Las brujas de Zugarramurdi

Película en donde los excesos gore de De la Iglesia no se quedan fuera de juego, como en otras películas, porque esta es una peli de brujas, y ya de por sí es fantástica, por lo que queda bastante bien este género que es en sí mismo el director vasco.

Cuando ves a una actriz como Terele Pávez, o incluso Pepón Nieto (defendiendo muy bien su papel) o la explosiva Carolina Bang (parece una vampiresa), uno no se explica muy bien qué pinta Mario Casas en el espectro cinematográfico. Un chaval que no transmite nada, más allá de cuando empuña un arma. Pero este personaje que defiende aquí, inseguro (por lo de guiñar los ojos), no es muy diferente al resto que hace en otras películas.

La mezcla de humor con thriller, y ese misterio de los 80, con el que se ha criado también Álex (genial el guiño a Jos Luis Moreno), dotan de un sabor muy agradable a la peli. La casa es justo ese tipo de decorados ochenteros que nos hacía ir a otro mundo, con los pasadizos secretos, las telarañas, los muebles biblioteca que se abren...

En resumidas cuentas, una peli para pasar un buen rato y echar alguna risa que otra.

Un poco de historia. A inicios de los 90, cuatro directores vascos pegaban fuerte en el cine español: Juanma Bajo Ulloa, Julio Medem, Enrique Urbizu y Alex de la Iglesia. De este cuarteto sólo permanecen con vida la eficacia y habilidad clásica de Urbizu y algunos destellos de ingenio y buen hacer de Alex de la Iglesia, desaparecidas tristemente, quién sabe si para siempre, las particulares poéticas de Medem y Bajo Ulloa.
Títulos como Acción Mutante, El día de la bestia, Muertos de risa, La comunidad o incluso una película fallida como 800 balas, transmitían el universo propio de de la Iglesia, alguien que no solo tenía referentes genéricos y enorme facilidad visual, sino también la inteligencia y conocimiento de saber emparentarse con las tradiciones culturales propias españolas: el esperpento, cierto humor negrísimo, las consecuencias de la representación pictórica que llega a través de Goya o Solana. Estas sumas de elementos habían dejado de funcionar en los últimos años, con títulos anodinos como Los crímenes de Oxford (que podía haber filmado cualquier otro) y con Balada triste de trompeta como ejemplo paradigmático. Posiblemente la que podía haber sido una de las películas más importantes de la historia del cine español, naufragaba en el exceso, el delirio y el cinismo. De la Iglesia de manera modesta parece recuperar parte de su pulso en su último título. Un atraco en la Puerta del Sol (la secuencia más elaborada de su carrera) a una tienda de Compro oro con una huida en coche hasta un lugar de brujas, Zugarramurdi, en Navarra, da lugar a una narración frenética y desfasada, con muchos momentos ingeniosos, espíritu punk, un relato cómico-fantástico con la lucha de sexos (y la idea de la misoginia) omnipresente, que aunque se desinfla por momentos y resulta desequilibrada, intenta entretener sin olvidar cuestiones de enjundia. De la Iglesia habla de muchos referentes: Rufufú, Los Goonies, Abierto hasta el amanecer, La matanza de Texas, Evil dead, Robert Aldrich, Richard Quine, pero el humor y las pisadas culturales siguen siendo inequívocamente autóctonas (en este caso también vascas). Magnífico reparto -Carmen Maura, Terele Pávez, ojo a Mario Casas, Santiago Segura y Carlos Areces- y fenomenales secundarios. Atención a Bob Esponja, los créditos iniciales o un bar varado en el tiempo. Un filme que permite recuperar la confianza en el pulso narrativo de su director.

Alex de la Iglesia dirige esta desmadrada película que empieza con un grupo de hombres desesperados que ejecutan un robo en una tienda de "compro oro" de Madrid entre los que se encuentra un niño, hijo de uno de ellos, con el botín emprenden la fuga rumbo a Francia perseguidos por dos policías y la madre del chico, la casualidad les lleva a parar en Zugarramurdi, tierra de brujas, donde encuentran a un grupo de mujeres con siniestros planes para ellos.
La película arranca muy bien con el atraco y la posterior persecución pero con la aparición de las brujas y sus ridículos aquelarres queda la sensación de que al director se le ha ido la historia de las manos, quedando muy lejos de anteriores películas suyas como "El día de la bestia", "La comunidad" o "Perdita Durango".
Aunque está rodada con profesionalidad y cuenta con un buen grupo de actores y actrices muy conocidos del cine español como Hugo Silva, Carmen Maura, Mario Casas, Terele Pávez o Pepon Nieto entre otros le sigue faltando algo para considerarla una película sólida.
Alex de la Iglesia es capaz de rodar cosas mucho mejores y con esta película se ha quedado claramente a medias.

Álex de la Iglesia tocó techo con "El dia de la bestia" y "La Comunidad", pero la década de 2010 a 2020, parece que buscaba films subidos aún mas de vueltas, llegando a la ridiculez.

Se puede hacer una buena comedia de terror sin estos niveles de histrionismo para acabar neurasténico. En "Las Brujas de Zugarramurdi" tenemos las clásicas caras del cine español mas asiduos del propio tito Álex, que toca el interesante tema de las brujas de esa España rural del norte que a priori, debería ser interesante. Lamentable, el film está reservado a reírle las gracias al director. No llega a la herejía de "Mi gran noche" pero es en la misma línea, con actores de renombre del panorama español hechos caricaturas y una pseudotrama con cafeína para aguantar 1 semana despiertos.

Reconozco un par de escenas con una fotografía y planos bastante buenos, algún momento para recordar, pero el conjunto en sí es horrible, donde falla lo más importante de un film que es el enfoque y el estilo. Y por desgracia no es el tito Álex de finales de los 90's y principios de los 2000, sino el "moderno". Con demasiada esencia y muy poca gracia.

Aún queriendo reírte, sólo continúas por ver qué locura sigue a continuación. Para los muy fans del director, entre los que yo me considero (o consideraba) pero en este tramo de su carrera no.

Álex de la Iglesia empleado una gran cantidad de calidad para hacer algo asqueroso, desagradable y que no te aporta nada (salvo imágenes desagradables).

Es gracioso ver a Santiago Segura haciendo de señora. Lo hace bien y su fisionomía se lo permite.

Lo demás es asqueroso.

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La lista de personajes femeninos históricos de la presentación es un poco inquietante. ¿Hay algún motivo para ponerlas ahí? ¿Es sólo estética? Figuran nombres como: María Tudor ("Bloody Mary", la última y legítima reina católica de Inglaterra, hija de Catalina de Aragón), Marlene Dietrich, Bette Davis, Margaret Thatcher, Angela Merkel. Se incluye también la dama de Elche y varias esculturas femeninas de la prehistoria.

Menos mal que no figura Isabel la Católica. (¿Por qué?) ¿Por qué no están la Reina Victoria de Inglaterra, Isabel I de Inglaterra, Hillary Clinton, Medea o Medusa? ¿Y María Magdalena? ¿Las seleccionadas están ahí porque hacen un cuadro bonito? Bueno, todo esto resulta simplemente superficial. Ojalá hubiera algo de chicha.