La maldición de Chucky

La sexta entrega del muñeco infernal, secuela directa de "El hijo de Chucky" donde intentan regresar a las raíces del personaje, dejando al lado el delicioso sarcasmo y autoparodia en la genial "Novia de Chucky". Ahora el despiadado mini asesino va en busca de la familia que lo desgracio hace 25 años (1988) dando un salto a la actualidad y ubicándonos en una "nueva" historia con nuna paralítica de protagonista y otros personajes desechables y a la espera de ser despachados.
Aquí no vemos Tiffany, ni Glen ni Chucky masturbandose. La esencia de la película apuesta por el suspenso y secuencias de crímenes sangrientos. Aunque si reaparece Jennifer Tilly haciendo un guiño a "La Novia de chucky".
En sí la burda historia se centra en las 4 paredes de una casa y una demora en la aparición de Chucky que llega a desesperar y aburrir.
Solo diré que la escena de mayor suspenso es cuando están 6 personajes sobre la mesa cenando y a la espera de quien es el incauto que se traga el plato con el veneno para ratas. Un mal retorno del diabólico personaje, mucha cutres en los asesinatos y malas actuaciones. Don Mancini (director y escritor), debió conservar el tono fársico y autoreferencial que tenía la saga en sus últimas entregas, que aunque para muchos fue drástico, considero que fue mejor la parodia que tomarse en serio una premisa tan ridícula.

Siempre he tenido aprecio a este enano. Es más he visto la primera trilogía y "La novia de Chucky" junto esta.

La primera trilogía se basaba, o eso intentaba, en el terror y el suspense. Y que narices tiene su aquel (por lo menos la primera ya que segunda y tercera son bastante lamentables).
La segunda trilogía es más encarada al humor negro y resultó una forma perfecta para resucitar al pelirrojo.
Y el problema que tiene esta, de momento, última parte es que se queda a mitad de los dos.

Tiene momentos muy bien hechos en cuanto a tensión y un ritmo excelente. Pero pasan cosas como:
-Una paralítica que mueve los pies.
-Un intento de explicar los orígenes de Chucky algo pillados por los pelos.
-Tengo un muñeco de los 80 que habla solo. Como si un geyperman o un he-man se pone a hablar solo y lo lanzo lo más lejos posible o se lo envío a mi jefe. En este caso se lo toman como un "que mooono".
-Se marca un "niña del exorcista" delante de la protagonista y la niña y solo se ocurre decir a la niña "no sabia que podías hacer eso".
-Hay una moza que está buena. Sabemos que la ocurrirá y que hará antes de que eso le ocurra.
-No me he puesto a medir pero estoy convencido que Chucky pega el estirón durante la película. De la caja en la que se entrega en un principio a su imagen final hay centímetros extra.

Vamos que como mucho para pasar un rato, si estás en compañía femenina esperar que se asuste un poco o para volver a ver a "seré tu amigo hasta el final".
Si no te vale también puedes mandar la película a mi jefe...

Tras los desvaríos de las últimas entregas nos llega este capítulo que supone un regreso a los orígenes en toda regla. No sólo por recuperar el tono tenebroso y serio de la primera entrega, sino por la reaparición de algunos personajes clave de la serie. Los guiños son constantes. Se nota que está hecha con muchísimo cariño hacia los fans y eso se lo debemos a Don Mancini, el creador de esta ya clásica serie. Ofrece justamente lo que se espera de ella... Y algo más. Casi lloro de alegría al volver a ver a Brad Dourif (inmenso como de costumbre) en un flash-back que conecta ésta entrega con la original. La factura técnica no está nada mal, y la ambientación en una mansión gótica le da cierto aire a película de casa encantada (descacharrante guiño a "Al final de la escalera" incluido). Afortunadamente los efectos son prácticos en su mayoría, el veterano Tony Gardner se encarga de visualizar las fechorías de Chucky (la sangre corre alegremente). Resumiendo, una entrega que sin ser algo fabuloso, pone algo de orden y concierto en una saga que iba a la deriva, y sobre todo un auténtico divertimento sin coartadas para el fandom.

Esta película me pareció la peor que he visto en lo que va del año, y créanme que vi muy malas este 2013...
Es que en la sexta secuela se queda todo a medias, hay muchas partes en las que no tiene consistencia, hay muchos "detalles" que no se cuidan, tiene un poco de todo y eso es lo que a mí personalmente no me gusta, esa mezcla que asegura el "éxito" de taquilla, pero que hace perder la esencia de la película, un poco de todo así les gusta a todos.

“La maldición de Chucky” no aporta demasiado a la saga, tampoco al cine y si la vemos un domingo por la tarde incluso no aportará nada a nuestro domingo. Es de aquellas películas cuya pequeña recompensa merece demasiado esfuerzo, un soso esfuerzo donde el escenario único ayuda a dinamizar la película y el festival Chucky tarda demasiado en arrancar, durante la primera hora podríamos estar viendo una película de Chucky, de Amitivill o un documental del Discovery Max. No hay personalidad, no hay conexión, no hay reescritura. El muñeco es ahora menos convincente que aquel antiguo animatronic que tanto nos divirtió y además a Chucky le falta el punto divertido e inocente de las primeras películas de la saga, ahora este Chucky no da miedo, tampoco risa, de nada sirve que un esforzado Brad Dourif repita una y otra vez “Wanna play with me?” porque la conexión con una saga anterior se hace en base al concepto, no a frases sueltas y aunque la película recupera el nervio (y parte del concepto) en las últimas escenas, ya es demasiado tarde y nos pilla en un bostezo de renuncio. ¿Lo mejor? Ese epílogo donde nos encontramos con uno de los elementos originales de la serie que cierra la modesta película de manera brillante. Puede que Chucky sea un muñeco de goma pero merecía mucho más que este imperfecto “remake / secuela”. Recomendable a fans de la saga y del cine de terror cuya exigencia sea la de un gourmet que se alimenta de pizzas congeladas.