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El niño con el pijama de rayas

Drama Berlín, 1942. Bruno (Asa Butterfield) tiene ocho años y desconoce el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país, en plena guerra mundial, está infligiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre -recién nombrado comandante de un campo de concentración- ha ascendido en el escalafón, y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona ... [+]
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Críticas 242
Críticas ordenadas por utilidad
20 de julio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es un cruel retrato de la barbarie nazi, un cuadro viviente del dolor y sufrimiento de todo un pueblo inmortalizados en películas de esta categoría. “El niño de la pijama de rayas” es el cruel retrato de la tragedia más grande en la historia de la humanidad teniendo como condimento la inocencia de los niños, ya de por si el protagonista es un niño. En sus pensamientos no lograba entender porque los judíos eran tan maltratados, en medio de toda su inocencia y explorando un poco se encuentra y entabla una amistad con un niño judío que vivía en el campo de concentración que estaba al lado de la casa de él, dicha amistad tendrá consecuencias tan devastadoras como nefastas. La actuación de Asa Butterfield es demoledora como conmovedora, encarna a Bruno y el gran protagonista de la cinta, digna de enmarcar. El desconcierto reina en gran medida en el film, es dura y sin acertijos, mensaje directo sin dar vueltas y sin caer en la monotonía todo un acierto por parte del Director Mark Herman. El holocausto es el más grande artículo de infamia en la gran biblioteca de la humanidad que quedara siempre inmortalizada en los recuerdos de todos los seres humanos gracias a películas como esta. Film de gran factura y calidad.
Cepeda
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23 de octubre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera, ni mucho menos será la última película que se realice en base al horrendo vejamen a lo que los judíos fueron sometidos por la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial. “La Lista de Schindler” (1993) marcó la pauta para que un sinnúmero de directores tomaran el tema y profundizaran, a partir de los libros de historia universal, sobre el tema y las más diversas veredas. “El Pianista” (2002), “El Hundimiento” (2004) y “Los Falsificadores” (2007) son sólo algunos de los más recientes y destacados trabajos. Ahora fue el turno de Mark Herman (“Little Voice”), quien adaptó al cine el -a estas alturas- best seller de John Boyne, que publicara el autor el año 2006 con gran éxito en Europa hasta el día de hoy. Lamentablemente, no he tenido la suerte de leer el libro, por lo que me limitaré al resultado en pantalla grande sin aprobar ni desaprobar su similitud al escrito.

“El Niño con el Pijama de Rayas”, ambientada en el Berlín de 1942, nos cuenta la historia de Bruno (Asa Butterfield), un niño de ocho años, hijo de un oficial nazi que es ascendido y trasladado a una casa aledaña a un campo de concentración. Junto a su hermana y sus padres, Bruno pierde a sus amigos del barrio y pasa sus aburridas tardes inventando algo que hacer. Sin entender mucho el holocausto que por esos días se vive en el país y convencido que su padre sólo hace el bien por el “Padre Patria”, tras arrancarse para conocer la “granja” cercana a su casa, conoce detrás de las petrificadas rejas a Shmuel (Jack Scanlon), un niño judío de su misma edad, quien viste un traje numerado y a rayas. Así, sin comprender muy bien en qué consistía el “juego” tras las rejas del que participaba el pequeño, Bruno y Shmuel inician una amistad que comienza a ir, inocentemente, más allá de cualquier división.

Cuesta ser original con un tema tan bien manoseado en el cine como la II Guerra. El director apela a todo el sentimentalismo y la sensibilidad del espectador para que, a través de los ojos de dos niños, se nos cuente una nueva historia de los sombríos pasajes que cubrían los cielos de una Alemania devastada para el resto del mundo. La sobria puesta en escena y el pausado -pero correcto- ritmo muy al estilo inglés, marcan el pulso de una cinta que comienza presentándonos a los personajes, para luego jugar sin mesura con nuestras emociones. En ese sentido, la película cumple a cabalidad su objetivo, destacando las grandes interpretaciones, especialmente por parte de Vera Farmiga (“Los Infiltrados”) como la madre de Bruno -cuyo trabajo interpretativo ha sido poco reconocido hasta ahora-; de los pequeños actores que se roban la pantalla, y una elegante fotografía, pero con un guión que termina pecando a la larga y en demasía de poca originalidad, tornándose ciertamente algo predecible, y desperdiciando importantes personajes secundarios, cuyos perfiles psicológicos no son profundizados y sobre los que muy poco se aborda.

Sobrevalorada por muchos y super desacreditada por otros. Se la ha denominado una “joya del séptimo arte como hace tiempo no teníamos la suerte de ver”. Y así de irrespetuoso, refuto dicha opinión, y declaro que difícilmente se convierta en un film insuperable ni mucho menos. Se hace demasiado fácil describir de esta manera que los de uniforme son los malos y los de trajes a rayas son los que pagan por lo que, según ellos, merecen. La inocencia de lo que significa ser niño va mucho más allá que eso y, si consigue conmovernos, es simplemente por la calidad del trabajo actoral y no por un fondo bien logrado del que podamos redondear y definir como “joya”. La guerra se convierte en una simple excusa para contarnos lo mismo que Por otra parte, la ambientación musical (que es algo de lo que un libro carece y convierte a la literatura tan distinta al cine), se nos hace demasiado ajena y no logra cautivar como perfectamente podría hacerlo, perdiendo muchos puntos a favor, llamando bastante la atención que alguien como James Horner (“Titanic”), de vasta trayectoria musical, no sea capaz de retratar detrás de su piano y orquesta.

Los niños y la guerra, algo que Roberto Benigni inmortalizó de manera sublime junto al pequeño Giorgio en “La Vida es Bella”, y que la cinta de Herman nos lo vuelve a recordar, para colmo del propio director.

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www.elotrocine.cl
Wladimyr Valdivia
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28 de octubre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de amistad entre dos niños de ocho años cuyos padres y sociedades en aquel momento del S.XX eran enemigos, desgraciadamente (2ª Guerra Mundial). No entienden por qué han de ser enemigos.

Bajo mi punto de vista, esta película va más allá de la inocencia. La persona, sea de la creencia o raza que sea, es muy por encima de todo eso persona, seres humanos. Sin la maldad y los prejuicios que empiezan a crecer conforme se va haciendo mayor y que desgraciadamente han contaminado la sociedad mundial a lo largo de los tiempos.

Es una película buena pero muy dura. Con un trágico y sobrecogedor final.

PD: no he leído la novela. Quizás mejor así porque tal vez tendría una visión peor de la película, como casi siempre suele ocurrir en toda adaptación cinematográfica de las novelas.
Jor_El
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15 de octubre de 2009
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El libro ya me pareció trivial y manipulador, teniendo en cuenta el tema que trataba podía haber dado para una gran novela, pero se quedó en lo que sin duda pretendía el autor: un best seller creado para las grandas masas sin cultura literaria y facilmente manipulables.
La película es exáctamente lo mismo. Peor aún que La vida es bella, donde al menos no se pretendía engañar al publico y era bastante menos pretenciosa. Tanto en la película como en el libro todo está hecho para dirigir al espectador/lector hacía un final inpactante, única baza en ambos casos. Un final por otra parte más que predecible y que tratan de evitar que adivinemos de forma bastante patética. Todo en esta película es aburrido, el guión, los actores etc. Al menos el libro era relativamente aceptable como lectura infantil o juvenil. La película unicamente esta realizada con el fin de aprovechar el tirón de ventas del libro y sacar dinero con ello. Cuando el único fin de una película es sacar dinero rara vez resulta en algo de calidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jorge RR
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29 de abril de 2011
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No le veo sentido a contar cualquier chorrada, más o menos rocambolesca (esta lo es de cojones), usando la perspectiva nazi, genocida o judeoestermínica, llámenlo x.
A través de este sinfín de historias mediocres o no, bestseller o no, corremos el peligro de ir tomandonos, nosotros y los seres humanos que nos preceden y precederán, poco a poco el asunto con más cachondeo y menos respeto del que se merece.
La Segunda Guerra Mundial es un marco apetecible para el cine, válido como el western o cualquier otro. Pero dentro de este ámbito, algo tan delicado como el intento de exterminio de una raza humana, no debiera servir de pretexto para contar carambolas a tres bandas de semejante fantasía y complicación, para rizar el rizo gratuítamente.

No me resulta nada extraño, y pido disculpas por ello, que una vez más se atragante en mi páncreas otro exitoso esperpento que siempre supe no debía ver. Mi instinto no suele fallar, pero mi curiosidad se encarga de estropearle el trabajo. Que no se la recomiendo, punto.

En otro orden de cosas pero dentro de la misma estupidez que sigue el argumento de la historia y, sobre todo, su apoteósico final, me habría encajado mejor que el chico del pijama de rayas se ganara la vida vendiéndolas, a la par que esnifándolas, como hacen hoy los jóvenes ninis en los guetos metropolitanos.

Feliz primavera!!
SBarrettt
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