Hacia rutas salvajes (Into the Wild)

¿Quién no ha pensado alguna vez en dejarlo todo para vivir una vida más sencilla, en contacto con la naturaleza? Y me refiero a abandonar todo vestigio del pasado: familia, amigos, entorno,... Huir hacia adelante. Esta es la película de un joven descontento con su vida familiar y la vida que la sociedad le ha impuesto, y que decide romper todas esas cadenas y vivir libre. Contada a base de flashbacks, nos va desvelando las decisiones que el chico toma y su evolución.

Supuestamente está basada en hechos reales, en base a los apuntes que el protagonista fue anotando. Es una película tranquila y reflexiva, y si tiene una nota tan buena, es porque todos hemos renegado en más de una ocasión de la sociedad que nos ha tocado vivir.

Ok muestra las aventuras de un niño rico que manda todo al demonio para estar en contacto con la naturaleza, te hace pensar una y mil veces pero porque no llama a su familia aunque sea para decir que esta bien, te parece un niñato inmaduro y egoísta. Señores, es una biografía, que no te guste el protagonista (que a veces genera odio) es parte de lo bueno que tiene esta película.

Te crees el personaje, con todos su matices. La fotografía maravillosa, acompañada con buenos dialógos y buena música, la breve aparición Hal Holbrook es sencillamente conmovedora.

Después de leer el libro de Jon Krakauer ves la película con otros ojos: cuenta todo lo que tiene que contar y de la forma más bella posible, Sean Penn hace un trabajo magistral.

Si asumimos que el seguimiento que hizo Krakauer sobre la vida (y en especial el viaje) de McCandless es fidedigno, la película lo es también porque salvo un par de matices, sigue el libro al pie de la letra. Y con ello consigue transmitir lo mismo que el libro: indecisión*. No sabes si amas u odias a Chris, si le admiras o sientes lástima por él. Su búsqueda de la felicidad es a la vez pueril y auténtica. (*) Ver Spoiler.

La fotografía y la banda sonora son espectaculares, igual que las actuaciones: destacan Hal Holbrook y Vince Vaughn (aunque también Kristen Stewart) como secundarios y Emile Hirsch como protagonista.

Un film tedioso y pretencioso, sin chispa en la dirección. Penn quiere dar "ése toque" existencialista y progre, además de cine de culto. A diferencia de muchas otras reseñas por aquí, que critican los porqué del protagonista ( puedes estar de acuerdo o no con su filosofía y lo que le motivó), yo veo que es, ya de partida, una historia más para leer, que para visualizar ( por el transfondo que aporta el autor, además de los paralelismos de otras vidas previas que hicieron lo mismo). La conversión a la película, resulta acabar en una cinta desliñada y demasiado lenta y perezosa; es increíble que dure casi dos horas y media. en fin, recomiendo a aquellos que quieran leer el libro, no vean primero el film, pues desfallecerán en el intento de darle una oportunidad a éste.

No voy a escribir de las actuaciones, ni de la fotografía, ni de ninguno de los recursos técnicos del filme, a quien quiera leer esto, y contrariándome un poco le comento que sólo está mi particular punto de vista del por qué hay que ir al video y sacar este titulo.

Me parece muy curiosa la forma de presentar este filme, a lo largo del metraje nos muestran personajes interesantísimos que se mezclan con la vida del protagonista; por primera vez sentí que existía una "cultura" norteamericana real y viva, y en todos los aspectos está dirigida a la búsqueda de la libertad, quizá me esté equivocando y sea solamente la visión del nativo de Santa Monica (Penn) o personajes como el mismo Alexander Supertramp. Si alguna vez has tomado una mochila para viajar, si alguna vez has pedido un "aventón" en la carretera, si te gusta acampar para estar con la naturaleza, si has nadado en un río o simplemente lo has pensado, tienes que ver esta película.

He leído por algún lado una crítica que dice que cierta actitud es egoismo puro, a mi no me parece, como tampoco me parece que la vida de Christopher M. se haya volcado en una búsqueda existencial; yo puedo preguntar a cuaquiera: ¿cuántos de nosotros no lo hemos pensado? y no se llama conciencia lo que nos detiene, simplemente no nos lo permitimos y estamos en todo momento sujetos a una vida en la que no somos felices, la constante búsqueda de dicho sentimiento debería de ser algo sagrado en nuestras vidas, pero al parecer existen tantas trampas sociales que nos impiden recordar el propósito que terminan por manifestarse en una actitud que se basa en el miedo y en el interés, dos de los sentimientos más repulsivos del ser humano. Nunca un filme me había sacado una lágrima y esta tampoco lo hizo, pero cuando fui a la cama tardé un par de horas pensando, mirando el cielo de mi habitación; hubiera sido fantástico para conciliar el sueño encontrarse con un "y vivieron felices para siempre..." después de tan emotiva historia.

Aexander Supertramp es ese espíritu salvaje que todos llevamos dentro, es ese pequeño desconocido que un buen día decide llevar una mochila deslavada o un morral al colegio y dejar el portafolios en casa, es ese hombre que sueña con el olor a tierra humeda cada mañana y que se niega a creer en el materialismo como parte necesaria de la vida. Alexander Supertramp es el hombre que quizá imaginó Nietzche cuando escribió Zaratustra, es el que no huye ante la imposibilidad del ser, más bien es el que sigue en todo momento el camino o trata de hacerlo, es el mejor postor en la subasta de su alma y tiene una concepción muy propia de la felicidad que entiende perfectamente. Creo que Alexander Supertramp alguna vez se ha llamado Rubén Malasuerte o Carlos Esperanza, Christopher McCandless no es Alex, simplemente es uno de sus fieles. Espero que jamás muera el espíritu de Alexander Supertramp, sería para mí, una verdadera lástima.