Iron Man 3

No soy muy fan de Iron Man...la primera decente, la segunda con poco que decir. Pero desde luego que cuando el filme salió (y teniendo en cuenta que es Shane Black detrás del barco) recibió bastantes críticas positivas.

Sin embargo, para mi desgracia...esto vuelve a ser POCA COSA. Este Iron Man viene a ser la película de Iron Man en el que tenemos que aguantar la monserga de ser o no un super héroe y de lo injusto que es vivir como tal contra la tranquila vida del ciudadano medio.

Lo cual...ya es un síntoma de que no vamos a llegar muy lejos.

Pero el filme flojea...las estrategias de intentar sorprender (Ben Kingsley ridículo y totalmente desaprovechado) NO FUNCIONAN. Literalmente uno se ve venir esto porque el filme le está dando fuerza al otro villano.

Gwyneth Paltrow está por estar, Pearce lo intenta y seguro que se lo pasa genial...pero no deja de ser un aliciente secundario y Cheadle con automático.

El filme es largo, la trama va a trompicones y mucho diálogo de relleno (y hablamos de Shane Black) para que al final sea la misma historia de siempre.

Quedaba mejor en Spider Man 2, para ser sinceros.

No merece la pena.

Iron Man 3 es la tercera entrega de la saga del superhéroe de Marvel, protagonizada por Robert Downey Jr. como Tony Stark, un genio multimillonario que se enfrenta a un poderoso enemigo llamado El Mandarín (Ben Kingsley), que amenaza con destruir su mundo personal y el de sus seres queridos. Está dirigida por Shane Black, quien también coescribió el guión con Drew Pearce.

Tiene varios puntos a favor, como:

La interpretación de Downey Jr., que le da al personaje un toque de humor, carisma e ironía, pero también muestra su lado más vulnerable y humano tras los acontecimientos de Los Vengadores.

Las escenas de acción, que son espectaculares y dinámicas, con un uso creativo de las diferentes armaduras de Iron Man y sus aliados.

El giro argumental que revela la verdadera identidad de El Mandarín, que puede sorprender y divertir a algunos espectadores, o decepcionar y enfadar a otros, según su grado de fidelidad al cómic original.

El final, que cierra la trilogía de forma satisfactoria y emotiva, con una escena post-créditos que anticipa la próxima aventura de Los Vengadores.

Sin embargo, también tiene algunos aspectos negativos, como:

La falta de originalidad y riesgo del guión, que sigue una fórmula muy similar a las anteriores entregas y no profundiza en temas interesantes como el terrorismo, el trauma o la identidad.

Los efectos especiales, que en algunos momentos son poco convincentes y parecen sacados de un videojuego, sobre todo en las escenas nocturnas o con mucha explosión.

Los personajes secundarios, que están poco desarrollados y tienen poco peso en la trama, como la científica Maya Hansen (Rebecca Hall), el villano Aldrich Killian (Guy Pearce) o el niño Harley Keener (Ty Simpkins).

El tono cómico, que a veces resulta excesivo y fuera de lugar, restándole seriedad y tensión a la historia.

En conclusión, Iron Man 3 es una película entretenida y divertida, que cumple con las expectativas de los fans del superhéroe y del universo Marvel, pero que no ofrece nada nuevo ni memorable al género. Es una buena forma de pasar el rato, pero no deja huella.

"Iron Man 3" marca el regreso del carismático Tony Stark (interpretado por Robert Downey Jr.) en una película que profundiza en la esencia misma del héroe de armadura roja. Dirigida por Shane Black, esta entrega es un capítulo fundamental en el desarrollo del personaje y un giro inesperado en la historia de Iron Man.

La película se desarrolla después de los eventos de "Los Vengadores" y muestra a un Tony Stark afectado por la batalla de Nueva York. Atormentado por pesadillas y ansiedad, Stark se enfrenta a un nuevo enemigo, el enigmático Mandarín, interpretado magistralmente por Ben Kingsley. La narrativa juega con las expectativas de los fanáticos al presentar al Mandarín como una amenaza terrorista, pero la película reserva giros sorprendentes que desafían las convenciones de los cómics.

"Iron Man 3" destaca por su enfoque en la vulnerabilidad de Stark. Vemos a un héroe que, a pesar de su armadura impenetrable, es humano y frágil en su interior. Robert Downey Jr. ofrece una actuación excepcional al explorar las capas emocionales de su personaje. Su interacción con el joven Harley (interpretado por Ty Simpkins) añade un elemento conmovedor a la historia.

En cuanto a la acción, la película no escatima en secuencias de combate espectaculares y efectos visuales impresionantes. La variedad de trajes de Iron Man y sus capacidades mejoradas proporcionan momentos emocionantes para los fanáticos del género de superhéroes.

Sin embargo, algunos fanáticos de los cómics pueden sentirse divididos por ciertos aspectos de la trama y la interpretación del Mandarín. Aunque el giro puede ser refrescante desde una perspectiva narrativa, aleja al personaje de su contraparte en los cómics.

En resumen, "Iron Man 3" es una película de superhéroes que se aventura en territorio emocionalmente complejo y ofrece una visión diferente de Tony Stark. Aunque algunos puristas pueden no estar de acuerdo con los cambios en la historia, la película enriquece el desarrollo del personaje y mantiene la acción y el entretenimiento a la altura de las expectativas de Marvel.

Nota: 7/10

A estas alturas este tipo de sagas suele mostrar claros síntomas de fatiga. Los costes de producción y el target de espectador requerido para rentabilizarlos hacen que las opciones argumentales sean tan escasas como los riesgos asumibles. Este no es el caso de Iron Man, que en su tercera entrega ha sabido compensar esa sencillez con un guión ágil y despierto. Y la solución tiene mucho que ver en cargar la peli en Downey Jr., exprimiendo la especial complicidad del prota con el personaje. Downey Jr. en no pocas ocasiones parece que no actúa, y es porque la personalidad que se ha dotado al personaje coincide en muchos aspectos con el actor y esto ha sido un terreno espléndido para profundizar en Tony Stark, salvando el filme de la única y estéril pirotecnia absurda. Es conocida la turbulenta vida de Downey Jr. con el alcohol y las drogas, y en varios pasajes – especialmente en la voz en off- parecen especialmente autobiográficos. Por otro lado es fácil deducir la metáfora de la armadura como ese plus, ese subidón, ese desinhibidor y alterador de la realidad que conlleva el consumo de sustancias. Y su dependencia. Así la nueva historia del magnate Stark fluye y atrae al espectador, apoyado por un catálogo de diálogos desenfadados y situaciones hilarantes – la coneja tetuda gigante – que hacen que el espectador no se sienta estúpido pese a que el argumento sea sota, caballo y rey. Buenos contra malísimos, chica en apuros, giros de guión mínimos, predicibilidad esperada son lastres difíciles de levantar, pero Shane Black te los sabe mezclar para que las espinacas apenas se noten. También la falta de complejos a la hora de afrontar que hablamos del enésimo capullo en calzoncillos, aunque sean de plomo, y esquivar el absurdo de tomarse el tema en serio. Algo que, por ejemplo, se le fue de las manos a Nolan en su indigesto cierre de Batman.

Esta película lo tiene todo para no ir a verla, todos los tópicos américanos van incluidos en ella, los necesarios para mirar a otro lado innumerables veces en la proyección, una mezcla de vergüenza ajena y risa.

Lo tiene todo :

Patriotismo
Presidente de los estados unidos, que sonrie a cámara varias veces.
Niño "Disney" que alucina con los IronMan.
Personajes aparentemente debiles que despues se transforman.

Y para aderezar esta obra de arte, un guión que da risa, donde vemos paridas por doquier, cosas que no pegan nada en la película.. Me hizo especial gracia ver a Don Cheadle pegando tiros como si fuese a jugar al Golf.

En mayusculas .. UNA PELICULA NO RECOMENDADA PARA MAYORES DE 12 AÑOS.

Estais avisados.