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Rep. Dominicana Doce hombres sin piedad
71.627
Drama. Intriga
Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2005
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sidney Lumet, en una habitación con apenas una mesa y unas cuantas sillas, logra mantener la atención del espectador, y lo que es aún más meritorio, aumentar el suspense a través de unas interpretaciones magistrales y una atmósfera asfixiante, de ésas en las que la densidad de la tensión podría permitir que el aire se cortara a cuchillo; todo ello sustentado sobre un soberbio guión de Reginald Rose, basado en su propia obra de teatro, que radiografía a sus personajes en un gran alegato sobre la Justicia dentro de un Estado de Derecho.
A partir de la premisa de que “no es verdad todo lo que parece”, el personaje genialmente encarnado por Henry Fonda hará que cada uno de los otros saque a flote sus verdaderas personalidades, sus prejuicios, sus miedos..., y aprenderán el auténtico sentido de eso que llamamos "razón". Doce individuos que antes no se conocían de nada, terminarán por mostrarse a cara descubierta y desnudarse, no sólo mediante la gran protagonista de esta película: la palabra, sino además a través de la expresividad de la imagen y los rostros, recogidos mediante excelentes planos en una muy conseguida fotografía de Kaufman.
Cima absoluta de la filmografía de Lumet que, en los inicios de su carrera y tras diversos trabajos para televisión, supuso su salto a la gran pantalla, y cuyo nivel no lograría igualar jamás a pesar de contar con un puñado de interesantes películas como, entre otras, “Tarde de perros”, “Asesinato en el Orient Express” o “Veredicto final”.
A partir de la premisa de que “no es verdad todo lo que parece”, el personaje genialmente encarnado por Henry Fonda hará que cada uno de los otros saque a flote sus verdaderas personalidades, sus prejuicios, sus miedos..., y aprenderán el auténtico sentido de eso que llamamos "razón". Doce individuos que antes no se conocían de nada, terminarán por mostrarse a cara descubierta y desnudarse, no sólo mediante la gran protagonista de esta película: la palabra, sino además a través de la expresividad de la imagen y los rostros, recogidos mediante excelentes planos en una muy conseguida fotografía de Kaufman.
Cima absoluta de la filmografía de Lumet que, en los inicios de su carrera y tras diversos trabajos para televisión, supuso su salto a la gran pantalla, y cuyo nivel no lograría igualar jamás a pesar de contar con un puñado de interesantes películas como, entre otras, “Tarde de perros”, “Asesinato en el Orient Express” o “Veredicto final”.
26 de marzo de 2008
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he visto toda la filmografía de Lumet, pero de lo que conozco, ésta es su mejor obra, lo que es normal dentro de una trayectoria bastante irregular y errática. El mérito es aún mayor si consideramos que se trata de su ópera prima (viendo algunas de sus películas posteriores he llegado a creer en las apariciones marianas).
En cualquier caso se trata de una sólida obra, basada en un texto muy trabajado, en unos actores francamente buenos y en una sobriedad en la dirección que contribuye a que el resultado conjunto raye a gran altura. Su mejor virtud es la autenticidad que transmiten los doce protagonistas, a pesar de tratarse de personajes bastante estereotipados. No obstante, a lo mejor es impresión mía, por momentos la película cae en cierta demagogia. Desconozco el sistema legal estadounidense, pero supongo que el veredicto de los que componen un jurado debe partir de los testimonios de los testigos (efectuados bajo juramento y sujetos a graves penas), y no de sus observaciones personales sobre aquellos. Claro que eso es mucho menos cinematográfico. Si se llevara al extremo la cuestión de la duda razonable, la justicia quedaría paralizada y nadie iría a la cárcel, pues la certeza absoluta en cuestiones jurídicas no existe. Al final, lo razonable o no de una duda es mucho más subjetivo de lo que pueda parecer.
En cualquier caso se trata de una sólida obra, basada en un texto muy trabajado, en unos actores francamente buenos y en una sobriedad en la dirección que contribuye a que el resultado conjunto raye a gran altura. Su mejor virtud es la autenticidad que transmiten los doce protagonistas, a pesar de tratarse de personajes bastante estereotipados. No obstante, a lo mejor es impresión mía, por momentos la película cae en cierta demagogia. Desconozco el sistema legal estadounidense, pero supongo que el veredicto de los que componen un jurado debe partir de los testimonios de los testigos (efectuados bajo juramento y sujetos a graves penas), y no de sus observaciones personales sobre aquellos. Claro que eso es mucho menos cinematográfico. Si se llevara al extremo la cuestión de la duda razonable, la justicia quedaría paralizada y nadie iría a la cárcel, pues la certeza absoluta en cuestiones jurídicas no existe. Al final, lo razonable o no de una duda es mucho más subjetivo de lo que pueda parecer.
Argylle
7 de septiembre de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce hombres en pugna. Henry Fonda es uno de los grandes actores privilegiados con el don del saber estar frente a las cámaras. Y aquí en “Doce hombres sin piedad” con su rol analítico, inquebrantable, incrédulo perseverante pero no escéptico. Querámoslo o no, se convierte en un autentico héroe. Un apóstol que lleva un mensaje de vida a un semejante. Pero Henry, no solo en 1957, con su numero 8 en esa misión “Apocalipser” es un héroe. Porque Fonda pertenece a ese grupo que yo llamo: Los apóstoles del cine. Actores de variadas características y diferentes capacidades actorales, que sin embargo cimbraron a loas multitudes en un mensaje de empatía con el amor al cine. Ellos sirvieron de enlace entre el publico, sediento de vida, que solo encontraron en esos inolvidables actores que nos transportaron a otros mundos, parecidos al de nosotros y del cual no queríamos despertar. Ellos fueron:
1-Ronald Colman
2-James Dean
3-Marlon Brando
4-David Niven
5-Burt Lancaster
6-Chartlon Heston
7-Kirk Douglas
8-Henry Fonda
9-Spencer Tracy
10-Richard Burton
11-Robert Mitchum
12-Tyrone Power
A cada miembro del jurado se le asigna un número según su posición en la mesa desempeñando los siguientes tipos de rol o roles: Spolier.
1-Ronald Colman
2-James Dean
3-Marlon Brando
4-David Niven
5-Burt Lancaster
6-Chartlon Heston
7-Kirk Douglas
8-Henry Fonda
9-Spencer Tracy
10-Richard Burton
11-Robert Mitchum
12-Tyrone Power
A cada miembro del jurado se le asigna un número según su posición en la mesa desempeñando los siguientes tipos de rol o roles: Spolier.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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27 de septiembre de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y aquí está, damas y caballeros, la película que consiguió abrirme las puertas del que yo llamaba "cine basura" (="cine antiguo") ya que, por mucho que me avergüence de ello, tenia unos prejuicios infundados irracionalmente ante cualquier film realizado antes del 1990.
Fue fruto de la casualidad (aunque me gusta pensar el hecho de que mi destino ya lo había fijado) que mi padre encontrara en el Fnac esa película. Me dijo: "¡Qué recuerdos! Es una obra maestra, mirala conmigo mañana", mientras yo pensaba en Saw, el precio de la cual era 13.99 si no recuerdo mal.
Al verla, todo cambio a causa de:
- La MAGNÍFICA caracterización de los personajes; todos me recordaban en parte a personas conocidas, o me identificaba de un modo u otro en ellas, como si fueran todas una pequeña parte de mí. No conoces su vida, ni falta que hace, porque al final te quedas con la extraña sensación de que ya los conoces. Además, la interacción y relaciones que se dan entre ellos le da a esos 92 minutos un interés psicológico.
- El hecho de que la "acción" transcurre solamente en una habitación, me fascina.
- La linealidad y sobriedad con que se tratan todas las pruebas del caso, se analizan y se discuten. Actuación prodigiosa sobre todo en estos momentos (de los 12!).
- La épica "Duda razonable".
- La bondad que deja reflejar el director en su obra, junto con la sencillez y transparencia de la raza humana una vez limpiados defectos tales como la arrogancia, el rencor, los prejuicios... Al terminar la película te quedas con una sonrisa estúpida en la cara.
Fue fruto de la casualidad (aunque me gusta pensar el hecho de que mi destino ya lo había fijado) que mi padre encontrara en el Fnac esa película. Me dijo: "¡Qué recuerdos! Es una obra maestra, mirala conmigo mañana", mientras yo pensaba en Saw, el precio de la cual era 13.99 si no recuerdo mal.
Al verla, todo cambio a causa de:
- La MAGNÍFICA caracterización de los personajes; todos me recordaban en parte a personas conocidas, o me identificaba de un modo u otro en ellas, como si fueran todas una pequeña parte de mí. No conoces su vida, ni falta que hace, porque al final te quedas con la extraña sensación de que ya los conoces. Además, la interacción y relaciones que se dan entre ellos le da a esos 92 minutos un interés psicológico.
- El hecho de que la "acción" transcurre solamente en una habitación, me fascina.
- La linealidad y sobriedad con que se tratan todas las pruebas del caso, se analizan y se discuten. Actuación prodigiosa sobre todo en estos momentos (de los 12!).
- La épica "Duda razonable".
- La bondad que deja reflejar el director en su obra, junto con la sencillez y transparencia de la raza humana una vez limpiados defectos tales como la arrogancia, el rencor, los prejuicios... Al terminar la película te quedas con una sonrisa estúpida en la cara.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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24 de noviembre de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de casi un teatro filmado, pues se desarrolla siempre en el mismo escenario y en tiempo real. Es una obra maestra, tanto para quienes gusten del cine como del teatro. Gran labor de Henry Fonda, un actor de dotes excepcionales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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