La boda de mi mejor amigo

Recientemente, tuve el "prestigio", hasta el "pedigrí", de ser el invitado de honor, (testigo y lector de misa) en la boda de una antigua amiga. Afortunadamente, también se casaba un familiar, con lo que tuve la excusa perfecta para no asistir al bodorrio.

Con o sin excusa, un mes después no me libré de una llamada muy airada de mi "amiga" expresando cuan decepcionada se sentía conmigo, por "traicionarla" de esa forma, en un soliloquio de reproches que más parecían un confesionario amoroso, que una charla de tú a tú con un amigo.

Y entonces me percaté de todo, aquello no fue una boda, aquello fue como una llamada de auxilio de la tórtola para con el desdichado mundo. Y entonces recordé al inefable personaje de Julia Roberts en ésta película, donde una egocéntrica obsesionada con su "mejor amigo" trata una y otra vez de destruir su vida. En cierto sentido, recuerda también a "Young Adult": personas inseguras que hacen de la fabulación, un modus operandi para sobrellevar sus tristes vidas.

Una boda, con Richard Gere o Perico Lospalotes, es una decisión maniquea y hasta manifiesta de lo vacío que puede llegar a ser el amor: como esas personas que en las redes sociales cantan lo mucho que aman a sus parejas. Todo se ha vuelto tan superficial, tan sórdido...

Película de usar y tirar, se lo pasa uno mejor leyendo las críticas que viéndola.

Es mi primer voto en el mundo filmaffinity y me he decidido por esta película porque me trae buenos recuerdos de ese año y por la cantidad de veces que la vi. Me encantaba reirme con esa Julia Robert patosa y desaliñada, Cameron Diaz de kamikaze en la carretera y Rupert Everett en el papel momentaneo de heterosexual. Muy entretenida con diálogos absurdamente graciosos. Los personajes se salen de los tópicos papeles interpretativos. No me importaría nada verla una dos y tres veces mas

Entretenida, previsible, con personajes atractivos y un montón de tópicos. La película la manejan las dos chicas, porque el novio es un poco pelele y se limita a observar desde su masculino torreón de "dos mujeres guapas me aman" para ver quién de las dos da el siguiente paso. Ellas actúan, mientras que él... él hace lo que puede, pobre.

Cuando la estrenaron, fue un éxito y a la gente le gustó (me incluyo; fui al cine a verla). Mi crítica de ahora es con cierta perspectiva, aunque no crean, tampoco en aquel momento me pareció brillante... pero sí que me entretuvo, eso no lo puedo negar.

Que buena es ésta película... me recuerda a las buenas y elegantes viejas películas de Holliwood, pero mejor aún, puesto que cuenta con la modernidad de nuestro tiempo, y sin la ñoñería propia de aquellas.
Es un buenísimo ejemplo de saber hacer buen cine, tan escaso desde hace muchos años, sobretodo desde que empezó a ponerse el énfasis en los dichosos efectos especiales, para olvidar casi por completo los buenos guiones como ëstos.
Tiene momentos inolvidables, como cuando suben en el barco que recorre la ciudad, y ella ahí se da cuenta definitivamente de que lo ha perdido a él y de que no puede hacer nada para recuperarlo, esa impotencia en su cara...o la confesión en los baños del estadio, o los momentos de karaoke, o la sonrisa de él cuando llega la novia al altar, o cuando antes de partir al viaje de novios él se vuelve y le da un beso a...
Creo que todos en algún momento de nuestra vida, si hemos perdido a la persona que queríamos, nos vemos reflejados en Julia Roberts.
Y eso es lo que pienso que pretendía el guionista de ésta encantadora película.

La boda de mi mejor amigo fue todo un éxito de taquilla hace más de diez años. Y hoy en día mantiene intactas todas las virtudes que hicieron de ella una de las comedias románticas más logradas de la época. eso no quiere decir que sea una película genial, pero comparada con otras del mismo género mantiene un nivel superior a la media.
En la película Julia Roberts es una mujer liberada e independiente, que no consigue que ninguna de sus relaciones prospere. Siempre le queda la promesa de su gran amor y ex-novio, de que se casaran si siguen solteros una vez cumplan los veintiocho años. Cuando ella recibe una llamada de él, lo último que se imagina es que es para anunciarle su inminente boda con otra. A partir de ahí comienza un fin de semana frenético en el que tiene que encargarse de que esa boda fracase y acabe casándose con ella.
El punto de partida tal vez no sea demasiado original, pero el guión es eficaz y divertido, y está lleno de ritmo, consiguiendo así que la película sea fresca y casi trepidante en muchos momentos. Los personajes están perfectamente definidos, y tienen la virtud de que todos resultan simpáticos y cercanos al espectador. Además la película tiene un buen número de secuencias tan divertidas como contagiosas, con la canción I say a little pray for you como protagonista principal de una de ellas.
P. J. Hogan es un director tan eficaz como discreto y su labor aquí no resulta especialmente destacada, pero por suerte cuenta con, además de un buen guión, un reparto espléndido. Julia Roberts está radiante, y junto a ella también brilla el luminoso rostro de Cameron Diaz que consigue hacer entrañable un personaje que en principio es todo lo contrario. Dermot Mulroney solo tiene que aguantar el tipo ante estas dos mujeres, mientras que Rupert Everett tiene los momentos de mayor lucimiento.
La boda de mi mejor amigo no viene a descubrir la pólvora y tampoco lo pretende. Consigue algo tal vez más difícil, y es que con ingredientes de sobra conocidos, obtiene un resultado fresco y novedoso, incluyendo el estupendo final.