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La herida

Drama Ana (Marian Álvarez) es una mujer de 28 años que se siente útil y satisfecha en su trabajo rutinario ayudando a otros. Sin embargo, fuera de su jornada laboral, Ana tiene serios problemas para relacionarse, pues es socialmente torpe, incluso agresiva, con las personas más cercanas y queridas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 104
Críticas ordenadas por utilidad
15 de enero de 2014
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una de las películas más fáciles de ver. No tiene una estructura típica de planteamiento-nudo-desenlace. El espectador no recibe a información acerca del comienzo de los problemas de la protagonista y, verdaderamente, tampoco de su final. El filme termina de la misma forma que podría haber acabado diez minutos antes. Podría ser tachada de “poco dramática”, de parecer más un documental que una verdadera película. Todo esto no son factores negativos, sólo diferentes, que han sido de mi agrado.

El punto fuerte de la película es la espectacular interpretación de Marián Álvarez en el papel de una mujer con trastorno límite de la personalidad. Una enfermedad psiquiátrica caracterizada por inestabilidad emocional con confusión en la imagen de uno mismo, que conduce a una grave dificultad para las relaciones interpersonales. El guion y la actuación de Álvarez son correctísimos y realistas a la hora de plasmar esta enfermedad en pantalla, tanto la entidad nosológica en sí como la comorbilidad (ideas de suicidio y abuso de sustancias). Además, estos pacientes no tienen conciencia sobre su enfermedad, no saben que están enfermos, y es aquí donde la interpretación protagonista alcanza su mayor hito. La herida es, de esta forma, la mejor película que toca este tema tan recurrente en las pantallas como son los trastornos psiquiátricos (al menos de las visualizadas en mi humilde carrera cinéfila).

Existe en la sociedad actual una tendencia por estigmatizar a los enfermos psiquiátricos. A nadie le importaría quedar a tomar un café con un diabético, pero a pocas personas les haría gracia pasar el rato con alguien con esquizofrenia. Y esto es porque las enfermedades psiquiátricas son difícilmente comprensibles, nos cuesta empatizar con estos enfermos. La herida es una excelentísima película para ayudar a la población a entender la condición de los enfermos psiquiátricos. Y esto vale mucho.
Membrillismo
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21 de febrero de 2014
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera demostración de inteligencia de este autor (Fernando Franco) está en el título de su película, “La herida”. Será esa palabra el hilo conductor con el que acompañamos a la protagonista en su desquiciado discurrir.

“La herida” es una película que muestra el tormento psíquico de una persona, por otro tormento psíquico y también físico que padeció. Eso no lo dice la película, ni casi lo insinúa, pero la maestría con que el director va dejando aflorar detalles, casi de manera imperceptible, excepto en una más evidente ocasión, nos lleva a compenetrarnos con la protagonista, a entender, conmovernos y horrorizarnos con su dolor. Esa es la única manera de que esta intensa y explícita (sin parecerlo) película pueda afectarnos tan hondamente. Si no se entiende ese dolor se puede llegar a opinar “Lamento mucho que esa conductora de ambulancias no se soporte ni a sí misma ni a los demás, que el alcohol y la coca la pongan peor…/ …que su estancia en la tierra sea un exclusivo infierno…/…No comprendo las intenciones de esta árida, fría y desagradable película.” (Boyero dixit)

Hace bastante tiempo que el cine español ha caído en una apática y creciente mediocridad (incluyendo alguna “vaca sagrada”, Almodóvar, Trueba (el Fernando), De la Iglesia) por lo que ver algo original, precisamente narrado y magistralmente interpretado lleva al estímulo y la confianza. Con una economía de medios (sobre todo económicos) y narrativos, hasta logar que evitar el plano/contraplano, sea un ejercicio de estilo y dote de más intensidad a la película. Como he leído por ahí, todo el film parece ser un plano secuencia. Quizá solo pretenda ser un interminable travelling, con algún receso, para acompañar a Ana y observar muy de cerca todo el dolor que impregna su vida y que de manera tan violenta expulsa hacia los demás y, sobre todo, hacia sí misma.

Fernando Franco acerca su cámara a Anna y ya la acompaña en todo momento. Marian Álvarez es toda la película, por ser la protagonista absoluta y porque todos sus registros, corporales y gestuales, consiguen transmitir todo ese horror interior. Hacía tiempo de una actriz española no llegaba a impresionarme de forma tan real.

“La herida” es una película dura pero conmovedora, es cálida (no fría, Boyero) y está llena de vida y pasión. Arroja hacia el espectador todos los demonios que, un trauma causado a un inocente, pueden llegar a invadir una vida, hasta convertirla en un calvario interminable. Fernando Franco y Marian Álvarez nos lo cuenta, nos impresionan y nos conmueven.

Sólo cuando el dolor ajeno es empatizado, podemos llegar a ser el que sufre. Es entonces cuando entendemos que su herida es la nuestra y que su dolor lo sufrimos con él.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manu_el_Ruiz
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26 de enero de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La herida es una película valiente, desgarradora, que da un puñetazo bien fuerte en las tripas de cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad. Pero lo es únicamente por dos puntos, tan excelentes que consiguen que la película salve los muebles: la escritura del personaje protagonista por parte de Fernando Franco y la poderosa interpretación de la gran Marian Álvarez. Franco y su co-guionista Enric Rufas describen perfectamente la personalidad autolesiva y socialmente torpe de Ana, mientras que Álvarez es un Stradivarius en manos del realizador, perfectamente afinada, desbordando naturalidad y ofreciendo una interpretación demoledora y llena de sinceridad. Su capacidad para el drama no tiene límites (atención a sus expresiones cuando chatea o por supuesto al final en el coche). La cámara de Franco va además siempre con ella, acompañándola como si fuera una amiga y dejando que sean los ojos de Álvarez los que muestren e introduzcan todas las situaciones y personajes.
Sin embargo, La herida no parece una película en la mayoría de sus escenas, sino una especie de vídeo callejero lleno de silencios (ojo, gran herramienta del director, pues acrecientan la sensación de soledad y aislamiento de la protagonista, pero hay ciertamente un abuso del recurso). Y lo que es más grave, nunca se quita de encima la sensación de que el formato de cortometraje le habría venido mucho mejor que el de largo. Veinte o treinta minutos y estaríamos hablando de una pequeña pieza de cine absolutamente sobresaliente. Así, tal cual la ha hecho Franco, es una película de base interesante y actriz superlativa pero con un ritmo demasiado lento y una estructura muy repetitiva (los sucesivos intentos de Ana de relacionarse normalmente con su entorno).

Lo mejor: Marian Álvarez, estratosférica, y la labor de Fernando Franco como director y guionista.
Lo peor: La idea no da para una película de una hora y media y se pierde en un desarrollo demasiado lento.
Sibila de Delfos
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4 de mayo de 2018
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se alimenta de despojos, y cuando eso es lo que se ofrece, resulta complicado empatizar con el espectador medio. Entiendo los premios y nominaciones; es una de esas obras, habilidosamente raras, que suelen acabar rellenando los premios de los festivales.

Una buena película, cargada de sensaciones cercanas, que al desarrollarse, resulta extrañamente lejana; abusa en exceso de los primeros planos, produciendo una falta de perspectiva No puedo decir que no me gustase, pero no la volvería a ver.
ANHELL
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24 de octubre de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Herida es el debut de Fernando Franco, un joven de larga trayectoria en el cine pero que nunca se había puesto detrás de la cámara. Su película, como Caníbal, llega en malos tiempos para el cine en general y para el español en particular; pero de forma muy oportuna hacia las declaraciones de ciertos políticos que no ven, o no quieren ver, que en España tenemos talento. Mucho.

La Herida hace de la necesidad virtud: su ajustado presupuesto no es un handicap para la propuesta, todo lo contrario. La cámara se cierra y se centra en los rostros, descontextualizando el lugar o el momento (excepto en un breve instante al principio, en el que se muestra la realidad social a la puerta de un hospital), y es detrás de esos rostros donde se encuentra la película.

Una película sencilla y áspera, en la que como en la reciente y magistral Martha Marcy May Marlene, todo se centra en el proceso interno y el cuadro psicológico de su protagonista. No hay razones ni culpables. No hay grandes conclusiones ni análisis clínicos sobre su estado. Pero Ana, en este caso, vive en el abismo, y hacia ese abismo se precipita sola. La Herida acosa el rostro de su protagonista, la sigue, la espía, no hay un sólo momento en el que la cámara no se centre en esa herida invisible, en esa mujer cuya mente no encuentra un remanso, cuya rutina consiste en la desesperación, en el miedo, en la ira, en la ansiedad.

Es loable un guión que mantiene la tensión más allá de que apenas suceden acciones. Como es loable la sensibilidad de un director capaz de hablar de estos temas sin resultar morboso o tremendista, y que es capaz, con su dirección de actores, de que hasta el último intérprete esté en el tono de la película, en la clave psicológica de su propuesta.

Y por supuesto, la herida es ella. Es una actriz en estado de gracia que somete su mente a una tortura constante realizada por ella misma. Marian Álvarez merece todos los premios que pudiera llevarse, pero eso no importa demasiado. Lo que importa es la verdad, la sinceridad, la honestidad, la desnudez de una composición que hace que olvidemos que es una composición. Por momentos dan ganas de saltar a la pantalla y abrazarla de verdad, darle uno de esos abrazos que esquiva, hablar con ella, de tú a tú, sin un monitor de por medio. Decirle a su personaje que podríamos ayudarla, y a su actriz darle las gracias, por la humanidad que demuestra interpretando como lo hace.
jaly
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