Quiéreme si te atreves

SPOILERS en 2 puntos.

1) El final puede ser confuso por las imágenes de ellos siendo viejos, pero todas esas escenas donde se dan besos, son las oportunidades perdidas.
2) Hay que analizar la vida de los dos personajes para entender que solo viven por y para dos cosas, jugar con la caja y amarse, de hecho, cuando él protagonista Julien (Guillaume Canet), deja de jugar, su vida se ve triste y sin motivación, por ello que los retos con Sophie, sean los que sean y afecten o no a terceros, es lo único que hace que Julien se sienta vivo.

Totalmente incapaces. Necesitan estar juntos pero a la vez no pueden estarlo, se aman y se odian del mismo modo. El motivo de ese odio mutuo es un raro recelo al cual es difícil buscarle una explicación lógica, posiblemente sea parte del juego o es la barrera que se autoimponen mutuamente y deliberadamente para no ser esclavos de la debilidad que generan los sentimientos que sienten el uno por el otro y que ninguno de los dos está dispuesto a admitir y tomar la correspondiente iniciativa para acabar con el juego y ser felices juntos. La interpretación de Marion Cotillard me parece estupenda, dejando de lado sus encantos físicos, ante la cámara me resulta difícil imaginar una actriz mejor para desarrollar este tipo de papeles.

El metraje está lleno de escenas realmente divertidas y otras con un contenido emocional y dramático muy contrapuestos a las típicas comedias románticas planas de interés y sorpresa.
El juego puede resultar un poco repetitivo y desesperante al ver cómo malgastan gran parte de sus vidas estando alejados por el miedo que tienen al experimentar lo que sienten al estar juntos. La magia que existe entre ellos les impide estar separados para siempre y seguir con sus respectivas vidas ya que al paso de los años vuelven a reencontrarse una y otra vez para seguir con tal macabro juego, aunque posiblemente solo acabe siendo una excusa para poder volver a verse. La mala leche va apoderándose del film hasta mostrarnos momentos realmente duros, en que la cosa ya no es un simple juego de niños.

El final es realmente macabro, pero el más digno posible a una historia que no puede acabar de otra forma. Un amor eterno que no puede acabar con el típico “fueron felices y comieron perdices”. Un final, aunque deje a primera instancia ese mal sabor de boca de los finales “no felices”, que es la conclusión perfecta a un amor imperfecto pero especial y único que está basado en una complicidad inigualable. ¿Os imagináis a nuestros dos protagonistas compartiendo una vida rutinaria? Yo no, no es el final que se merecen.

¿Lo mejor? La capacidad de sorpresa que pueda generar aún un género tan comercial y repetitivo (en la gran mayoría de los casos) como lo son las comedias románticas. Los momentos de humor y giros de guión inesperados junto con unas grandes interpretaciones de los dos coprotagonistas.

¿Lo peor? Ese regusto agridulce que a primera instancia deja el desenlace y la poca complejidad de guión que a veces resulta un tanto repetitivo.

Si queréis reír y emocionaros a la vez, no dejéis pasar la cita obligada con este film tan original y divertido como loco y macabro. Ah! La OST también es digna de mención…bella y acertada!

“Hay tres cosas que nunca me pediste y que hubiera estado dispuesta a hacer: comer hormigas, insultar a los parados que salen del inef, amarte locamente!”