Camino

La mayoría de críticas a esta película se centran en el mensaje. Que si el opus está muy bien, o que si son unos integristas, etc. A mí este tema me trae sin cuidado. Mi crítica es estrictamente cinematográfica, y en este sentido, la película me parece verdaderamente mala, y a ratos, molesta.
Adolece de entrada de uno de los grandes defectos del cine español: un guión que funciona a base de calzador. Y da igual si está basado en hechos reales o no, el cine exige ser creíble en sí mismo. En esta película no se trata de que cuadre la acción física, sino la emocional. Buscar (burxar, como decimos en Catalunya) las emociones escarbando donde no debería haberlas, fabricando momentos emotivos por la cara, porque sí y punto, resulta moralmente (en términos cinematográficos) censurable. Véase a modo de ejemplo esa alucinada acción paralela entre los acontecimientos que ocurren en una clínica y los que ocurren durante una obra de teatro, donde la telepatía, o el cosmos (otra cosa no se explica), mueven los hilos de los personajes.
La aventura que propone "Camino" es de un lacrimógeno desmedido. La formula no es tan complicada. Busca una niña y póstrala en el lecho de muerte. Luego le situas encima una cámara y le pones unos diálogos a tono. Alarga eso cuanto puedas y tendrás Camino.
Esta película es el llanto porque sí, es un reality de ficción, poniendo de telón de fondo la censura a una orden religiosa. Y me importa un rábano que explique una historia conmovedora. ¡Estamos hablando de cine, jolín! Si al cancer infantil le añades, como si de sal y pimienta se tratara, un poco de supuesta injusticia al uso, un poco de integrismo (así lo plantea, sin ninguna objetividad), un poco de impotencia, un algo de incomprensión, unos detalles de inocencia infantil, un ramillete de tragedia y un puñadito de amor platónico, tienes la cena lista. Ojalá no se te indigeste con tanta lágrima.
Camino solo provoca lloros. Es imposible evitarlo, aunque la odies. Es una puñalada cochina y traicionera al corazón del espectador. Solo pueden salvarse las interpretaciones, en especial la de la niña. Al director le diría que con intenciones tan perversas y tan pobres intelectualmente, no deberían dejarle hacer cine.

Lo cierto es que esta película puede ser confusa. Confusa en su planteamiento, puesto que los hechos que nos cuentan, no ocurrieron tal y como nos narra magistralmente Javier Fesser. Es algo que suele pasar en una película basada en hechos reales. Muchas personas suelen ver en ello, una ofensa o pueden sentirse engallados olvidando el tratamiento de ficción que descaradamente ha otorgado Fesser a la cinta. Pues sí, Camino es ante todo una película. Una buena película. Y como película, el director y guionista pueden jugar a su antojo en el devenir de la historia y en la creación de cuantos hechos ficticios o no, puedan contribuir al avance de esta. Y no creo que con ello Fesser haya injuriado, ni haya cometido las barbaridades que hasta mis oídos han llegado.


La película consigue mantenerse fresca durante todo el metraje. Y en una historia donde ya conoces el final considero que no es fácil. Fesser ha montado un excelente guión, repleto de grandes escenas y juegos (el uso que da al nombre de Jesús me parece de una gran inteligencia). Hace un talentoso uso de ciertas situaciones sobreponiendo la historia del teatro y la agonía personal de esa bella y sorprendente actriz llamada Nerea Camacho.

Hacía tiempo que no me revolvía tanto en una butaca. Hacía tiempo que no veía un elenco de actores donde cada personaje conseguía su objetivo. Sorprendente, la vitalidad que nos traspasa Nerea, el peligroso fanatismo religioso de ciertos personajes, las dudas, temores y dolor del inmenso Mariano Venancio. O la mirada-espejo de Manuela Vellés, una actriz que en cada nuevo registro me deslumbra con una naturalidad y desparpajo nada corrientes.

“Camino” tiene fallos (spoiler), pero Fesser ha hecho una gran película donde casi siempre ha sabido poner las justas dosis de humanidad y fantasía. 7,5

Primer consejo: Si estás muy aferrado a los dogmas religiosos, quizás es mejor que no la veas; aunque viene muy bien para abrir la mente y repensar nuestros principios.
Segundo consejo: Si no te gusta el melodrama, abstente. Sobre todo es una historia de tristeza, y es lo primero que debería calar; y si por un casual tu indignación ante sus denuncias morales consigue abotargar tu sensibilidad ante la tragedia, deberías replantearte tus dogmas de fe, pues me atrevería a decir que es probable que estén distorsionados.
Tercer consejo y obvio: No te va a gustar si tus géneros se limitan a la acción, suspense, terror, porno y El Padrino. Pues esta peli se compone de 55% drama, 40% denuncia y 5% comedia. No hay otra cosa.
Opinión particular: Ya era hora que alguien cuestionara la religión y sus dogmas como hasta ahora se ha cuestionado el ateísmo y derivados. ¡A qué jode! Me parece una contudente réplica a los que se han empeñado en estar en posesión de la verdad absoluta; y que se han atrevido, sin conocer el tema (y en este caso de verdad), a "evangelizar" sobre el origen del hombre y del universo, sobre la naturaleza de la homosexualidad, sobre la ciencia (física, química, matemáticas...), sobre el derecho a la vida y a la muerte... etc. La peli no hace otra cosa que remarcar el contraste de que mientras muchos se ocupan de atosigar con estas historias, nadie presta verdadera atención a la única cuestión sencilla y fundamental: la de una niña que, simplemente, pide que se respeten sus sueños por mundanos que éstos sean.

Yo porque soy muy macho y mi orgullo masculino me impide llorar en público, pero Fesser es un cabrón sádico de cuidado. Debe ser que crear situaciones dramaticas engancha más que la heroína y el tipo este se puso hasta las trancas. La historia ya es de por si dura, y nuestro amigo Fasser en pleno subidon de dramaina, no hace más que añadir mas leña al fuego, hasta que mi límite de aguantar penalidades llegó al máximo y empecé a desear que toda la familia se marchara ya al otro barrio y acabar así con su sufrimiento (y con el mio de paso). Menos mal que en ocasiones nos da un respiro con situaciones comicas que relajan un poco el ambiente, aunque no os engañaeis, volverá pronto a daros de ostias (emocionales).

Como no va a dar pena y tristeza una niña tan estupenda que sufre tanto, muy torpe tendria que ser el director para no conseguir alguna lagrima, no hacia falta añadir mucho más para conseguir el aplauso del publico y los pañuelos llenos de mocos.

Puntos a favor por dar a conocer esta historia y la manipulación que de ella hace el Opus y la Iglesia, tan avídos de supuestos milagros y santos para seguir vendiendo estampitas.

Excelente película. La mejor que se ha hecho en España en muchos años.

No comprendo como esta preciosidad de obra, de arte, no fue escogida para representar a España en los Oscar de febrero 2009 y en su lugar eligieron "Los girasoles ciegos", la cual es más y más del mismo y supermanido tema de la guerra civil española. Esto fue un gran error, pues "Camino" incluso en el caso de no haber sido luego seleccionada por los responsables de la academia norteamericana de cine como candidata a la mejor película extranjera, al menos habría tenido el merecimiento más que ganado de ser mucho más conocida internacionalmente, cosa que se merece por ser la mejor película, sobradamente mejor, hecha en España entre 2007 y 2008.

He visto también en 'You-tube' los vídeos de cómo se rodó "Camino" y me ha conmovido contemplar a Nerea Camacho (esta excelente muchachita que va para magnífica actriz) llorar cuando la iban a rapar su cabeza al cero con objeto de poder hacer lo más real posible su papel de enferma intervenida quirúrgicamente, y de como Javier Fesser (excelente director y un tipo cachondísimo) para solidarizarse con ella se rapa su testa también en un gesto de acompañamiento. Me parece que el Sr. Fesser tiene un don de gente y un sentido del humor admirable; por ejemplo cuando están rodando la escena de la estación del tren, un viajero se cruza por el fondo en la toma que realizan de la niña en camisón corriendo por la calle, imprevisto interviniente que les jode una escena muy trabajada y de larga duración, entonces alguien del equipo filmador exclama "¡pero quién coño es ese tío!", y Javier Fesser, con mucha flexibilidad y buen humor responde: "Será el ángel custidio" (ja, ja, ja, es genial, me he reído cantidad con esta magistral reacción del director).

La filmación retrata de forma impecable y verídica el sectarismo de la institución del Opus Dei, sus curas tan relamidos y la degeneración racional en que programan a sus afiliados o numerarios; por ejemplo recoge tal como es típico en esta y otras órdenes de las distintas religiosidades sectarias y despersonalizadoras, el inspeccionar la correspondencia de sus militantes de base y quedarse canallescamente con las cartas que consideran que no deben recibir dichas "ovejitas morras".

Película ideal para ver como he hecho yo, un jueves de Semana Santa, en una fecha simbólica muy apropiada por el muchísimo sufrimiento terminal humano que contiene la historia narrada.

Me quedo con estas máximas de "Camino", un filme que me ha hecho llorar y emocionarme hasta la médula:

+ Si queremos a alguien y no se lo decimos, ¿de qué nos sirve ese amor?

+ Emprender aventuras es robarle tiempo a la muerte.