El Gran Hotel Budapest

Veo "El gran hotel Budapest", donde de nuevo Wes Anderson, con su característico estilo, me hace disfrutar de cada fotograma al presenciar unos bellísimos decorados, unas desconcertantes imágenes fijas, muchos travellings, trepidantes planos altos y planos inclinados e interesantes movimientos de cámara. Esta película inspirada en los escritos de Stefan Zweig, cuenta -a pesar de no ser necesaria- con una voz en off que me presenta al protagonista de 1968, me hace saltar al año 1932 y me acompaña en los distintos capítulos protagonizados por excelentes y numerosos actores acertadamente caracterizados en un brillante casting: Ralph Fiennes, Saoirse Ronan, Edward Norton, Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Jude Law, F. Murray Abraham, Adrien Brody, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Tom Wilkinson, Bill Murray, Owen Wilson, Fisher Stevens,... Un delirante argumento, una brillante ambientación, unos satíricos y absurdos comentarios, muchas escenas abstractas, un maquillaje y un vestuario muy logrados, unos correctos efectos digitales, mucho humor y una buena técnica acertadamente planeada, hacen de esta pelicula una auténtica delicia que se merece un 8.
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Ja, ja, tras los títulos de crédito un dibu baila el kasachok.

Pues le falta a mi juicio algo para llegar a ser tan encantadora como Moonrise Kingdom o tan divertida com Life Acuatic, pero gusta, entretiene y también hace sentir, así que la valoración es en conjunto positiva. Fantástico Ralph Fiennes en el papel de ese jefe de hotel que seduce a mujeres mayores. Constituye tanto el personaje como la buena interpretación de Fiennes (perfectamente adaptado al universo Anderson) lo mejorcito de la película. La historia nostálgica y cómica, con una fotografia y estética especial como siempre, bella y tristona, se enriquece con una plantel de actores extraordinario, Murray, Keitel, Adrian Brody, Daffoe, Norton y otros (varios de ellos habituales de las películas de Anderson). Sin embargo, ese plantel parece en el fondo querer desviar la atención sobre la realidad de que al guión le falta por momentos un poquito más de fuerza, ser algo más sólido. Parece como si Anderson (consciente de que el guión no acaba de atrapar) haya optado por deslumbrar al espectador con una sucesión de cameos en la que cada secundario que aparece viene interpretado por un peso pesado de la pantalla. El resultado es que si bien te alegras de ir reconociendo rostros importantes del cine en cada nuevo personaje, en algún momento (por ejemplo el rato de la prisión) parece que el film se sirva de eso para mantener la atención. Pero bueno, la película se sostiene, el metraje no es exagerado, y como antes decíamos Fiennes y su personaje mantienen el interés y una sonrisa constante hasta el final, y después.

Hablar de Wes Anderson es hablar de uno de los genios de la comedia moderna, es hablar de un director con un estilo muy particular que ha ido puliendo película a película hasta llegar a 'El gran hotel Budapest', donde alcanza su estado de mayor plenitud y madurez creativa. Su nueva cinta conserva muchos de los elementos que conforman su sello personal y que más adelante comentaré, pero el director tejano ha sabido sacarle partido a su propia fórmula de modo que, lejos de mostrar signos de agotamiento, consigue sorprender con cada trabajo, como ha hecho una vez más.

La historia se desarrolla en un famoso hotel situado en la ficticia ciudad de Zubrowka durante el período de entreguerras. En él, el conserje Gustave H. y su ayudante Zero Moustafa entablan una gran amistad. Todo marcha en orden hasta que se producen una serie de acontecimientos inesperados: por un lado, la muerte en extrañas circunstancias de una asidua visitante; por otro, la desaparición de una valiosísima pintura renacentista; y, por último, una importante disputa familiar a causa de una herencia. A partir de aquí, Anderson nos sumerge una vez más en su universo y, con un ritmo y una narrativa frenéticos, nos ofrece un cuento de noventa minutos lleno de magia, aventuras, diversión y momentos para el recuerdo.

Como decía, el director mantiene muchos de sus elementos característicos, empezando por la participación de actores habituales en sus cintas como Adrien Brody, Bill Murray, Owen Wilson o Willem Dafoe. Algunos de ellos se quedan en meros cameos, pues los que realmente llevan la batuta del film son Ralph Fiennes y el debutante Tony Revolori, quienes conforman una pareja brillante. Otros nombres de primerísimo nivel como Edward Norton, Jeff Goldblum o Jude Law completan un reparto de lujo. Otra de sus señas de identidad es su humor sencillo y, por momentos, rozando lo absurdo (en el mejor sentido). No es un humor del que te hace reír a carcajadas, pero sí del que te mantiene con la sonrisa en la boca durante todo el metraje. Y otro de sus puntos fuertes es su ritmo alocado que no da un solo minuto de respiro, ya que en todo momento están ocurriendo cosas y es imposible apartar la vista de la pantalla.

Pero sin duda, donde Anderson vuelve a despuntar es en el apartado visual. Una vez más, nos encontramos ante un derroche de originalidad y colorido, donde cada detalle está pensado al milímetro y donde de cada plano se podría hacer un cuadro precioso, debido a la simetría de estos. Un auténtico placer para los sentidos sin necesidad de recurrir a las tres dimensiones tan de moda en nuestros días. Cabe destacar también la música de Alexandre Desplat, otro habitual en los últimos trabajos del cineasta, que acompaña perfectamente a las imágenes y que cada vez me gusta más como compositor. Lo único que se puede echar en falta es algo más de emotividad, aquella que tenía 'Moonrise Kingdom' (otra maravilla), pero puede que tampoco lo pretenda y esa pequeña frialdad sea buscada, cosa que no me extrañaría viniendo de quien viene.

En definitiva, estamos ante la que va a ser una de las mejores comedias de este año y ante una de las obras más completas de un director en estado de gracia. Además, probablemente sea su trabajo más accesible y fácil de digerir para todo tipo de público, de modo que aquellos que todavía no estéis familiarizados con el mundo de Wes Anderson, tenéis una oportunidad de oro para adentraros en él. Cuando salgáis de la sala de cine, notaréis que sois un poquito más felices que antes de entrar. Hay que verla sí o sí.

Más críticas en: http://fascineados.blogspot.com.es/

Magnífica película donde se mezcla, humor inteligente, reparto estelar, un ritmo narrativo trepidante que no decae en ningún momento, la musica acompaña de manera magistral todo el relato, estupenda ambientación que recuerda a los grandes filmes de época, el conjunto es redondo, firme, con imágenes impactantes, un universo particular que te atrae, la historia es sólida, bien estructurada,con enjundia, en definitiva, una película que te gustará o te hará sentir cosas, en ningún momento te dejará indiferente, para ver,sin ninguna duda.

Obra magnífica, me gustó muchísimo...no sé si daré en el clavo pero para mí es una mezcla entre big fish, amelie y four rooms.
No se asusten si ven tanto actor conocido en el reparto, normalmente suelen ser bodrios cuando hay tanto famoso. No es el caso.
La película es una joya que ha pasado desapercibida por el gran público, al menos en cuanto a publicidad se refiere.