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5 centímetros por segundo

Animación. Drama. Romance ¿Cuándo empecé a escribir mensajes que nunca envío? ¿A qué velocidad debo vivir para volverte a ver? Después de graduarse en escuela primaria, Takaki Tono y Akari Shinohara fueron por caminos separados a pesar de lo que sentían uno por el otro. Lo unico que pasó entre ellos fue el tiempo. Un día, en medio de una tormenta de nieve, Takaki finalmente fue a ver a Akari... La película consta de 3 historias que narran varias etapas desde ... [+]
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
29 de noviembre de 2011
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Makoto Shinkai, te quiero. Después de ver esta película, de descubrir el guión que has trenzado separando la vida de dos personas en 3 partes que se suceden como 3 poemas, describiendo los sentimientos como nunca antes en el cine, te quiero.

Es un hecho que el cine oriental refleja a la perfección una visión diferente del mundo que nos rodea, otro tipo de sensibilidad, pero lo que esta película nos muestra puede significar para nosotros dos cosas:

- Un pastelazo infumable repleto de tantos momentos llenos de sentimientos que terminemos indigestos y queriendo vomitar de nuestra mente todo lo visto.

- Un poema visual, una delicia para los sentidos en un envoltorio de una hora con 3 pequeños frascos dentro donde se guardan las esencias de los sentimientos humanos ante las relaciones.

Para mí fue la segunda, aunque perfectamente entiendo que haya gente que no sea capaz o que no este dispuesta a tragarse una hora de derroche de sentimientos lentamente contados, y que si se sienten a ver El Barco por ejemplo, que eso si que es una buena serie, por supuesto. [Sarcasmo]

Adentrándonos en la peli, tenemos a dos personajes principales, chico y chica que no pueden vivir siendo niños el uno sin el otro, pero, cosas de la vida, se tienen que separar. Ese es el punto de partida de la película, que a través de 3 momentos puntuales de la vida del protagonista masculino, nos cuenta ayudánose de la voz en off en casi todo momento, como se siente en las diferentes situaciones.

Tenemos la suerte de que el protagonista es todo un poeta, (o al menos en España muy pocos tíos de su edad harían las reflexiones que él hace, aunque bueno, la cultura no es el punto fuerte de la juventud de este país) y la belleza de cada frase que suelta se funde a la perfección con las imágenes tan bellas que el amigo Makoto Shinkai nos ofrece. Esto junto con una banda sonora preciosa, la convierten, para mí en una pequeña joyita del género.

Vistos sus puntos fuertes, me veo obligado a mencionar también los aspectos en que flojea un poco la película. En primer lugar destacaría que el ritmo narrativo puede resultar bastante tedioso (en castellano: que te puede resultar lenta y hacerse pesada) si no empatizas con los personajes. En segundo lugar su final puede producir risa en alguien a quien no le este gustando y hacer que suponga la guinda del pastel de sus mofas.

Estos puntos flacos creo que sólo se podrían dar en gente que no haya sentido alguna vez ninguno de los sentimientos que se nos abren en abanico con este film.

Resumiendo, que os recomiendo esta peli, y más si la veis en buena compañía. Merece la pena una horita del día invertida en ella. Abstenerse insensibles y gente que vea El Barco.
kale
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27 de junio de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Makoto Shinkai se está abriendo paso con fuertes arremetidas entre los emergentes grandes autores del anime, y solo tiene un par de Films, y algún OVA ("Hoshi no Koe") que causó sensación. “The Place Promised in Our Early Days” atrajo sobre él la atención más argumentada, y “5 Centímetros por Segundo” viene a justificar aún más el que su nombre aparezca entre los grandes, grandes.

* Shinkai nos habla, con la exquisita y detallista animación que ya desplegó en “The Place…”, de la soledad, la separación, el amor, etc. de una forma abatida y triste; también desesperada y aniquiladora, pero con el estilo contemplativo que parece caracterizarlo. Nos muestra dos personas separadas en su tierna adolescencia, que pese a la distancia y a la poca comunicación entre ellos durante años, se tienen presente el uno al otro, y mantienen un fuerte vínculo, idealista, romántico... arriesgado, durante años. Vemos solo un extremo de ese hilo etéreo que une a Takaki Tono y Akari Shinohara, sin saber lo que ocurre al otro lado, pues según avanza el tiempo nos encontramos aislados en el corazón de Takaki (el chico), en su obsesión por el absoluto que Akari representa, como un velo sutilmente tiránico, perpetuado, que ha cobrado vida, independientemente de la vida de la Akari real, y que amenaza con destruirlo. Shinkai nos sitúa en el lado idealista y obcecado de la vida, con el agravante de su opacidad, que no nos deja ver el otro lado, el cual percibimos a través de nuestra experiencia y deseos, recuerdos y manera de sentir.
Lo que empieza siendo tierno y conmovedor va convirtiéndose en desolador, desgarrador, aunque siempre tenga la película el mismo tono sosegado. La tensión y aflicción violenta que pueda atenazar a algún que otro personaje viaja a través de las secuencias sin que haya sido disparada por ninguno de ellos, siempre contenidos, tendiendo redes de angustia en cada recoveco de las aparentemente sosegadas imágenes que vemos.
Shinkai nos lanza un film enconadamente desapacible y demoledor, a su manera, que puede hacer aflorar la sensibilidad más espontánea y veraz, solidaria, del espectador, convulsionando su simpatía por tal o cual personaje, mientras en pantalla se despliega tan solo una triste panorámica tras otra, adornada con algún desconsolado personaje. Contención y contención, para que antes de romperse la imagen, se desboque la sensibilidad del público. Estamos ante un anime con un poder evocador y de transmisión de emociones abrumador, que de la historia más sencilla hace una vida entera, y que en poco más de una hora despliega años y años de la vida de los personajes en nuestras cabezas, incluso una vez finalizados los créditos finales.
irian hallstatt
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16 de enero de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las estaciones del año y las decisiones que influyen en otras personas son los ejes de coordenadas sobre los que Makoto Shinkai parece dibujar a sus personajes, que viven (y se mueven) con las raíces de la memoria hundidas en las promesas hechas a edades tempranas. A diferencia de sus dos films anteriores esta historia puede considerarse cercana pero desde una perspectiva diferente sobre el amor: desde el desamor (bien entendido, el que se da antes del amor).

La película invita a ser observador de un paisaje de pinceladas intensas y vibrantes colores que adornan el paso del tiempo en la vida de Takaki, mecido cual veleta por la inercia de los acontecimientos mientras va contagiando a las personas a las que se acerca. Una historia contada con la sinceridad que cualquiera de nosotros podría rebosar al vernos desbordados por las emociones que nos llenan; pensamientos que avanzan con la torpeza ingenua de nuestros primeros pasos en busca de las necesidades del alma y con el reconocimiento en nuestra propia experiencia. No hay en ella un atisbo de pretensión; solo es, un `dejarse llevar´ por lo que hay. Tristeza, una gran tristeza ajena desubicada por la ausencia que todo lo separa.

El mismo director parece entender con este film que no hay mayor lejanía (Voces de una estrella distante) que la menor de las distancias (Más allá de las nubes, el lugar prometido). La idea es, “básicamente”, la misma, solo que en ésta roza emocionalmente lo sublime: duele. Es precisamente por su `espontáneo´ diálogo por lo que su guión es un eco de nuestra propia profundidad: cuanto más se reconocen las palabras en la propia experiencia, mayor sentido y fuerza tienen y más elevan la calidad del film; su cualidad más sobresaliente. Una película claramente subjetiva y empática: oír a los protagonistas es como si dejásemos hablar a la persona a la que hemos hecho un daño irreparable en su interior. En absoluto simple, ni complejo, es, como lo son las lágrimas o la risa, como sinceros son los sentimientos que convocan emociones. Dar un pretexto a la palabra para ser culta, original o enrevesada, habría sido un lastre para la historia y hubiese amargado su genuino sabor. No hay más sonidos que los que nos rodean. Las voces de los protagonistas, más que los paisajes o su música, son un potenciador alucinógeno para dejarse hundir en este bello desgarrador viaje anímico, lleno del sentimiento con el que maduran sus personajes ante la verdad descubierta.

Shinkai levanta hasta la última capa de piel y muestra que en verdad los sentimientos ajenos emanan emociones que sin poder evitarlo terminan contagiándonos como un virus que nos infecta. 5 centímetros por segundo no es una obra maestra porque no necesita serlo. Palpita y siente, está viva. Y con lo que cuesta estarlo ya es todo un logro. (Personalmente lo más grande que ha parido y parirá Shinkai, tiempo al tiempo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Balsa
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10 de mayo de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título hace referencia a la metáfora de la rapidez de la vida. Uno de los personajes vive sumergido por el pasado, exactamente, por esa historia de amor que ya no existe más que en sus recuerdos.
Los escenarios son de una belleza impactante.
La canción final one more time one more chance resume exactamente la historia de esta gran película.
Nau
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17 de mayo de 2008
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras largas esperas por conseguirla, la ví emocionado por tan generosas críticas hacia ella.

Simplemente cuenta tres historias, todas ellas relacionadas con el amor, que vistas desde el punto de vista de un personaje de cada una de éstas, relata sus temores, sus pasiones, sus miedos y lo que piensan en cada momento. Todo ello sin llegar a aburrir, sin empalagar.

Pero no todo acaba ahí. Lo mejor, sin lugar a dudas es la imagen. Sin palabras para describir tal cantidad de detalles en pantalla, colosal la sensación que se adquiere tras ver el enorme trabajo que hay detrás de cada fotograma, una maravilla, un lujo al alcance del ojo humano.

Y si la calidad del dibujo es de años luz, la banda sonora tampoco se podía quedar corta. Totalmente intregrada en este pequeño cuento, acaricia el oído con cada nota que reproduce.

Totalmente recomendable para toda aquella persona que sepa reconocer las grandes obras, como por ejemplo, este monumento de la animación, un aplauso con mayúsculas al creador, el señor Makoto Shinkai.
ettore
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