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Dallas Buyers Club

Drama Basada en la vida real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Empezó entonces a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra tan terrible enfermedad. (FILMAFFINITY)
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Críticas 224
Críticas ordenadas por utilidad
15 de diciembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Dallas buyers club” me recuerda a “Intocable” porque es la otra película de corte emotiva, empalagosa y positiva que me gusta. Con “Intocable” puedo defenderme diciendo que está bien construida, bien realizada, bien narrada y que no es maniquea, pero de “Dallas Buyers Club” no puedo decir lo mismo, ni siquiera me puedo callar que, además de todos los males argumentales que suelen aquejar a este tipo de películas (pez fuera del agua + extaña pareja) tiene chapuzas estructurales, narrativas y visuales bastante flagrantes. Pero qué quieres que te diga, ver a McConaughey haciendo de gañan de rodeo con sida me la pone dura.

También me recuerda a otros biopics ficcionados que he visto ultimamente, sobre todo a aquellos que parece que te estén vendiendo algo: el de Queen, el de Elton o el de las Williams. Y Dallas Buyers definitivamente pertenece a estos últimos, porque aunque te muestre un personaje desagradable y convenenciero, da la sensación de que al final vayan a sobre impresionar un número de cuenta para que hagas una donación para su causa.

Así que, objetivamente no tengo muchos argumentos para justificar la nota que le pongo, pero ponerle otra más baja por aspectos formales sería mentir, igual que lo sería decir que me apetece hacer un análisis de la película. Está bien, no es buena, pero está de puta madre.

Así que, si te gustan las películas empalagosas e inspiradoras, mírate esta mierda y déjate emocionar por todo este montón de basura.

P.D: Solo hay que leer la frase de la portada: “atrévete a vivir”... ¡Recristo!
danballah
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20 de marzo de 2016
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconocida película del 2013 que se llevó tres Oscars, uno para Matthew McConaughey, que se ha quedado en los huesos para el papel, está horroroso, otro para Jared Leto, que como se traviste también tiene una pinta que no digo más, y el último por el maquillaje, que la verdad, no sé por donde entra. El caso es que se la alaba pero yo no veo nada de nada en "Dallas Buyers Club", no confundir con el Bayern Club, salvo la actuación de los destacados. Se ve que aquí es digno de aplicar la teoría de que si intercalas palabrotas cada dos minutos se la toma por muy buena. La obra maestra es aquella que dice "puto coche" o "puta doctora" en vez de "mi coche" o "una doctora".

Texas, 1985, un tal Ron Woodroof (Matthew McConaughey), borracho, drogadicto y mujeriego, espero que pagando, descubre que está enfermo de SIDA, en fase terminal, pero lejos de rendirse entabla una batalla contra... pues no sé. En teoría contra las farmacéuticas o por vivir pero está todo tan diluido que nunca llegas a implicarte. De paso se hace amiguito de un travesti y monto un negocio para lucrarse, que es lo que importa. A esto hay que sumar el profundo desagrado que te causa el personaje. Historia basada en hechos reales, incómoda de ver, que trata de tocar muchos puntos pero que no afina en ninguno. Corres el riesgo de desconectar.
Reaccionario
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31 de enero de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en una historia verídica, 'Dallas Buyers Club' vuelve a retomar los años de desconcierto y terror que se sufrieron entorno al 'Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida'. Es curioso llamarlo así y que es haya que parezca diferente, igual de curioso que resulta ahora echar la vista atrás y descubrir documentos e historias sobre los primeros años de investigación sobre esta enfermedad. A la vez que se intentaba conocer lo máximo sobre ella, la sociedad volvía a dar muestras de su desfachatez y falta de escrúpulos al querer segregar a la comunidad que la sufría. Uno de los mayores ejemplos fue el jugador Magic Johnson, persona a la que admiro desde siempre, quien se convirtió en un icono por su sensatez y luchó por integración de los desfavorecidos por esta causa, defendiendo que sus vidas valian la pena bajo cualquier circunstancia aunque muchos los dieran por muertos, abstraídos por culpa de su miedo.

Al igual que Magic hubo muchísimas figuras, tanto famosas y anónimas, que creyeron en sus posibilidades y gracias a su esfuerzo no sólo ellos han mantenido un buen nivel de vida, si no muchos otros enfermos que han visto cómo sus esfuerzos han repercutido positivamente con el paso de los años. Rod Woodroof (McConaughey) es el encargado hacer avanzar la película más allá del mes de vida que le habían dado como máximo en un principio. Su interés por seguir viviendo le hizo buscarse métodos alternativos de supervivencia, consiguiendo crear la esperanza en muchos que veían todo perdido.

Ahí apararece la mejor parte de la película. Matthew McConaughey consigue hacernos mirar a la enfermedad a los ojos con una actuación nerviosa pero firme y haciendo que su personaje sea totalmente real para un espectador que sufre con cada tos y le apoya en cada escena que intenta boicotear a las abusivas y destructivas farmacéuticas. La mejor interpretación que le hayamos visto. Últimamente estás irreconocible, ¡quién te ha visto y quién te ve! Pero no es el único que se sale de sus cabales y que ha perdido 20 kilos para la ocasión. Jared Leto tiene ganado otro puesto entre los grandes secundarios/as por volver a hacer de drogadicto (es recordar 'Requiem for a Dream' y dejarme los pelos de punta).

Está claro que las interpretaciones son una maravilla, no podían ser menos cuando la película las abandona a su suerte para que todo gire a su alrededor. Los planteamientos sobre la conducta de cinentíficos y farmacéticos son necesarios y adecuados, pero no están bien explotados, parecen forzados cuando Rob adopta el estilo Breaking Bad para crear su Club de Compradores. La evolución del personaje es coherente, no está mal tratada; un detestable cowboy destrozado por las drogas, misógino y homófobo reconsidera su opinión, pero sigue siendo igual de capullo. Termina cayéndonos bien y demostrando la ternura de la película, la cual no es más que una historia robusta aunque afectiva, contada de manera correcta y sin tomar riesgos que puedan hacerla destacar. Pasarás el rato pero, sobre todo, disfrutarás mucho de sus actuaciones, el resto queda relegado a un segundo plano.

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
CarlosDL
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5 de marzo de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda, necesaria, sorprendente, la peli era una de mis favoritas de cara a los premios de este año, pero desgraciadamente la mayoría de academias han premiado lo obvio, se han quedado con lo superficial. Las interpretaciones de sus dos actores, que siendo buenas no eran ni de lejos las mejores del año y sobre todo el maquillaje... ¿Es que nadie ha visto Gatsby?...
Lo mejor: Guión, dirección, Jennifer Garner.
Lo peor: Un premio por poner guapa a Leto no tiene sentido. Él está por encima de géneros en eso de la belleza.
javieritos
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19 de mayo de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo, en mis tiempos de la Facultad de Periodismo, que un profesor nos pidió que escribiésemos la noticia que nos gustaría dar. Rápidamente, todo el mundo se puso a hablar de la paz mundial, el fin de algún gobierno… Y mi profesor, con toda serenidad y en un arranque de sinceridad, dijo que la noticia que él, que se había criado durante los ´80, hubiera dado era el descubrimiento de una cura para el SIDA. Toda su infancia y adolescencia la pasó con ese sentimiento de miedo por una enfermedad tan desconocida en ese momento, ese enemigo insomne que podía caer sobre ti. Eso hizo que me diese cuenta, aún más, de cómo el descubrimiento del SIDA marcó la Historia de finales del siglo XX entre el miedo, la falsedad, la realidad y el rumor. El VIH era ese enemigo sin rostro capaz de arrasar con una vida. No había cura posible, los tratamientos eran experimentales y la ignorancia sobre el virus era enorme. Por tanto, si una persona se contagiaba, ¿qué podía hacer? Lo que haría cualquiera ante la posibilidad de la muerte: luchar. Y Dallas Buyers Club trata sobre eso.

El director Jean-Marc Vallé (C.R.A.Z.Y, La Reina Victoria…) realiza una película correcta, con algunas dosis de lucimiento al nivel metafórico, y que cumple a la hora de retratar una época tan compleja y convulsa. Lo que hace de la realización de Vallé algo más, es el trabajo de los guionistas Craig Borten y Melissa Wallack, que investigaron la historia real de Ron Woodroof, el protagonista de la historia, y consiguen crear una ficción bastante convincente a partir de unos actores sobresalientes.

Dallas Buyers Club es un biopic sobre un electricista y vaquero llamado Ron Woodroof. Este hombre, aparte de ser un cretino, es un consumado mujeriego, alcohólico y drogadicto. Cuando acaba en el hospital por una serie de problemas de salud, descubre que tiene SIDA. Woodroof es incapaz de creerlo, afirmando que es una enfermedad que sólo se da en los homosexuales. Sin embargo, con el tiempo, acabará aceptando el diagnóstico que le da solamente un mes de vida. Tras no poder entrar en los ensayos preliminares de medicamentos contra el SIDA, Woodroof empieza a traficar con ellos y cuando acaba fuera de Estados Unidos, decide montar un negocio: crear un club donde compartir esos medicamentos o drogas sin licencia para todos los que parecen el virus. ¿Es la postura de Woodroof correcta? ¿Pone en juego la salud de docenas de personas con sus actos? ¿Las farmacéuticas se enfrentarán a él por estar quitándoles el negocio? Los dilemas están servidos.

Ésa es la historia de la película, pero como se ha sabido recientemente se toma bastante licencias en cuanto a la historia real. Juzgar un biopic sólo por la “realidad” que hay en él o no, es olvidarse de lo que es ante todo: una película y, de por sí, el cine es ficción, queramos o no, desde su concepción. Recordemos el caso de Searching for Sugar Man, en este caso un documental, que es una buena historia, pero no es la completa historia, en Dallas Buyers Club ocurre en muchos puntos lo mismo, aunque no sea un documental sino una película dramática a partir de hechos reales.

Si la película de Vallé consigue en parte su resultado, es porque es una película arriesgada al tocar unos temas tan peliagudos como el SIDA, cómo puede ser un hombre de Estados Unidos más conservador y cómo la industria farmacéutica funciona como un enorme negocio (aunque aquí hay mucho de inventiva, según los entendidos). La representación de la lucha del protagonista frente a la enfermedad y buscando la vida ante todo es algo que vale la pena ver, sobre todo por el reparto. No es raro que a la gente le haya llegado a recordar a la archiconocida Breaking Bad en determinados puntos, aunque nos encontramos con un protagonista en Dallas Buyers Club que sigue siendo un ser horrible en gran parte, pese a algunos cambios en su arco como personaje, pero que decide ser una especie de Robin Hood de los medicamentos ilegales, no por amor al arte, sino simplemente como un deseo propio de vivir y luchar contra la autoridad… como si fuese un rodeo más.

Y es que si alguien dice que lo mejor de Dallas Buyers Club es su reparto lo dice con razón, al menos para el que firma este comentario. Si bien los contrapuestos doctores Eve y Sevard (interpretados por Jennifer Garner y Denis O´Hare) cumplen bien con sus roles, es la parte más humana del film donde realmente se lucen Jared Leto y Matthew McConaughey.

Tras cinco años lejos de la gran pantalla, desde Las vidas posibles de Mr. Nobody, Jared Leto regresaba al cine con un papel complicado: Rayon, una transexual con SIDA, pero el actor y cantante consigue cumplir gracias a una interpretación soberbia de uno de esos personajes lleno de luz y sombras, que finalmente se humaniza gratamente cerca del final, convirtiéndose en el alma del film.

No olvidemos al protagonista, Matthew McConaughey, que empezó a demostrar con su papel de Ron Woodroof que estaba dejando atrás su imagen de típico galán de comedia romántica para centrarse en películas de otro carácter y también series (sin obviar True Detective). McConaughey, que ayudó a financiar la película, hace todo un espectáculo de su actuación no solo en su consabido cambio físico, sino su forma de moverse por los diferentes registros o su fuerte voz. Como ironía, su compañero de True Detective, Woody Harrelson estuvo a punto de dar vida a Woodroof en un biopic de los ´90 que nunca llegó a hacerse. El arte sabe mezclar muchas veces la casualidad.

Sin duda, Dallas Buyers Club es un biopic no edulcorado, con una dirección correcta sobre una historia de un moribundo luchando vivir, donde sus dos actores principales cimientan con fuerza todo esta propuesta, convirtiéndose en una de esas películas que merecen la pena ser vistas. Sí, aún se hacen de esos filmes.
Ozymandias_Iskander
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