Rescate al amanecer

Ya desde la intro digna del peor telefilm, con una reafirmación escandalosa de "Basados en hechos reales", como buscando una aprobación por ello, nos damos cuenta que algo huele a tufo en "Rescate al amanecer".

Si bien una de las primeras escenas es divertida, donde todos los soldados se ríen de un documental sobre la supervivencia, inmediatamente se hunde tras la captura de su protagonista. La forma poco seria en que Bale se toma el hecho de que lo tomen prisionero es ridícula, el hombre hace bromas y sólo pide para ir al baño. A todo esto se le suma la inverosimilitud con que se recrea la estancia de los prisioneros, que andan sueltos, no trabajan y sólo son encadenados por la noche. Entre lo más rescatable del relato tenemos el breve pasaje de Bale y Zahn por la jungla, pero al final vuelven a enterrar todo con la parafernalia de la CIA en el Hospital, algo digno de una comedia barata.

"Entre los vivos hay sonámbulos y entre los muertos" ¿¿¿??? Diálogos que no se entienden, sobre todos los del personaje de Davies. Una forma de hablar que intenta emular la locura pero más bien se queda en la ignorancia.

La dirección de actores es de risa, todos sobreactuadísimos. Intentos fallidos de parecer locos, hambrientos, o siquiera moribundos.

Además de ser aburrida, lenta y con pocas anécdotas que contar, el film de Herzog posee una ñoña y manipuladora banda sonora a cargo de Badelt. Algo que me extraña porque este scorista tiene experiencia en el cine de acción y nunca había escuchado algo tan tedioso dentro de sus trabajos.

Qué ironía que produzca "Top gun" porque la escena al comienzo donde todos están sentados como estudiantes esperando por la misión es muy similar a una del film de Scott.

En fin, una aventura bélica, que ni es aventura, ni es bélica. Herzog sigue haciendo documentales, por favor.

Lo mejor: la parte en la jungla.
Lo peor: lo exagerado y forzado que se ve todo, además de una pésima puesta en escena.

Herzog me ha dado muchas alegrías, probablemente la más grande haya sido el genial y poético documental Grizzly Man (2.005). En esta ocasión, sin alcanzar aquellas cotas, el nivel sigue alto. Para ello cuenta con uno de los actores, físicamente, más versátiles de los últimos tiempos. Christian Bale parece haberse aficionado a papeles de extrema dureza física, la más dura la que sufrió con el inquietante largo español The Machinist (El Maquinista, Brad Anderson/ 2.004). Este actor se va convirtiendo en uno de los más fiables de los últimos años destacando sus actuaciones en las entregas de Batman del sugerente Christopher Nolan, 2.005 y 2.008.
Aunque a simple vista estemos ante una película bélica, me parece que la guerra simplemente juega el palel de decorado. Es el marco en el que se sitúa la verdadera intención de la película, contarnos la historia de un personaje asombroso. Y no he parado de recordar, mientras veía los 126' de Rescue Down, otro largo, para mí similar, de Sean Penn: Into the Wild (Hacia Rutas Salvajes/ 2.007). En ambos casos tenemos dos historias sobre personajes reales extraordinarios que son puestos a prueba por las adversidades a las que se enfrentan. Y en ambos casos, demuestran ser seres excepcionales, aunque de formas muy diferentes.
Dieter Dengler/Christian Bale, ya parecía ser apuntado por el destino de forma genética ya que su abuelo fue declarado enemigo por los nazis al ser la única persona de su ciudad que nos les votó en unos comicios. Y lo cierto es que la historia del cautiverio y liberación de Dieter Dengler está cargada de episodios que demuestran lo excepcional del personaje, y no sólo por ser un sobreviviente como ya había apuntado durante su instrucción como piloto en EE.UU. (su sueño de volar), sino por el carácter humano de un personaje que, en las condiciones más extremas, sigue siendo humano y sigue preocupándose por los que tiene alrededor. Es constante en la literatura sobre el holocausto que los supervivientes hagan mención de la pérdida de la condición humana de los prisioneros en los läger. Dieter Dengler no. Se mantuvo fiel a sus ideas y fiel a sus principios ayudando a sus compañeros hasta en el último aliento. Esa es la grandeza de una película que no es bélica más que por el decorado y la situación. Un personaje humano que destila optimismo y asombro al saber que la película es un fiel relato de lo ocurrido.
Espléndida fotografía y banda sonora. Muy bien Herzog que va encontrando un estilo personal en cada largo que estrena.
Muy bien los actores con un gran Christian Bale a la cabeza.
Lo mejor: En general toda la película. En especial la fotografía y el soberbio guión.
Lo peor: A pesar de estar basado en hechos reales, el trato de los personajes secundarios que encarnan a los enemigos son clichés. Pero esto no enturbia la película.
Muy recomendable.

Va un piloto alemán al servicio del ejército estadounidense, cae derribado en Laos y lo pillan los norvietnamitas, y no es un chiste...
Debo reconocer que me gusta Werner Herzog; a pesar de estar en su crepúsculo, y últimamente más dedicado a su faceta como documentalista (Grizzly Man, Encuentros en el fin del mundo, etc) que a la de cineasta, de vez en cuando retoma ese poderío para la ficción narrativa, y aquí vuelve a darnos otra muestra de ello, centrada en uno de sus personajes arquetípicos, el individuo que navega entre la cordura y la locura enfrentado a una situación extrema. A pesar de que probablemente sea lo más cercano que pueda haber estado nunca el director a lo etiquetado como cine comercial (y eso que ni siquiera se llegó a estrenar en las salas españolas), la peli es más que interesante, e incide en la historia real que ya tratara en el documental El Pequeño Dieter necesita volar, las vivencias de Dieter Dengler en 1965, cuando, en una misión secreta sobre Laos, en el transcurso de la Guerra de Vietnam, fue derribado y hecho prisionero por los "charlies", acabando confinado en unas condiciones bastante penosas y logrando fugarse al cabo de unos meses.
La historia es bien simple, pero creo que gana puntos cuando apuesta por contar de forma harto peculiar las interacciones entre los presos, y entre estos y sus captores, la lucha por la supervivencia, la ferocidad de la selva, magnificada por los verdes de la espléndida fotografía de Peter Zeitlinger, que realmente se convierte en una prisión mucho más dura que esa cutre construcción norvietnamita a base de bambú. Sobre todo, lo que huele a diferente a otras producciones por el estilo, es ese "toque Herzog", que no tuvo que echar de menos a su alter ego delante de la cámara, Klaus Kinski, porque Christian Bale está verdaderamente esforzado en su papel, al igual que Steve Zahn en el rol de Duane (uno sufre al verlo sufrir tanto a él), y Jeremy Davies (para éste, más sencillo, pues hace su "loco" habitual en muchas de sus pelis), y que, para mí al menos, se manifiesta en una extraña mezcla de comedia y drama, una "desdramatización" a través de un optimismo harto inusual en el personaje de Dieter, que con una fuerza espiritual tremenda logra sobrevivir a las torturas y penalidades más horribles (quizás "gracias" a su experiencia como niño alemán entre bombardeos de los americanos, lo que, paradójicamente, le hizo empezar a soñar con ser piloto).

Werner Herzog es un director clásico. Tomando como ejemplo su poética y onírica "Nosferatu", nos encontramos ante una inquietud por el cine maravillosa. La simpleza y desnudez de sus obras conmueve. Su búsqueda de la maldad humana, de su espíritu asesino e implacable y por supuesto del maravilloso sentido de supervivencia que radica en cada uno de nosotros, es un elemento reiterativo en su dilatada carrera.

Herzog plantea aquí el desarrollo lineal de la vida y hazañas de un piloto norteamericano derribado en la frontera entre Vietnam y Laos, el cual es capturado por guerrilleros posiblemente del Vietcong. Situándonos en un portaviones, la antesala a los verdaderos acontecimientos sitúa, pero no satura. Todo lo que viene después es un festín de grandes actuaciones, supervivientes, hambre, dolor y degradación humana. No es una película especialmente dura, pero en ocasiones puede hacer cuesta arriba. Su dirección, lenta, templada, refleja muy bien la continuidad de los días en la selva, y en otros lugares que no diré para no desvelar nada de la trama.

Poco a poco vamos empatizándonos con los personajes, con un Christian Bale a la cabeza sencillamente magistral (le considero uno de los mejores actores de su generación). No obstante, Steve Zahn es un portento, un coloso, todo ojos azules encerrados en un cuerpo estéril y absolutamente derrotado. Jeremy Davies es sin duda el fiel reflejo de la locura. Todo el reparto es tan bueno, que llegué a emocionarme con el transcurso de los acontecimientos. Deseas que las cosas lleguen a buen puerto, sientes en tu propia piel el hambre, el dolor, la derrota, el miedo y la rendición.

No puedo explayarme demasiado porque revelaría datos y escenas prodigiosas. Sólo me queda recomendarla, y para aquellos que disfruten especialmente con el cine bélico, es de OBLIGATORIO visionado. Me ha encantado, he sufrido y he acompañado a este piloto en su lucha extrema por la libertad y la vida misma. Herzog, gracias por darnos posiblemente la mejor crónica de guerra en forma de cine de la última década.

Película de serie B que aceptó hacer Christian Bale para pagar una deuda de juego. Desde el principio, Gibraltar films ya te deja el cuerpo malo, pero después oyes la voz de Bale y ya te está faltando tiempo para quitar la película. La película es mala, las interpretaciones también. Bale está irreconocible por un mal guión y dirección, los diálogos son ridículos y poco creíbles. Al menos podrían haber comprado cámaras buenas y POR DIOS, LA PELÍCULA NO PUEDE TENER AL FINAL LETRAS EN FUNDIDO NEGRO. ¡¡¡EL CABALLERO OSCURO DEBE REGRESAR!!! Nos han robado a Bale. No hay prisión suficientemente grande para Herzog, ese hombre debe ser juzgado por su cinta.

Le pongo un 2 porque Bruce Wayne salvó a Gotham.