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Solo Dios perdona

Thriller. Drama En Bangkok, el joven Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para tráfico de drogas. Su madre, jefa de una poderosa organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber violado y matado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y deseo de venganza, ... [+]
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Críticas 154
Críticas ordenadas por utilidad
30 de julio de 2013
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni el mismísimo Refn se imaginaba todo el éxito que tendría. Con películas como ‘Valhalla Rising’ a sus espaldas ¿Quién se iba a esperar un éxito? Lo consiguió con ‘Drive’. Teniendo a un actor de renombre como Ryan Gosling y nombres como Bryan Cranston además de la película con mayor ritmo del director, consiguió en su mayoría críticas positivas, nominaciones y premios, importante la de mejor director en Cannes. Pero los nuevos seguidores de Nicolas Winding Refn, cuando supieron de una nueva obra del director de ‘Drive’, repitiendo Gosling, se esperan una secuela, cuando se parece más a la nombrada ‘Valhalla Rising’ que a ‘Drive’.

El guión de ‘Only God Forgives’ no creo que superase las 30 páginas. Ryan Gosling se pasa la mayoría de la película mudo, en ‘Drive’ ya era callado pero en esta es un cambio radical. Y no es el protagonista indiscutible, tenemos a la madre de Gosling con una relación un tanto distinta y un policía que busca la justicia. El público ha abucheado esta película en Cannes, cuando hace poco Refn consiguió su premio allí. Yo pregunto ¿La película es mala por qué no es como ‘Drive’? El problema no ha sido la película, ha sido del público. La película es sincera consigo misma demostrando su desvinculación con la anterior película de Refn. El papel de Gosling es totalmente contrario al de ‘Drive’, la forma de llevar la trama y la violencia es distinta, los propios planos e iluminación son distintos. Ya si nombramos que el film tenía previsto ser rodada antes que ‘Drive’ las comparaciones se rompen. La propia película tiene una entidad propia, entonces ¿Para qué seguir comparando?

Nos encontramos ante un film con una narración especial, como ocurría con ‘Spring Breakers’, es una película basada en sensaciones. Aunque la obra de Korine tenía la capacidad de sí preguntabas a 100 espectadores que les parecía, cada uno tendría una opinión diferente, en ‘Only God Forgives’ no divide tanto la opinión de las masas en opiniones dispares, las divide en un me gusta o no me gusta de Youtube. Lo veo un claro error teniendo en cuenta la obra que nos ponen delante, no se basa en el propio gusto, si no en la calidad que nos encontramos delante. El gusto al fin y al cabo, es algo personal, hay gente que le gustara más ‘Sharknado’ que ‘2001: Una odisea en el espacio’, no podemos acribillar los gustos de la gente, pero es obvio que la obra de Kubrick tiene más calidad que la divertida ‘Sharknado’. Y esto ocurre con ‘Only God Forgives’, esta es una obra realmente compleja y sensorial que es digna de admirar.

No me creo que nadie se haya quedado absorto viendo los planos de la película. Perspectiva frontal y simétrica digna de Kubrick con una iluminación impresionante. Los colores de la iluminación consiguen ayudarte, no solo a captar las sensaciones de la película si no a darle un valor estético bastante bueno. Cada una de las imágenes captadas de la película puede servir como ejemplo del apartado técnico tan soberbio. Es interesante hablar del director de fotografía, Larry Smith, ya que trabajo con Kubrick en iluminación en ‘Barry Lyndon’ y ‘El Resplandor’ para dar el salto luego con ‘Eyes Wide Shut’ como director de fotografía. Trabajo con Refn en ‘Fear X’, ‘Miss Marple: Némesis’ (TV movie) y en ‘Bronson’. Por ello se podría entender esos planos tan maravillosos en esta. Aquí no terminan las referencias, teniendo también la atmósfera malsana, caótica y tensa que tiene otro director como Lynch. Refn coge dos características de dos grandes y las hace suyas.

Insultar o tachar como mala la narración o el guión de ‘Only God Forgives’ me parece ridículo. La propia película se basa en puras sensaciones que el espectador capta y el debe interpretar a su modo, realmente no es una película tan compleja como pueda parecer. El problema que tenemos, es el estar anclados a una narración clásica y el salir de ella sea visto como un fallo. La película en sí no es un arrebato de metáforas sin conexión como puede ser ‘La Montaña Sagrada’, nos encontramos un hilo narrativo claro por medio de una conexión de elementos que se percatan ya en el primer visionado. Con las piezas del puzle ya puedes unirlos para crear el significado de la película. La película no se debe amoldar al espectador, el espectador debe amoldarse a la obra. Si el espectador no es capaz de enfrentarse a un nuevo tipo de narración, entonces se pierde una gran obra.

Si el guión se basa en pocos diálogos, el film debe sostenerse en sus actores y bien que lo consigue. Ryan Gosling hace un papel increíble, por medio de miradas y gestos consigue hacernos entender las motivaciones de un personaje tan complicado como es Julian con solo 22 líneas de dialogo. Una malvada Kristian Scott Thomas, la cual clava su papel y capta la esencia del personaje para volverse ella misma, no actúa, se vuelve el personaje. Vithaya Pansringarm es Dios en esta película y consigue captar esa esencia, es más, el propio Refn le dirigía diciéndole al oído que era Dios. Unos verdaderos actores que han demostrado poderse lucir en una película tan complicada para ellos.

La conclusión se basa en que ‘Only God Forgives’ se va a llevar las patadas de público y crítica. No es una película fácil sin lugar a dudas, pero es distinta. Si realmente estas contento con películas simples y no quieres probar algo distinto, no la veas. Pero si estas cansado de lo mismo, Refn te lo destruye, lo une con una gran narrativa, una cinematografía impresionantes, unas actuaciones desbordantes y una música magistral. ‘Only God Forgives’ funciona en sus niveles más profundos, su principal error es no funcionar en los más superficiales, pero si te adentras en su contenido, podrás disfrutar de un gran ejemplo de cine moderno actual de calidad. Refn lo ha vuelto a hacer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nachogf
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16 de octubre de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una joya de culto como ha sido “Drive” 2011, Nicolas Winding Refn vuelve con “Sólo Dios perdona”, en la que Ryan Gosling vuelve a ofrecer sus servicios como actor protagonista, eso sí, realizando un rol totalmente distinto.

La cinta se adentra en los bajos suburbioos de Bangkok, en Tailandia, donde Julian (Gosling) junto a su hermano Billy (Burke), regentan un club de lucha, o lo que es lo mismo, una tapadera que cubre a la perfección sus trapicheos de drogas. La noticia de la muerte de Billy llegará a oidos de Julian, quien irá a la caza del asesino de su hermano.

Con un claro interés por centrar nuestra atención en todo lo que respecta a la iluminación (el predominio del rojo es constante), mostrarnos unas secuencias detalladas y ciertas dosis de gore, la cinta va más allá de la mera parafernalia visual. Se nos muestra a unos personajes atormentados, perdedores viviendo en un mundo lejos del suyo.

Es quizás la venganza ese chispazo que les aviva y les hace seguir viviendo un poco más. Una vez más, como ya ocurre con “Drive”, son pocos los diálogos que se nos ofrecen, lo cual no es impedimento alguno para conocer al personaje de Julian en profundidad, pues es su madre quien nos dice todo lo necesario que hay que saber sobre él ejerciendo como su voz interior. Por tanto no me hace falta decir mucho más sobre la importancia que tiene Kristin Scott Thomas (“Lunas de hiel“, 1992).

Pero la cosa no se queda ahí, siendo a medida que va pasando el metraje, el otro protagonista de la cinta, quien va acaparando importancia. Me refiero a Chang, intepretado por Vithaya Pansringarm, un respetable y venerado jefe de la policía que ejercerá la justicia a su manera: con su espada oriental. Siendo capaz de notar lo imperceptible y con un gran poder de autocontrol y fuerza, su serenidad es equiparable a su indestructibilidad, actuando más bien como un dios vengador que como un policía.

Y aquí es donde quiero llegar, en como bien dice el título “Only God Forgives”, todo acto de crueldad, venganza u asesinato no es olvidado por ninguno de los presentes en la cinta, ni siquiera por su madre, quien en un momento determinado hace mención de un suceso pasado bastante importante. ¿Quién es capaz de parar todo esto? Sólo Dios es capaz de perdonarlo.

Ya por último, el director danés nos ofrece la posibilidad de jugar con nuestra imaginación y construir un desenlace a la par entre lo bello, lo desconcertante y lo imaginable, dándonos a escoger la alternativa que más nos guste. No obstante, nos deja como bien he dicho un magnífico reflejo de lo que es la venganza en estado puro poniendo como punto de partida una Bangkok con una estética que a mi, y repito, solo a mí, me ha recordado un poco a aquella ciudad de Los Angeles de “Blade Runner” (1982) sumergida, abandonada de la mano de Dios, en la que las corruptelas están a la orden del día. Simplemente es intentar verlo con profundidad. Quien no lo haga, únicamente verá a Ryan Gosling posando plano tras plano colorido y acabará por no ver el trasfondo del asunto. Hay que ver más allá, si lo hay claro está. Y aquí lo hay.
SCuenca
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1 de noviembre de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El buen viajero no se mide por la cantidad de quilómetros que ha recorrido, tampoco por las toneladas de souvenirs que lleva en la mochila; mucho menos por los centenares de Gigas de fotos almacenados en su(s) tarjeta(s) SD. El buen viajero si acaso puede detectarse mirando cuántas lenguas habla de forma fluida, cuántas personas ha conocido en el país / región que ha visitado, cuántas situaciones peliagudas ha salvado en territorio ajeno... todo esto para intentar poner número (hoy en día, de esto trata casi todo) a algo que es intangible. Lo que realmente determina la diferencia entre ''caer-en'' ó ''evitar'' el turismo es la capacidad de adaptación al nuevo medio. Llegar, observar y entender las normas que lo rigen para actuar en consecuencia... sin olvidar de dónde se viene. Suena complicado y realmente lo es.

Nicolas Winding Refn es un consumadísimo experto en la materia, así lo atestiguan sus películas. Así lo atestiguan sus continuas idas y venidas. Así lo atestigua una carrera cuyos trabajos muestran, de momento, cuatro distintas nacionalidades. Dinamarca -su país natal-, Reino Unido, Estados Unidos y ahora Francia. 'Sólo Dios perdona' era seguramente la película más esperada de la 66ª edición del Festival de Cine de Cannes, y ya es decir en una Competición con nombres del calibre de Asghar Farhadi, François Ozon, Alexander Payne o los hermanos Coen. No era para menos. Hará ya dos años, el discípulo de Lars Von Trier fue la gran sensación con su desembarco oficial en América. 'Drive' fue un estallido de estilo que confirmó a Ryan Gosling como gran héroe fílmico de nuestros tiempos y, claro está, a Refn como uno de los mejores viajeros del séptimo arte.

La película sobre el conductor especialista que por la noche se transformaba y dejaba que saliese a la superficie su parte más oscura (en la por aquel entonces citada fábula del escorpión y la rana estaba seguramente el leitmotiv de la obra del danés), era a la práctica (y quizás ahí estaba la clave del éxito) una trabajadísima reducción de distancias entre el viejo y nuevo continente. El cine de Europa iba a buscar y se empapaba del estadounidense... y viceversa. La mezcla, orgullosísimamente moderna, hizo gala de una estabilidad encomiable y, tal y como estaba escrito en su destino, se hizo con el favor incondicional primero del Jurado de Cannes y después del público. Se confirmó la obra -y el autor- de culto. La lástima es que, como es sabido, todas las recompensas tienen su lado negativo...

En el caso que ahora nos concierne, todo se resume con el concepto hype. Las altas expectativas; la necesidad de seguir manteniéndose ahí arriba sin defraudar a aquellos que te han encumbrado a las alturas; a los mismos que, en lo más hondo de su ser, están esperando, por simple morbo (o directamente por cruel sadismo), a que te des el gran batacazo. Si se analiza 'Sólo Dios perdona' en cuanto a viaje, es obvio que teniendo en cuenta el ''de dónde venimos'', es fácil entender por qué la experiencia se convirtió en uno de los grandes fiascos de este año en la Croisette. Abucheos en el Lumière. Muchos. Y es que la aventura de Refn en Tailandia es un despropósito. Un fracaso sonado en el que se nota que su autor se ha creído demasiado los elogios recientemente recibidos...

... Aunque -no está de más recordarlo- en 'Sólo Dios perdona' no importa de dónde se viene. Para entendernos, y para que quede claro: no es 'Drive 2', porque en la mente del director, es como si no hubiera habido 'Drive'. No es la secuela deseada porque no lo pretende y porque Refn, al ser tan buen viajero, no puede tolerar que lo sea. Porque sería faltarle al respeto al nuevo país de acogida. Si debe entrarse en comparaciones, la propuesta de ahora está mucho más emparentada con la magnífica 'Valhalla Rising', cinta que supuso el verdadero punto de inflexión en la carrera del cineasta de Copenhague y que empezó -por algo sería- a abrirle las puertas en el plano internacional. En aquella ocasión no había por qué darle excesivas vueltas a la historia. Mejor dicho, no había que buscarle la lógica que podría encontrarse en, por ejemplo, un relato clásico criminal. No era prosa. Era poesía.

'Sólo Dios perdona', guste o no, es lo mismo. Poesía del cuerpo humano dedicada a la violencia; a lo animal. Para ello, nada mejor que una venganza (la de un hombre que persigue a los asesinos de su hermano) en plan comiquero. Los versos son los nudillos en tensión de Ryan Gosling, las estrofas son sus puños, a punto de lanzar un ataque mortífero. Las heridas sangrantes, los moratones y los huesos quebrados, junto a las luces led y de neón, ponen la rima. No es que no haya contenido; es que éste hay que encontrarlo en el país de, entre muchos otros, Apichatpong Weerasethakul (véase la lucha entre los dos polos opuestos de la historia, presentada en impresionante anticlímax), o de un muy reconocible cine de serie B que ahora seguramente será reivindicado. A la ecuación añádanle una dedicatoria especial a Alejandro Jodorowsky. Imagínense. Nada viene masticado; todo está por descubrir. En el cine, pocas sensaciones son tan mágicas. Refn, que sigue adaptándose a la perfección allá donde le lleva el viento, demuestra que no ha perdido su toque.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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4 de noviembre de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver una película de NW Refn es como podar un bonsai o dedicar 3 horas a pasar el rastrillo por un jardín zen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
videador
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9 de noviembre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que uno de los actores de actualidad siga comprometido con papeles incompatibles con la fama es de agradecer, aquí Gosling se somete a otro producto que busca sensaciones y ambientes, que experimenta en muchas vertientes, la fotografía y secuencias completas de un tipo de cine que bien se podría denominar como congelado, invita a conocer al diablo confrontando el submundo de lo real y lo irreal, en ocasiones ambos fusionados, un descenso a la violencia en un estímulo siniestro y perturbado en el que las personas se convierten en almas de destrucción, dolor y sangre, cada uno en su interior sabe qué es lo que siente con "Sólo Dios perdona" un thriller de trama sencilla, un ensayo descontrolado, pero que tras su visionado, permanece meditando.

Las extrañas conductas son introducidas para confundir, pero hay inconexiones en una trayectoria plana que se alejan extremadamente de la lógica, puede que sea cine visionario, puede que esa estética estática no permita arrancar, lo cierto es que juega peligrosamente con la desconexión total del espectador, pero seguro que también incomoda con la humillación y la venganza en una historia que no se sabe bien si es sólo de ira o también de justicia, si es un homenaje al cine negro en su máxima evolución tecnológica o si sólo se trata del clásico debate de dejarse llevar y tragarse cualquier mierda o en toda esa complejidad emocional hay un retrato tipo cómic, yo me quedo con la sensación vivida por encima de un argumento mediocre adornado con color y violencia, me quedo con la alucinante experiencia por encima de la reiterada propuesta, me quedo con esa extraña fuerza que vigila el mundo y que genera pánico en una pelea perdida.

Todo el mundo surrealista creado se va quitando la máscara, de repente parece tener la sensación de tener que confesarse, se humaniza y pasa a la acción oriental, pero mantiene un extraño poder legendario, es cine del que no se aconseja a la gente, sino a algún amigo en particular, al que tiene ese gusto feo y perturbado, de mente sucia e insaluble, del que sabe jugar a perdedor, del que apuesta por el trauma y del que no tiene una falsa moraleja ni el freno de la industria, Dios no engaña, este ridículo estímulo está demasiado cercano a la frontera del infierno como para no ser considerado ni reconocido.
stikma
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