3 Idiots

Indudablemente sería mi película favorita si tuviese 12 años.
Infantil a más no poder.
Blanda, blandita, exasperantemente blandengue. Ni un ápice de ironía, acidez, mala leche. Un humor prebenjamín, una historia predecible desde los primeros 10 minutos de metraje y una moralina insultantemente pueril y buenista. Supongo que será una joyita para preadolescentes y niños, pero si ya te afeitas o hace tiempo que la mujer de rojo vino a visitarte (¡hola, soy tu menstruación!), escapa de esta comedieta ideal para la función de fin de curso de primaria.
¡ Los osos amorosos tenían algo más de mala leche!

Odio el maniqueismo en las historias, las moralejas repetidas hasta la extenuación, el buenísmo y la polarización. Y 3 idiotas tiene todo esto en cantidades pornográficas, además de escenas musicales bollywoodienses que tampoco son mi debilidad.

No obstante, me ha gustado. Porque creo que va muy a tope y con una vibra y energía muy positiva con el mensaje que quiere contar, aunque el mensaje sea simplista y baboso al más no poder.
Además es ambiciosa y tiene conceptos y símbolos con los que no comulgo, pero que están muy bien buscados.

Sé que puede resultar confuso lo que digo, pero es que mis sensaciones al visionarla alternaban entre la repulsa y la admiración, y esto, creo que hay muy pocas películas que puedan conseguirlo.

Pero si no eres como yo, si te gusta la positividad, crees que hay un camino correcto y otro incorrecto o no te importa que el mensaje en las películas esté telegrafiado, te va a encantar. Ya que creo que está muy bien trabajada estructuralmente y que es audaz a la hora de generar situaciones y conflictos. Prueba de esto es que, con una historia tan previsible y durando 3 horas, no se hace larga.

Además al acabar cantaba All izz well como un niño tonto, y eso que por lo general soy una persona huraña y negativa.

Eso sí, Amir khan es de los peores actores que he visto nunca en pantalla.

Aunque no llegaría al extremo de decir: “Rancho, eres grande. Acepta esta humilde ofrenda”. Si puedo decir que tengo un nuevo héroe del cine. Ranchhoddas Shamaldas Chanchad es el protagonista principal de “3 idiots”, película india que es a la vez una comedia romántica, dramática, un musical, que te hace reir, llorar, reflexionar, y te motiva, todo eso, a veces, incluso, en la misma escena. Es una película sobre la amistad, la enseñanza, los sueños, la felicidad, el camino y las metas, o sea, sobre la vida. Rancho no sigue los esquemas, trata de cambiar el sistema, no solo de enseñanza, sino los de la sociedad. No sigue la ruta que le trazan, sino construye la propia, y para él la felicidad no es solamente una meta, es también el camino. 3 idiots, nos invita a eso que Rancho hace, nos reta a desafiarnos a nosotros mismos, a seguir nuestros propios sueños; nos desafía a retar a los que son una soga atada al cuello, al sistema que te dice que el éxito consiste en superar a los demás, en vez de simplemente superarse a sí mismo. Por supuesto, la película no es perfecta, tiene sus tópicos, lugares comunes y el final es más o menos predecible. Sin embargo, es una obra maestra. Dura más de dos horas y media, pero se hacen cortas. Si la ves, cantarás “All is well” y te sentirás mejor.

¿Qué quieres ser de mayor?

Una buena pregunta. Una pregunta que nos hacen a menudo cuando somos pequeños. Algunos lo saben en seguida y otros tardan un poco más. El tiempo no es el problema, la cuestión es que seas tú el que decida tu futuro y no otro. Ese es el telón de fondo de esta fascinante película hindú.

¿Su presupuesto?: $ 7.800.000 (una propina al lado de Hollywood)

¿Su recaudación?. $75.260.000.

La ilusión y la felicidad que desprende no tiene precio.

Su moraleja es clara, vive como quieras y estudia lo que quieras. Mejor una vida corta haciendo lo que te gusta, que una vida larga haciendo algo que no amas. No tengas miedo a nada y a nadie y hazlo. Quizás ganes menos dinero haciendo lo que te gusta pero cada día de tu vida será un regalo.

Es fantasiosa, idealista e incluso infantil. Pero es tan exótica y optimista que lo que podrían ser defectos se tornan en virtudes. 160 minutos para que nuestros sentidos se deleiten. Su colorido vestuario, la iluminación de sus preciosos paisajes, su estimulante música y sus característicos bailes nos hace “sentir”. La magia de la historia y sus singulares personajes nos hacen “vivir”.

Dicen que sólo los idiotas son felices. Yo quiero ser un idiota el resto de mi vida.


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Hallé esta película disfrutable de comienzo a fin: Su estética -lejos de las tradicionales postales que nos llegan de la India-, sus personajes, su música y cuadros musicales, su guión, su final... Si no la han visto, no dejen pasar el tiempo y consíganla.