Belle Époque

Brillante y divertida comedia romántica la que nos ofreció en el año 92 Fernando Trueba, la cual arrasó en los Goya de ese año y ganó el Oscar al mejor film extranjero. Trueba nos presenta una magistral dirección a cargo de un film sostenido por un magnífico guion y un plantel de actores envidiable.

La película nos traslada a los revueltos años 30 de nuestro país, donde estaba a punto de proclamarse la esperada 2ª República, pero no para hablarnos de revueltas y sublevaciones, sino para narrarnos (con trasfondo histórico) un pentágono amoroso entre cuatro hermanas y un joven desertor. El título de la película hace justicia a lo que se ve en pantalla, porque qué bonita época debió de ser el comienzo de los años 30, y que felices debieron de ser los años posteriores (al menos según la visión de Azcona)...

En el apartado técnico la película aprueba con nota. El guion es genial, con escenas y diálogos memorables; el plantel de actores es bastante bueno, destacando a Ariadna Gil, Penélope Cruz (para sorpresa mía), y cómo no, el incombustible Fernando Fernán-Gómez. Jorge Sanz pone empeño en hacer un buen papel, pero no llega a convencerme, como tampoco terminan de cuajarme los papeles de Díaz Aroca y Verdú. Respecto a los secundarios, encontramos actuaciones magistrales, como las de Gabino Diego o Agustín González. La banda sonora es bastante agradable también, y la fotografía excelente.

He leído por ahí algunas críticas que tachan a esta película de ser absurda y poco realista, ante lo que yo respondo: "El cine es pura ficción, y de la ficción se alimenta el ser humano". Pues claro que es poco realista, ¿cómo pueden perder el culo cuatro mozas de buen ver por un giliflautas como Sanz?, ¿o cómo podía existir un cura como González en 1931?, ¿o cómo se explica la relación matrimonial de Fernán-Gómez y su esposa?. Si quieren algo realista pónganse un documental de la Guerra Civil, recordemos que esto es CINE.

En resumidas cuentas, Belle Époque es una película divertida, alegre, jovial, con la que seguro pasarán un rato ameno y entretenido, evadiéndose de la situación actual en este país y recreándose en lo felices que seríamos algunos vivendo en esa bella época (aunque lo que vino poco después fuesen décadas terribles)...

No he escrito ninguna crítica hasta el momento en FA y sinceramente no creo que vuelva a hacerlo, me lo paso bien leyendo las de los demás y no tengo la suficiente calidad ni conocimiento de los aspectos técnicos del cine (aunque me encanta) como para hacer una buena reseña. De la misma forma, quiero destacar antes que nada que, más que una crítica a la película (comedia muy fresca y divertida, aunque sin demasiado trasfondo y quizás un pelín machista), esta es una valoración a una actriz.

Porque llevo un rato leyendo varias críticas y me ha sorprendido no ver absolutamente nada sobre uno de los pilares que sustentan la película, si no el mayor de ellos. Todos, les guste o no la película, hablan de lo bien que lo hace el gran Fernando Fernán Gómez, uno de los mejores actores españoles de la Historia sin duda, pero que precisamente en esta película no es que haga el papel de su vida. El tío lo borda (en un papel muy cómodo para él, por otra parte); como siempre, Goya merecidísimo, pero hay otra actriz que simplemente lleva el 80% de la carga humorística de la comedia: Chus Lampreave. Está claro que no es (ni pretende ser) una comedia de carcajadas, pero creo que esto es algo imprescindible en un film catalogado de humorístico, si no es muy probable que quede en una película 'simpática' y poco más, no en la ganadora de un Oscar. Y la encargada de hacer reír a carcajadas, una de las cosas más difíciles en el cine, es la magnífica Chus Lampreave, madre del siempre fantástico Gabino Diego en esta trama. De hecho, salvo las intermitentes escenas de Michel Galabru, los momentos tan 'woodyallienses' de Chus son los únicos que consiguen sacarme más que una sonrisa.

Chus Lampreave es una actriz que, con ese tono tan inocente aunque a veces perverso (como es el caso de esta película), hace algo que muy pocos consiguen, que el espectador experimente ternura y risas al mismo tiempo. Es la gran tapada de las comedias españolas ('Belle Époque', 'Amanece, que no es poco', 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', etc.), pero las escenas en que aparece siempre son un soplo de aire fresco, y me habría parecido totalmente injusto que no se hubiera llevado el Goya por esta película. Ya sé que mi crítica no va a ser bien valorada, probablemente esté en la última página, pero quería hacer un pequeño homenaje a alguien que todos los críticos de FA se han dejado en el tintero al valorar esta película.

Sigo en el spoiler porque revelo algunos detalles de la trama:

La suma de los excepcionales Fernán-Gómez y Gabino Diego hace que esta película valga mucho la pena. Se trata de una historia increíble, porque para creer que el soso de Jorge Sanz se las pueda llevar a todas al huerto hay que hacer un esfuerzo considerable. Ahora bien, el contexto en el que se enmarca la película y sobre todo esos personajes secundarios que lo bordan elevan más de lo normal la película de Trueba.
Por cierto, algo tendrá que ver el director para que la suma de esos elementos dé este buen resultado.

La oscarizada película de Trueba se articula como un plácido cuento feliz, una peculiar fábula coral, que transcurre en una especie de oasis de libertad marcado por el espíritu librepensador, donde puede llegar a materializarse el sueño del amor libre, como un mundo sin reglas y sin lógica, donde todo cambia cada día. El film escrito por el gran Azcona, J. L. Sánchez y el propio Trueba, propicia la integración de los personajes al paisaje y acerca la película hacia exploraciones de corte impresionista del cine de Jean Renoir, pero tamizada por el humor y la idiosincrasia hispana que incluye dardos envenenados contra la iglesia el capital y el ejército, diatribas que llevan la marca de Rafael Azcona.

Las protagonistas del film cuatro mujeres – Maribel Verdú, Ariadna Gil, Penélope Cruz y Miriam Díaz-Aroca – Rocío, Violeta, luz y Clara, todas esplendidas, que desean a un solo hombre, Fernando (Jorge Sanz) un soldado desertor que se instala en la casa siendo el obscuro objeto de deseo. Las cuatro chicas disfrutarán de un verano hedonista en contacto permanente con la naturaleza, mientras el padre (un genial Fernando Fernán-Gómez), un viejo pintor desencantado, intentará llevar a la práctica la política de la tolerancia. El idealizado entorno de felicidad que viven los protagonistas del film se sitúa en un momento histórico esperanzador: el advenimiento de la República es cercano y todos viven con la certeza de que el mundo puede cambiar y que los pilares que hasta ahora sustentaban el viejo mundo pueden llegar a resquebrajarse.

A pesar de la alegría de vivir, la luminosidad y optimismo del film, “Belle Époque” se va transformando en una farsa, un esperpento en el que también se filtran algunos instantes tragicómicos. Al entorno del oasis de la finca del librepensador y pintor excéntrico, Manolo que representa la España tolerante y progresista, existe una realidad social integrada por fanáticos, paranoicos y esquizofrénicos. Dichos personajes se convierten en los representantes del viejo mundo, de una España retrógrada liderado por el cura chabacano (Agustin González), por el estúpido Juanito (Gabino Diego) y su autoritaria mamá (Chus Lampreave), en los seres incapaces de admitir que sus valores pueden llegar a perderse, en el fondo Trueba nos muestra una arcadia que no es más que un deseo bienintencionado y divertido.

Además de todo lo expuesto, el film tiene un aire fresco que, no deja de ser una luminosa tragicomedia libertaria que, con un fondo desencantado y melancólico celebra lo mejor de la vida, una gozosa exaltación de los sentidos, la mujer, la amistad, la ilustración, la libertad y la tolerancia. La cálida pintura de una España soñada que nunca fue, una película emblemática que contó con un gran equipo de actores, y con un infrecuente consenso crítico favorable. Podría incluso interpretarse como la "precuela" de su anterior gran trabajo, “El año de las luces”.

Conste que al mayor de los Trueba le tengo bastante respeto, sobre todo en comparación con su sobrevaloradísimo hermano menor.

Dicho lo cuál Belle Epoque no me entusiasmó mucho en su día y revisionada hace poquito, he de decir que se me sigue atragantando.

La mayoría de críticas resaltan el hecho de que se trata de una buena comedia, con un probable toque a Enrique Jardiel Poncela en su justa medida y basando la acción en la peor época del pasado siglo en España.

Pero uno personalmente no lo ve. Los líos de falda de Sanz (actor limitado donde los haya pero que en este caso está correcto) con las diferentes hermanas es una temática que no me entretiene y de hecho ante la reiterada situación que se da, con prácticamente todas las hermanas, mi interés disminuye durante la cinta y se me hace larga.

Y creo que hay actrices y personajes que muy bien (desde luego la grata ganadora es Maribel Verdú, que está estupenda) mientras que otros personajes (Cruz y Aroca) se me resienten y me dan la sensación de que sobran.

Y luego otras vías secundarias como las de Gabino Diego y demás...no sé no me convencen, no me hacen reír...no consiguen removerme.

Y encima teniendo una duración que no es gran cosa, se me hace larga.

Personalmente, no entro dentro de este juego de faldas. Para mí las situaciones en la película no le dan sentido a la película.