Los idus de marzo

Es triste pero cierto que lo que muestra la película se parezca bastante a la realidad de una política en casos puntuales corrupta y llena de favores concedidos bajos la mesa que desembocan en decisiones no siempre convenientes para la gran masa social.

En "Los idus de marzo" Clooney pone el dedo en la llaga construyendo una historia que tiene como fondo la campaña de elección del candidato demócrata para las presidenciales estadounidenses, pero que es universal y podría darse en cualquier otro lugar. Esto es realmente lo más inquietante de todo. ¿Puede un candidato aparentemente intachable llegar a lo más alto sin que alguien encuentre un fallo por el camino? Lo que le interesa a"Los Idus de Marzo" no es el cara a cara entre los candidatos, sino lo que sucede entre bastidores, es decir, los tejemanejes de los responsables de la campaña para asegurar la victoria de su jefe. Sin embargo, eso no quiere decir que los idealismos queden de lado.

Clooney, director y candidato ideal e incorruptible, eligió a Gosling para que diera vida a su segundo de abordo en la ficción. Gosling trabaja con esmero este papel bombón y dibuja una progresión acentuada viendo descubriendo poco a poco, junto con el espectador, grietas en su referente, y convirtiéndose así en lo que finalmente será.

Quizás la forma de narrar la historia no sea demasiado novedosa, y es possible que el Clooney guionista (aquí acompañado) intente llevarnos a un género como es el thriller en el que estamos acostumbrados a guiones más tramposos con cierto rigor. Todo esto importa más bien poco porque acabamos de ver una película que nos muestra algo aterrador. Aún tendremos que esperar para ver la película definitiva sobre este tipo de cine político, mientras tanto habrá que conformarse con apreciables propuestas como ésta.

El director de cine George Clooney ha vuelto a demostrar en su cuarta película, "Los idus de Marzo", elegancia y estilo.

Elegancia en la manera de rodar las secuencias, con calma, tomándose su tiempo, para que nos dejemos llevar, mientras nos cautiva, casi hipnóticamente... y al mismo tiempo con pulso, y tensión sutil, e incluso violencia casi imperceptible, por debajo de la piel, con sentimientos contenidos siempre a punto de explotar: Deseo, ambición, rabia, envidia, venganza... Haciendo que disfrutemos con el desarrollo de una trama bien atada, gracias a un guión sólido, y unas interpretaciones creíbles, aderezadas con una buena banda sonora y fotografía, que como la trama, se contiene en sus formas.

Estilo, por que al ver una película de George Clooney se ven ciertas características comunes, lo que denota cierta madurez, y los "idus" es una de esas películas en la que se ve su estilo, de "toque" clásico, casi de las películas de los años 50, pero al mismo tiempo con elementos modernos.

El tema político en este caso, es el trasfondo de lo que verdaderamente importa: Los hombres y mujeres que están detrás de la campaña para elegir el candidato a un partido, y más concretamente habla sobre los juegos políticos llevados al terreno laboral y personal, siendo la contención de emociones y el engaño dos protagonistas más.

Es cierto que llega un momento de la película, en su cenit, que se hecha en falta que se hubiera alargado un poco más. Siendo la parte más interesante, pero que se resuelve hacía el final de una manera demasiado rápida y sencilla, dando la sensación de que la subtrama política de las traiciones, se queda algo simple, y la resolución como digo, demasiado precipitada, y algo irreal, tal vez por no atar mejor el tramo final.

A pesar de ese "pero", es una película muy recomendable, para disfrutar de buen cine, unos personajes atractivos e interesantes, unas actuaciones magnificas y una dirección notable.

George Clooney nos ha vuelto a "regalar" elegancia y estilo como el sabe hacer. Sólo falta que te dejes llevar por el mar en calma de este film, mar tranquilo debajo del cual habitan tiburones...

Cuando George Clooney se coloca detrás de las cámaras nos muestra su faceta más seria y comprometida y no oculta sus tendencias liberales. En esta ocasión nos ofrece un film que gira alrededor de Mike Morris (Clooney), un político demócrata en plenas primarias para conseguir se escogido como el canditado demócrata.
Pero en realidad, aunque es el centro sobre el que pivota toda la historia, el protagonista no es él sino uno de sus colaboradores Stephen Meyers (Ryan Gosling), comprometido hasta la médula con la campaña, y de aire un tanto idealista, el cual tendrá ciertos deslices que le pondrán en una situación comprometida, pero sabrá utilizar en beneficio propio los deslices ajenos. Una de las mejores bazas del film que nos ofrece Clooney es la variedad de matices gracias a que el realizador consigue arrancar unas interpretaciones entregadas y con la suficiente profundidad y ambigüedad como para mostrar a sus personajes en toda su humanidad. Además del mérito del realizador y del reparto (en el que figuran unos excelentes Philip Seymour Hoffman, Paul Giamati, Marisa Tomei y Evan Rachel Wood), tampoco hay que olvidar que el film es una adaptación de la obra teatral "Farragut North" escrita por Beau Willimon.
Por este motivo, queda la sensación que se trata de una historia que transcurre entre bastidores. Mientras los políticos se enfrentan en debates o vociferan sus mensajes y promesas electorales, intentando cautivar a los electores, sus ayudantes se mueven en la sombra, maquinando la forma de conseguir que su jefe gane, no siempre con métodos muy éticos. Así Clooney en la mayor parte de las ocasiones recurre a un montaje en paralelo en el que las revelaciones suelen tener lugar mientras el candidato está ante las cámaras. Aquí es donde se observa el origen teatral, ya que la mayor parte de las secuencias, en especial las más importantes, están estructuradas en base a diálogos entre dos personajes, normalmente enfrentados, ya sea en un bar, en algún pasillo, en la habitación del hotel, etc. A través de esos diálogos se transmite al espectador la idea de la falsedad y el juego de traiciones que hay tras las grandes caras de la política. La trama gira alrededor de un candidato demócrata pero la impresión general es que todos los políticos recurren a los mismos recursos para conseguir sus objetivos, y lo que afirmen o prometan sólo es una fachada, un juego de apariencias.
De todas formas, Clooney filma los acontecimientos con sobriedad, sin alardes, e incluso dejando espacio al resto del reparto, sabiendo quedar en un segundo plano pero no desapareciendo nunca del mismo. Además, pese a que la idea general de la falsedad en la política siempre está presente, Clooney permite que el film sea objeto a diversas interpretaciones (ha sido una historia de iniciación? o es la historia de un trepa que sabe esconder sus cartas? Que el espectador decida). Sin lugar a dudas se trata de una muy buena historia, bien filmada en la que el trabajo de dirección de actores ha sido fundamental para conseguir los objetivos.

Buena película de Clooney, con un gran trabajo sobretodo a nivel de actores: un reparto muy bueno y cuyas interpretaciones son lo mejor de todo el film.

El argumento, aún tratando de ser rompedor, no deja de estar muy trillado; los entresijos del mundo político, donde los idealistas finalmente ceden a los intereses de unos cuantos. Un mundo lleno de serpientes vestidas de cordero y donde no puedes fiarte de nada.

La factura técnica de la película es muy buena, elegante y profesional; unas escenas sin alardes excesivos pero trasladando perfectamente la acción al espectador.

Tenemos aquí algo parecido a Clint Eastwood, en el sentido de un buen actor (Clint es mejor) que hace también películas como director. Y George Clooney las hace bien. Esta, sobre todo.
El argumento es casi lo de siempre. La hipocresía, corrupción e intriga de la vida política. Aquí de la americana. Quien será el presidente de USA es, como poco, hipócrita, además de su lío con la becaria (una alusión a Clinton).
Lo que pasa es que los actores lo hacen muy bien, por este orden: Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, George Clooney y Ryan Gosling. Marisa Tomei no tiene un papel de lucirse y la chica Eva Rachel Wood no resulta creíble, siendo lo más flojo de la película.
Todo ello dirigido con maestría, con sentido del ritmo, sin insistencias. Y manteniendo el interés hasta el fin.