Armados y cabreados

God Bless America es la crítica de Bobcat Goldthwait (escribe y dirige) a una sociedad enferma que nos hace enfermar. Nos convierte en individuos vacíos, superficiales, amorales y repugnantes.

No tenemos escapatoria a una cultura mediática que se sirve del odio y el ridículo. La basura que escupe la televisión es reproducida posteriormente por las personas que hay a nuestro alrededor, por la red, la radio, la prensa... Los comportamientos de los celebrities, irrespetuosos y egoístas, son imitados por los niños. Las nuevas tecnologías han contribuido a deshumanizarnos, nos mantienen distraídos ante semejante esperpento. Un esperpento que ya es parte de nuestra vida.

Entonces el protagonista (correctamente interpretado por Joel Murray) se plantea: ¿por qué tener una civilización si ya no estamos interesados en ser civilizados? Y toma una de esas decisiones que pueden tomarse en el cine, pero no fuera de él: matar a aquellas personas que hagan de este mundo un lugar peor.

De esta manera, en clave de sátira y grandes dosis de violencia y humor negro, arranca una película que podría haber sido mucho más.

Es discutible un discurso que postula que la gente ya no está interesada en la verdad, pues el escándalo y la sal gorda lo ocupan todo, para a continuación tomar el arma de la polémica para hacer funcionar la narración. Así como es discutible la lucha contra la inmoralidad a través del asesinato.

Y es ahí donde películas como Asesinos Natos (de la que bebe en muchas ocasiones. También lo hace de Taxi Driver, Bonnie and Clyde, o León el profesional) la supera. Oliver Stone no presentó a sus personajes como unos cruzados en busca de la paz y la moralidad, sino como simples víctimas, productos egoístas y caprichosos de una sociedad decadente.

Ambos films apuestan por la provocación, pero sólo uno de ellos lo hace con todo y hasta las últimas consecuencias, arriesgando y no quedándose a medias. Ese film, definitivamente, no es God Bless America. Da la impresión de que le dé miedo ser excesivamente incómoda o inmoral, y en última instancia se advierte como un producto demasiado influido por esa sociedad. ¿Por qué el protagonista disfruta sin remordimientos asesinando gentuza, pero rechaza y considera inadmisible la atracción sexual que tiene hacia su compañera de aventuras?

La sensación de ser un proyecto rompedor se frustra con demasiadas convencionalidades y miedos.

Dicho lo cual, no puedo dejar de resaltar que tiene momentos realmente buenos, y considerables dosis de diversión.

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La sensación que deja "God Bless America" es agridulce, porque sus intenciones son infinitamente mejores que sus resultados. Y es que su premisa de dos inadaptados alzándose en armas con la mediocridad encarnada en el mundo reality, parecía poder cumplir los más salvajes y secretos sueños de todo aquel que alguna vez se haya encarado con ese circo de máscaras y egos grotescos que sintetiza perfectamente cada programa de la televisión basura.

La cuestión es que Bobcat Goldthwait, que ya indagó en el enfrentamiento entre la masa y el individuo en la genial "World Greatest Dad" esta vez yerra el tiro dispersándose y lo que inicia de forma prometedora se diluye por su falta de cohesión y coherencia interna. El protagonista (un estupendo Joel Murray) es diagnosticado de un tumor terminal y decide que ya puestos a morirse, se llevará por delante todo lo que a su juicio hace que el mundo sea peor. Y aquí es cuando empiezas a relamerte: estrellas de la telebasura, jurados de Operación Triunfo, gente de la que se pone a hablar con el móvil cuando está el cine...

Pero la película se dispersa, no sabe si quiere profundizar en la amistad entre los protagonistas, o quiere criticar la sociedad en general, o los realities en particular y todo esto a un ritmo claramente ortopédico, haciéndose tedioso en ocasiones y en otras animándose de repente como una descarga eléctrica, sin que te hagas el cuerpo a semejantes cambios de tercio.

A pesar de algunas pinceladas de humor negrísimo marca de la casa (tiene unos pocos diálogos que rozan el Olimpo) y de que me resulta moralmente imposible suspender a una película en la que suena el "School's out" de Alice Cooper, el resultado final acaba siendo flojito y eso que la última secuencia es tan previsible como épica y catártica.

Recomendada en todo caso a personas que piensan que todo el mundo menos ellos merecería morir.

Pues sí, España. Porque la película es americana y es normal que la crítica la centre allí, pero vamos, eso lo tenemos aquí en todos los formatos. Y lo triste de todo esto es que leyendo las críticas veo mucho eso de "tremenda critica al estilo americano". Hay que ver, que malos son los americanos.... Pero coño, que aquí tenemos la misma mierda.
A la peli le pierde un poco el dicursito con moralina final y que se dejan unos cuantos colectivos sin masacrar, como los tertulianos políticos y futboleros.

'God Bless America' (me niego a utilizar el horroroso título en castellano) parte de un planteamiento sumamente interesante.

Un hombre hastiado de la idiotez y superficialidad ajena decide tomarse la venganza por sí mismo, cargándose, con la ayuda de una desencantada joven, a todos aquellos, que a su juicio, se lo han ganado a pulso.

Leo por aquí algunas críticas sobre la justificación de la violencia por parte de la película, y creo que olvidan que esto es una sátira, una oda al surrealismo que pretende sacudirnos la apatía y mandarlo todo (y a todos) a la mierda. Y la verdad, no se le puede culpar. Uno enciende la tele, mira los periódicos, escucha a los políticos, y contempla el escaso nivel cultural y humano de gran parte de los ciudadanos que nos rodean, y le entran ganas de empezar a dar pantuflazos a diestro y siniestro.

Bobcat Goldthwait acierta en mostrarnos los males endémicos de nuestra sociedad, pero falla a la hora de ofrecernos una obra con verdadero fundamento cinematográfico. Si, hay algunos diálogos divertidos y alguna escena lograda, pero conforme avanza el film, la repetición de esquemas se hace norma y la película acaba resultando monótona.

El director tampoco consigue transmitir la ira y rabia suficiente que justifique las acciones de los protagonistas, quedándose en meras caricaturas de lo que se quiere mostrar. Por no hablar de la escasa veracidad (aún entendiendo que no deja de ser una broma negrísima) en lo relativo al comportamiento de estos.

En definitiva, una película curiosa, interesante, pero lejos de ofrecer algo verdaderamente notable.

Imposible no sentirme identificada con este film, es que soy una freak, no lo puedo negar.
Los sueños de Murray son los mismos que tengo, yo también quisiera acabar con todos esos pelotudos que no tienen consideración por el de al lado y molestan a todos como si tuvieran facultad para hacerlo.
"God bless America" es el himno de los freaks, y por eso confieso haber tirado alguna lágrima mientras la veía, si como he dicho: "confieso haber llorado viendo 'God bless America'".

Pasando a lo objetivo, está enmarcada en el estilo tarantinezco y como tal su humor radica en hacerte reír de cosas "no graciosas".
La sangre es apasionante en este film y las víctimas son también las víctimas del espectador, realmente disfrutas con cada disparo, con cada puñalada.
Los personajes y las situaciones son totalmente inverosímiles pero en definitiva esa es la idea, en el fondo no deja de ser una película con alma de cómic.

Es un placer que el cine se acuerde de nosotros, los que somos héroes en nuestras mentes pero unos completos perdedores en el "día a día", los raros que no actuamos acorde a lo "normal", los que no seguimos a la multitud.
Gracias Goldthwait por ser uno de los pocos freak en hacer cine freak.

Lo mejor: los personajes protagónicos.
Lo peor: no hallo nada que no me guste ¿debería?.