple film para pasar el rato. Lo siento, pero no hay excusas ni “peros” que valgan porque entre la última entrega (“La guerra de las galaxias. Episodio VI: El retorno del Jedi”, 1983) y esta, hay un periodo de 16 años. Tiempo más que suficiente para crear una película digna para al nivel de las anteriores entregas de “Star Wars”.

La historia se centra en los sucesos que ocurren en Naboo, un planeta en el cual coexisten dos civilizaciones: los humanos y los gungan. Dicho planeta intenta ser invadido por la Federación del Comercio (una organización que tiene un gran poder económico y armamentístico) tras una disputa comercial. Por petición de la reina Amidala (Natalie Portman), los caballeros Jedi Qui-Gon Jinn (Liam Neeson) y su aprendiz Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor) intervendrán en la batalla, ayudando a que Naboo no sea invadida.

Un reparto adecuado del cual sólo veremos a Liam Neeson (“La lista de Schindler”, 1993) lucirse como principal protagonista en esta primera parte en la que da vida al Caballero Jedi Qui-Gon Jinn, un hombre con una gran nobleza, inteligencia y manejo de la espada láser. Gran actuación de Neeson, siendo este quien hace que la película no decaiga. Ewan McGregor (“El escritor“, 2010) en el papel del aprendiz Obi-Wan Kenobi realiza una interpretación correcta estando bajo las órdenes de su maestro Qui-Gon Jinn siendo un fiel y digno alumno. No se preocupen si Obi-Wan Kenobi no ha tenido el protagonismo que esperaban, en las posteriores entregas será uno de los personajes de referencia y más importantes. Jake Lloyd será quien dé vida al pequeño Anakin Skywalker, un chico que trabaja como esclavo para un corredor de apuestas en el planeta Tatooine, y aparte es aficionado a las carreras de podracers en las cuales intentará competir. La interpretación de Jake Lloyd es muy buena al transmitir a su personaje esa nobleza e inocencia que reside en el pequeño Anakin. Las otras dos interpretaciones pese a que no son de carne y hueso, merecen ser dignas de mención ya que pese a que no hacen una maravilla son bastante graciosas y aportan su toque de entretenimiento. Me refiero, ni más ni menos, que a los droides R2-D2 y C3PO, los cuales también descubriremos sus orígenes y con los que nuestros protagonistas compartirán sus aventuras.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)

Si alguna palabra se asociará por siempre jamás a esta película, esa es decepción. Ya con cierta perspectiva desde su estreno, y con algún visionado más, no puedo sino reafirmarme que está, con merecimiento, en la categoria de los truños. Los motivos son varios, pero aún sin entrar en la mitología que envuelve a la saga, y huyendo del ardor friki, cinematográficamente es una película sorprendentemente floja:
- Floja de guión: Sin desvelar nada de la trama, el comienzo ya nos pone en antecedentes de que va a predominar un hilo diplomático-economicista sobre la fantasía artúrica de la trilogía original. Aparte de eso, la trama es de un desabrido impropio de un autor como Lucas: incluso los pasajes de mamporros son... como humo.
- Floja de interpretación: y no por que el reparto sea malo a priori, sino porque el libreto no nada para más, es incapaz de mover al espectador a sentir algo más que indiferencia o irritación. Los caballeros Jedi parecen sosainas sacados de la escuela de Políticas, el niño es digno de ser estrangulado, el malo (que daba para infinitamente más) es una vil caricatura y el personaje digital estrella es, junto a los Ewoks, uno de los grandes errores de Lucas. No tengo nada más positivo que decir al respecto.

Resumiendo, gran producción con efectos especiales magníficos, que ni siquiera es entretenida y que solo gustará a los apasionados enfermizos.

Es complicado valorar una peli como ésta que no es independiente, sino que forma parte de un todo.
Dos décadas después de asombrar con la trilogía original, Lucas decidió salir de su rancho y acometer lo que sus seguidores reclamaban. Pero el resultado es mucho peor de lo que cabía esperar: hace aguas por todas partes, con errores lamentables por doquier: la peli está llena de ideas interesantes desperdiciadas (la Federación de Comercio como nueva potencia en el universo, el consejo de los Jedis, la debilidad del senado republicano ante amenazas que podrían cambiar la forma de gobierno galáctico, etc), apostando por soluciones fallidas, sobre todo en la evolución de los personajes: se insertan con calzador a los droides C3PO y R2D2, un guiño insultante a la trilogía original, se introduce la explicación de los midiclorianos como génesis de la Fuerza, la que se traduce en cargarse de un plumazo todo el misticismo, hay un evidente error al introducir al indefendible gungan Jar Jar Binks, personaje que parece directamente extraído de los dibujos animados (su dicción molesta, al igual que sus supuestas gracias, por no hablar de su patética vis cómica en momentos dramáticos como la batalla contra los droids), al mismo tiempo que se desaprovechan personajes "nuevos", como el magnífico y silente malvado Darth Maul (lo mejor, de largo, de toda la peli), o el joven Anakin, que, a pesar de su excelente puesta en escena (cuando se nos presenta en Tatooine como esclavo del mercader Watto, y su posterior manumisión, gracias a la apuesta del jedi Qui-Gon jinn, a resultas de su triunfo en la carrera de vainas), pìerde enteros cuando se nos sugiere la virginidad de su madre y muchísimo más cuando se vuelve a caer en el infantilismo en la escena en la que pilota la nave y se cepilla la estación de los droids, así como por casualidad. Me gusta cuando es adoptado como padowan por un joven Obi Wan, a pesar de las dudas del consejo y de las suyas propias, confiando en lo que en el niño había visto Qui-Gon.
Lo mejor: la génesis de la historia, algún personaje nuevo, como la Reina Padmé Amidala o el duo Obi Wan (Ewan McGregor sorteando la papeleta de compararse con Alec Guiness) y Qui-Gon (Liam Neeson borda cualquier reto que se proponga). Alguna solución, como el Senado en Coruscant me parece visualmente llamativa; los efectos especiales están muy bien (veintidós años después de la primera peli, qué menos), pero si se imponen al talento o a la imaginación es mala cosa. La música de Williams es soberbia, madurez impresionante, muy superior al resultado general.
Lo peor: el infantilismo, la falta de talento a la hora de escribir una historia con continuidad a la original, el personaje de Jar Jar (peor que los Ewoks de peluche, que ya es grave). Pero, lo más grave es el anacronismo que se respira: no parece creíble que en treinta años haya un empobrecimiento tecnológico tan grande en las naves, las armas, androides, etc.

El comienzo de la mejor saga del cine no podía empezar mejor que con esta película.
Bien construida de principio a fin, desde las naves de la federación hasta la conclusión de naboo, sin parón para poderse aburrir.
Tiene la mejor escena de la saga, el duelo de qui-gon jinn, obi-wan y darth maul.
Tiene al mejor villano de las precuelas, darth maul, personaje histórico como uno de los grandes villanos del cine.
En cuanto a la banda sonora es la mejor de la saga de largo, sobre todo con ese tema "duel of fates".
Una película la cual que gana enteros con el tiempo.
En mi opinión, la mejor de la saga.