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El discurso del Rey

Drama El duque de York se convirtió en rey de Inglaterra con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor, Eduardo VIII. Su tartamudez, que constituía un gran inconveniente para el ejercicio de sus funciones, lo llevó a buscar la ayuda de Lionel Logue, un experto logopeda que intentó, empleando una serie de técnicas poco ortodoxas, eliminar este defecto en el habla del monarca. (FILMAFFINITY)
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Críticas 343
Críticas ordenadas por utilidad
17 de octubre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama biográfico con buenos toques de humor galardonado con 4 Oscars en la edición de 2010. Este film nos retrata la historia del Duque de York y sus problemas para hablar en público de forma fluida. Al confirmarse su relevo como rey, tras la muerte de su padre y la renuncia por amor de su hermano, los problemas que se derivan de su tartamudez se incrementan ya que ello le imposibilita realizar los discursos ante su pueblo con la convicción y fuerza que todo rey debe otorgarles. El problema se incrementa cuando su pueblo entra en guerra con la Alemania de Hitler, la figura del rey se hace mas indispensable que nunca para tranquilizar a su pueblo…

Film basado en hechos reales y rodado con un ritmo narrativo muy atractivo y fluido. Contamos con Colin Firth como protagonista realizando una interpretación muy buena. Personalmente creo que el premio Oscar es un poco exagerado. Como secundario tenemos al gran actor australiano Geoofrey Roy Rush que realiza una interpretación estupenda caracterizando a un excéntrico logopeda que compagina estas labores con las de actor, en este caso con unos resultados bastante frustrantes a su pesar. El reparto lo completa la magnifica actriz Helena Bonham Carter que tiene un papel correcto dentro de las limitaciones de su personaje y del guión, pero con algunos diálogos realmente buenos. Personalmente, hubiera preferido el Oscar como secundario a Geoofrey Roy Rush.

El guión es sencillo pero pegadizo, por lo tanto correcto. La fotografía a cargo de Danny Cohen me parece bastante buena. El film con una extensión de metraje bastante correcta consigue transmitirnos diferentes sensaciones humanas, como lo es el pánico al ridículo, teniendo como protagonista a la figura social más alta del reino unido… su futuro rey. En aquellos momentos prácticamente 1/3 del planeta pertenecía al imperio británico, por lo tanto, la importancia representativa de este rey era realmente grande y más con la inminente guerra contra la Alemania de Hitler. Hay que resaltar elementos no visibles como grandes diálogos, momentos irónicos excelentes y un gran abanico de emociones presentados al espectador de manera muy vistosa y atractiva.

El resultado es un film divertido y a la misma vez emotivo. Pese a conseguir un resultado realmente estimulante para el espectador creo que estamos ante una de las películas mas sobrevaloradas de este pasado año. A mi gusto es una buena película… ¿Pero 4 Oscars? No sé, no sé…

¿Lo mejor? Su retrato biográfico y la forma en que transmite las sensaciones mas humanas de los personajes. La forma en que combina el humor y la emotividad, una formula muy atractiva. Geoofrey Roy Rush, me encanta el papel que interpreta.

¿Lo peor? La sencillez del guión, se hecha en falta más profundidad en los personajes y algún giro de guión que sorprenda…pueda resultar un tanto previsible en más de una ocasión.
Xavi Bergman
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8 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno se siente orgulloso de su país por muchas cosas, y especialmente últimamente por todos nuestros éxitos deportivos. Pero cuando hablamos de cine, cuando te sientas y ves una película como El discurso del Rey, no puedes por menos que admirar a los ingleses.
Porque son capaces de hacer historias con fondo y forma, historias que llegan, que interesan y que entretienen. Porque no necesitan efectos especiales para tenerte en el sillón absorbido por lo que te cuentan. Porque son capaces de visitar su propia historia con ojos frescos. Frente a eso, ¿qué tenemos nosotros? Miles de películas sobre la guerra civil, todas iguales y todas aburridas, nacidas más de las subvenciones que del interés del público. Porque tienen los grandes actores por castigo, y aquí quiero mostrar mi más absoluta admiración por Colin Firth, por quien siento una gran admiración.
Una película grande, casi imprescindible para cualquiera que le guste el buen cine.
Otro ejemplo de un cine, el inglés, que es capaz de generar productos de calidad que además interesen (mucho) a la gente.
kykezgz
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3 de enero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Destacar las actuaciones de Colin Firth y Geoffrey Rush.

Buenos planos, buena fotografía... pero algo lenta, de momentos excelsos, se podría decir que estilo Gran Bretaña muy sobria. Emociones, transmitir lo justo.

Sigue un guión muy recto, sin salirse del camino, desarrollo y final muy predecibles.
José Antonio
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13 de enero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tartamudez es un motivo de burla en los niños en la infancia y de chistes en la edad adulta, pero cuando la persona que la sufre tiene que regir un país, la cosa cambia, convirtiéndose en un gran problema. Lo interesante de esta película (aparte de otras muchas más cosas) es eso, su originalidad, hacer una buena película donde el tema central sea la tartamudez, que entretenga, divierta, con buenos diálogos. Pero el director lo ha conseguido.

La película nos adentra en la historia del rey Jorge VI, un hombre entregado al deber pero con un pánico al ridículo enorme, debido al problema que lo tiene traumatizado desde su infancia, y consigue que te involucres en el sufrimiento que le supone y en su tenacidad para vencerlo. Pero no sólo de tartamudez trata la película, también te enseña una parte de la historia de la Inglaterra de los años 20 y 30, así como la gran responsabilidad que debe asumir una persona y la carga que le supone, que debe ser rey sin querer serlo (el rey debía de ser su hermano, que renuncia al trono por amor).

El trio protagonista es lo mejor de la película. Colin Firth está genial, merecedor totalmente de los muchos premios que se llevó, aunque a la zaga le va Geoffrey Rush, en su papel de doctor Lionel (terapeuta del habla), que con unos métodos poco ortodoxos y una ternura que traspasa la pantalla, te cautiva y por último el elegante papel de Helena Bonham Carter. Con ellos sufres, te emocionas y te diviertes.

En cuanto a todos los demás aspectos, la película me pareció preciosa, qué fotografía, qué música, que ambientación, casi roza la perfección.

Una película totalmente recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charrona
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6 de marzo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Discurso del Rey nos cuenta una historia de superación arraigada en un hecho real, pero con la magia de la narrativa fantástica. Todo en ella funciona como un reloj destilando ironía, sarcasmo, emociones con la estructura y formato de un cuento infantil: un príncipe tiene serias dificultades para hablar a su pueblo, que en parte se mofa de él por su evidente tartamudez, y decide solucionarlo con la visita a un maestro logopeda, Lionel Logue, que ni siquiera lo es como tal, sino que su fama proviene de la utilización de la lógica, la observación y la interiorización de uno mismo para afrontar las adversidades. El rey lo pasa mal, el maestro (tan sólo un actor clásico venido a menos) le trata como a cualquier otro paciente, sin tener en cuenta su posición y su rango, utilizando técnicas inusuales que el Rey acepta sin demasiado convencimiento, y el drama humano se convierte poco a poco, gota a gota, como en un alambique, en una deliciosa parábola sobre los éxitos del esfuerzo y el tesón en la consecución de determinadas metas, sobre la grandeza del corazón humano por encima de las convenciones sociales y el valor intrínseco y arrollador de la amistad cuando el ser humano se antepone a las clases sociales. El duque de York se convirtió en rey de Gran Bretaña con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor Eduardo VIII, y contó con el respeto y cariño de los ciudadanos británicos gracias a la ayuda de alguien corriente, un hombre del pueblo, a quien sólo le ayudó su inteligencia, el uso de la razón, y su enorme humanismo para conquistar la amistad (para siempre) de todo un Rey. Un producto cinematográfico sólido, de gran calidad, con grandes interpretaciones y un guión tan sobrio como elegante.
Ethan
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