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Una verdad incómoda

Una verdad incómoda
2006 Estados Unidos
Documental, Intervenciones de: Al Gore
6,8
30.778
Documental Documental sobre los efectos devastadores del cambio climático. El ex-vicepresidente norteamericano Al Gore muestra un contundente y preocupante retrato de la situación del planeta, amenazado por el calientamiento global provocado por las ingentes emisiones de CO2 por parte de la acción del hombre. Un documental cuya leyenda reza: "De lejos la película más aterradora que verá jamás".
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Críticas 121
Críticas ordenadas por utilidad
3 de enero de 2008
44 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Progreso nos da a elegir ahora entre dos catástrofes distintas: que el planeta colapse definitivamente o que sobreviva con nosotros en él. ¿Cuál es peor de las dos? ¿Hacemos el imbécil un poco menos para poder seguir haciéndolo más tiempo o pisamos a fondo el acelerador para reventar lo antes posible, confiando en el «borrón y cuenta nueva»?

Antes de ponerse a predicar que hay que ser civilizados, los ecologistas deberían preguntarse por el sentido de nuestra civilización (que, hay que recordarlo, no es LA civilización, sino sólo una más entre las muchas que se han sucedido a lo largo de la historia). Antes de pregonar el reciclaje, por ejemplo, deberían pensar qué diablos es lo que se recicla, no sea que se estén perpetuando y legitimando cosas que jamás debieron haber alcanzado el umbral de la existencia.

A mí, la verdad, del cambio climático lo que más me preocupa es que la temperatura pueda no subir lo suficiente para derretir todo el cemento con que hemos forrado el globo. Aparte de eso, no estoy tan convencido de que nuestro comportamiento sea el principal responsable de que el termómetro suba, por más que, desde la revolución industrial para acá, el salvajismo y la barbarie sofisticada de los «civilizados» haya alcanzado cotas antes impensables; pero ése es otro problema.

El énfasis con que casi todos hablan del asunto me resulta sospechoso: jamás una verdad fue patrimonio de tanta gente, así que no puedo evitar que la cosa me huela a chamusquina y me recuerde a esos criminales dementes que se atribuyen más asesinatos de los cometidos para ocupar mayor espacio en los periódicos. En nuestra egolatría y arrogancia sin límites, los occidentales modernos, aspirantes crónicos al apocalipsis, llegaremos a creernos que podemos acabar con el universo entero si es preciso, con tal de darnos importancia. Me permito, pues, recordar algo obvio, aun a riesgo de hacer de agua-catástrofes («aguafiestas» sonaría tal vez un poco fuerte) y dejar frustrado a más de uno: aunque el planeta reventase —lo que, ciertamente, no es descartable— el universo prácticamente no se iba a enterar: somos una mota de polvo en la infinitud del cosmos. No somos prácticamente nada. ¡Qué le vamos a hacer!...

En todo caso, peor que cargarnos la Tierra es quizá lo que hacemos con nosotros mismos, pero de eso Al Gore no dice ni pío. A mí me da que la humanidad se parece cada vez más a un monstruoso zombi colectivo, un ser amorfo, anómico e indefinible que ni Lovecraft pudo llegar a vislumbrar en sus peores pesadillas. Y eso sí puede ser peligroso para el cosmos: las influencias psíquicas llegan mucho más lejos que las físicas… De ahí mi duda inicial…

En fin, por cambiar de tema y hablar algo de cine: esto no pasa de ser, yo creo, un documental mediocre, ramplón y vulgar, carente de cualquier interés cinematográfico, pero que demuestra —hay que reconocerlo— el finísimo olfato comercial de su ínclito promotor.
Ludovico
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8 de diciembre de 2008
30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este señor (Al Gore), estuvo aquí mismo en Sevilla hará unos meses, impartiendo su "clase" para formar líderes de opinión en España que difundan sus ideas. Vino con este mismo cuento del calentamiento global que pregona en su película, por el cual el Ayuntamiento le pagó 120.000 Euros. Su periplo incluyó distintas ciudades de España donde también se llevó una enorme cantidad de dinero en todas ellas. Como es habitual, a estas reuniones concurrieron personajes muy conocidos y con cargos importantes del gobierno y de empresas privadas, que además tuvieron que pagar no poco para poder sentarse allí.

Los medios de comunicación no pudieron enterarse de nada de lo que ocurrió en el recinto donde se celebró el evento ese fin de semana (un teatro ubicado en la Isla de la Cartuja), ya que lo hicieron a puertas cerradas (sí, habiendo cobrado dinero del Ayuntamiento, se hizo a puertas cerradas, excluyendo a los ciudadanos). No es difícil imaginar el por qué, si somos un poco perspicaces.

Tampoco los medios tuvieron acceso al listado de las personas que concurrieron, lo cual debería haber sido obligatorio y normal dado el enorme gasto que significó para la ciudad su sola presencia. Eso sí, no dudó Al Gore en sacarse una foto para los medios, como forma de justificar mínimamente su estadía aquí.

Según la versión del Periódico ABC, Al Gore estuvo apenas cinco minutos por la mañana del día sábado (primer día de su "curso", que duró dos en total), y luego quedaron al frente otras personas. Sin palabras.

Además de pensar que esto que comento (que es real, ya que sucedió delante de mis narices, y cualquiera puede investigar en internet ante la duda) sea una verdadera verguenza y una estafa para los ciudadanos de Sevilla ó de cualquier otra ciudad donde este señor viaje para hacer su negocio, luego he tomado la precaución de ver su película, que me ha parecido el epílogo propagandístico-marketinero-publicitario, de la actividad de este hombre que de tonto no tiene ni un pelo

Mi mensaje entonces es acorde al título: cuidado con lo que consumimos y a quien le damos la razón. Detrás de esta película hay intereses creados que nada tienen que ver con el séptimo arte ni menos aún con el deseo de un mundo mejor para todos nosotros.
aleks
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30 de mayo de 2007
69 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
No pude de dejar de preguntarme qué hubiera pasado si hace siete años en Florida se hubiera jugado limpio. ¡Siete años ya! A lo mejor, un presidente con ideas raras es un presidente incomodo. Y ahora, no puedo dejar de preguntarme porque a pesar de que todos sabemos lo que está pasando en ésta nuestra única casa, la Tierra, aquellos que pueden evitar que las cosas vayan a peor no hacen nada por evitarlo.

Hace unos años, estando enfrente del Perito Moreno, un amigo me explicaba algo alarmante. Teníamos el glaciar delante, y este no paraba de rugir. Los turistas inundaban las cercanías echando fotos y grabando videos caseros de grandísimos bloques de hielo caer al agua. Es un espectáculo tan gigantesco que no puedes dejar de sobrecogerte. Me señaló hacia la izquierda del frente del glaciar. La ruptura de la bóveda del glaciar se rompe en intervalos irregulares en el tiempo, me dijo. La última fue en 1988 y parecía que este año, el hielo cedería. Una semana después de estar allí, la bóveda cayó. Pero… no acaba aquí. Dos años después de la rotura de la bóveda, una noche del 2006, la bóveda volvió a caer. ¡Dos años después! Algo completamente inusual.

Una verdad incomoda es un documental con dos únicos propósitos. Abrir los ojos a los que no quieren ver la realidad y concienciar a los que sabiéndolo, nos dejamos llevar sin hacer nada. Quien busque, como he leído en otras críticas, votos y/o “Independence Day” es que no se entera de nada. Gore, dejó de presentarse para la Casa Blanca y creo recordar que el documental exponía lo siguiente: los estadounidenses son el país que más contamina y el que menos remedios pone para controlar el calentamiento global. Por lo que hay críticas que no llego a entender. Expongo a continuación diez cosas que hacer:
1.-Cambiar a bombillas en bajo consumo
2.-Utilizar los pies para ir a los sitios que sean posibles. Usar el transporte público.
3.-Reciclar.
4.-Mantener los neumáticos inflados correctamente. Se consume menos gasolina.
5.-Usar menos agua caliente.
6.-Evitar comprar productos con mucho envoltorio. Rechazar las bolsas de plástico que te dan hasta cuando compras un bolígrafo.
7.-Regular el termostato. Importante para los cines: ¡A 20º C yo me congelo por favor!
8.-Plantar un árbol. O comprar plantas.
9.-Apagar las luces y aparatos eléctricos que no usamos. El standby no es apagar las cosas.
10.- ¿Le ha resultado interesante y/o útil esta crítica?: Tica en Sí
Chagolate con churros
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5 de mayo de 2008
37 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena que la mayoría de los que votan a este seudodocumental lo hagan en sentido positivo. Indica este hecho que no tienen ni idea de ciencia pero además que tienen poco sentido artístico. Veamos:
1º No existe consenso cinetífico sobre la existencia de un cambio climático en sentido cálido
2º Todo lo que existe a favor de ello proviene del IPCC (Panel Internacional del Cambio Climático), organismo de la ONU formado por ciertos científicos que nunca afirman lo que después dicen los políticos y los ecolojetas.
3º Sea lo que digan unos y otros, lo que hace Al Gore es inautentico, ya que posee una de las minas mas contaminantes de los estados unidos, se pasea con un avión privado aun mas contaminante y su mansión privada consume en un mes lo que veinte familias americanas en un año.
4º El documental es falso, ya que emplea imagenes de películas de ficción sin advertirlo y usa falsos argumentos científicos a sabiendas.
Solo quedan convencidos los que desean serlo.
egoyomismo
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21 de noviembre de 2006
50 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer fallo (o gran acierto) de este documental es contar con Davis Guggenheim, el director de “Rumores que matan”. Acierto y fallo por el título de su primer largometraje: los rumores (o teorías) de los ecologistas que nos iban a matar se han convertido en verdades como puños. No esperen un cambio climático en cuatro días en plan “El día de mañana”, ni los marcianos envidiosos de “Independence day” y nada que ver con una patata gigante a punto de reventar la Tierra (“Deep impact”). Los malos de este documental somos nosotros y nuestros líderes mundiales. Los salvadores (aquí reside la tragedia del asunto) los segundos.

El otro acierto es tener a Al Gore como maestro de ceremonias de una de las más interesantes conferencias filmadas.
Desde que al pobre le birlaron unas elecciones ha reclutado a una pantalla gigante, unas diapositivas y un funcional mando a distancia para dedicar a divulgar su mensaje preocupante y de paso demostrar a los americanos lo que se perdieron en las urnas. ¡Hasta hace chistes este hombre con lo soso que parecía!

Pues la “verdad” que nos cuenta no me incomoda. Me explico, ya me incomodaba hace mucho tiempo y he asumido que esto se va al carajo en un corto espacio de tiempo, dependiendo de cómo nos portemos, y estamos portándonos cada vez más una mayoría, podremos dilatarlo… ¿Cinco? ¿Diez? ¿Veinte años?
Así que agradezco que “Una verdad incómoda” pueda despertar preocupación (y algo de esperanza) y que sirva para concienciar al público (sobre todo americano) que contaminar es igual que fornicarse al planeta.

Lo peor son los fragmentos sobre la vida y milagros de Al Gore, que aunque sirven para hacer más ameno el asunto y vincularlos al mensaje expuesto, dan cierto tufillo panfletario y electoral.

Ahora sólo nos queda su segunda parte a modo de parodia, protagonizada por George W. Bush, dónde nos demuestre con sus “datos” que lo del cambio climático es una chorrada. Y de paso que de una explicación lógica y racional a lo de las armas de destrucción masiva, los atentados del 11-S y de cómo un idiota suicida puede ser presidente del país más poderoso del mundo.
Maldito Bastardo
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