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Fucking Amal

Drama. Romance La película relata la historia de Agnes Ahlberg y Elin Olsson, alumnas de secundario en el "insignificante" pueblo de Åmål. Elin es extrovertida, popular y ha estado con innumerables chicos, pero encuentra su vida exasperantemente aburrida. Agnes, por el contrario, es tímida y no ha conseguido hacer amigos desde que se mudó con su familia a Åmål hace un año. (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
10 de diciembre de 2007
39 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
La opera prima de Lukas Moodysson, autor también de la celebrada "Lilja 4-ever" es una película con unas cualidades que la hacen apta para gustar a todo el mundo. La historia de dos niñas adolescentes que se enamoran contra todo pronóstico es tan tierna y bonita que te deja con la sonrisa puesta durante horas. Ahora bien, si tienes mi edad y fuiste adolescente durante los noventa -es decir, de la misma época en que se estrenó la película- disfrutarás el doble. Porque esta película habla de tí y de mí, de las fiestas a las que íbamos, las cogorzas que pillábamos, la ropa que llevábamos y la música que escuchábamos, incluso las revistas que leíamos. Y también de nuestras inseguridades, dudas existenciales, rabietas repentinas, vaivenes hormonales y enamoramientos circunstanciales del chico/a más popular de la clase, que eso ya es común a todas las adolescencias habidas y por haber. Habla de muchas y otras cosas y además lo hace bien, con una perspectiva veraz que sólo se rompe con el precioso final* (spoiler), un final que el director no es capaz de negarle a su historia y que es el directo responsable de esa sonrisa de la que hablaba al principio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Neathara
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31 de enero de 2006
39 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo importante es tener una buena historia y saber como contarla y Fucking Åmål es prueba fehaciente de ello. Quién necesita una fotografía preciosista, una épica banda sonora o unos rostros famosos si a cambio se cuenta con un guión excelente, una dirección acertada y unas actores verdaderamente naturales? Es con la honestidad y con la naturalidad que esta película atesora que una historia romántica consigue llegar y desprenderse de la cursilería y la ridiculez y encima no aburrir.

Estamos ante una película de adolescentes pero no se puede comparar esas americanadas tan exageradametne zafias y cargadas de absurdos; en esta película se nos muestra un desmenuzamiento muy lúcido de lo que es la adolescencia y se nos enseña a unos jóvenes perfectamente creíbles que no necesitan hacer el ridículo para transmitir algo. En verdad parece que estén sintiendo lo que les va sucediendo. Y además una historia de homosexualidad, pero que no explota su lado morboso, esta no es de esas películas. Prima la sinceridad y como muestra un botón: ese espléndido beso en la parte trasera del coche, uno de los besos más honestos y maravillosos visto en el cine.

Para mí se trata de una pequeña gran joya, una de las mejores películas románticas que he visto jamás. No se la pierdan.

Tanto se nota que me maravilló?
Jean Ra
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12 de marzo de 2008
29 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juventud, divino tesoro... Pero que, con frecuencia, se transforma en un pozo cuyo fondo se encuentra tan abajo que a veces nos sumimos en una oscuridad completa.
Lukas Moodysson filmó la pura esencia de la adolescencia. El dolor, la angustia que conlleva ser joven. Pero también, sus descubrimientos y la búsqueda del yo.
Cuando veo a Agnes, cuando veo a Elin, recuerdo las épocas áridas de aquellos años tan difíciles. La juventud es la eterna envidiada y venerada, pero todo el que pasa por esa etapa sabe que no es un camino de rosas y que no todo es diversión y alegría.
Recuerdo las dificultades para integrarse en algún grupo, esas largas temporadas de sequía en las que era preferible la soledad a la insatisfacción de verse obligada a salir con gente con la que no se congenia. Recuerdo la sensación de ser considerada un bicho raro porque casi todo el mundo en el colegio y en el instituto parecía tener pandilla, excepto los pocos que no encajábamos. Recuerdo la maledicencia de los malintencionados (que por suerte no eran todos, sólo la típica morralla que suele haber en todos los institutos), los cuchicheos por las espaldas, el ir y venir en solitario, cargada con los libros y la carpeta, sorteando con la cabeza bien alta las masas entre las que solían abundar gandules de toda especie. Después de todo, yo fui afortunada y a mí solían dejarme en paz, porque no entraba en el juego de nadie. Yo me mantenía en un precario equilibrio en el margen, me hacía casi invisible y supongo que no reunía el suficiente interés para quienes iban buscando un objetivo al que acribillar. Otros fueron menos afortunados que yo.
Esa franja de edad imprecisa comprendida entre los doce y los dieciocho años puede llegar a ser una de las más traumáticas de toda la vida, y dejar dolorosas huellas que no se difuminarán completamente, por muchos años que pasen.
He sentido el dolor y la depresión de Agnes como si fueran propios. El terrible vacío de ser arrojada a un pozo negro. He sentido ese dedo acusador y cruel de la sociedad hipócrita e implacable, de esa doble moral, de la maldad que se ceba sin piedad en los que son proclamados por unanimidad como desheredados, desechos indignos de formar parte de la comunidad.
Y también he experimentado, como si fueran propias, las dudas de Elin. El modo en que, debajo de su fachada ruda y casi salvaje, lucha por brotar la dulzura que esconde, sus verdaderos y hondos sentimientos. Ella, prejuzgada bastante equivocadamente por el rasero de las borreguiles masas de instituto como la típica chica fácil y promiscua, también es víctima de la ceguera y la malicia colectiva, que es incapaz de percibir y aceptar que alguien se atreva a tener personalidad y sacar los pies del plato. Cuando Elin descubre en sí misma su naciente amor hacia Agnes, se debatirá entre su propia confusión, el temor al que dirán, la comodidad de dejarlo correr, y los gritos de su corazón enamorado, que reclaman su derecho a manifestarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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28 de octubre de 2011
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy recomendable, que te deja muy buen sabor de boca. Parece mentira que se pueda hacer en estos tiempos una película tan buena sin tener que recurrir a los efectos especiales, a largos metrajes, a actores de renombre sobrevalorados en muchas ocasiones... pero esta película es así: sencilla. Es sencilla, pero intensa, clara, concisa. Una película de y para adolescentes, pero muy bien dirigida e interpretada. Puede ser una historia verídica perfectamente, puesto que nos cuenta una historia del todo normal, sin tener que recurrir a las extrañas películas de adolescentes a las que se nos empieza a (mal)acostumbrar.
En definitiva, es una película interesante y de la que muchos directores deberían aprender.
ken
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7 de abril de 2009
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
”Los únicos para mí son los enfadados, los que están locos por vivir, locos de hablar, locos para ser salvados, deseosos de todo al mismo tiempo, ellos queman, queman, queman y queman como las fabulosas velas romanas amarillas” (Jack Kerouac, el eterno adolescente)

Con la sencillez y la libertad que dan los bajos presupuestos y la cámara en mano, Lukas Moodysson nos presenta a la población púber de Amal, un pueblecillo sueco donde no hay nada más que hacer que marujear y emborracharse con media botella de pipermín los sábados por la tarde.
Su gran virtud radica en la verosimilitud de sus personajes, que retratan la adolescencia como un periodo de indecisión en el que ninguno tiene claro lo que quiere hacer y en la que hay continuos cambios de opinión. Para ellas sólo existen las verdades absolutas, que te llevan al goce total o a la muerte. El gris no es un color apreciable por sus retinas.
Esta credibilidad es algo inédito en el género “teen” y es lo que hace de "Fucking Amal" una película de culto. Intenta huir de los clichés típicos de estos films para adentrarse en las mentes de sus jóvenes y torturadas protagonistas. A pesar de que en el instituto no se hable de otra cosa que de sexo y drogas, ellas saben que hay algo detrás de todo eso y no pueden (ni quieren) esperar a averiguar que es. La impaciencia típica de la adolescencia es la que le da ritmo a la película y la que nos lleva en volandas a su desenlace.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Favio Rossini
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