Nymphomaniac. Volumen 1

Tendremos que esperar hasta el Festival de Cannes para que Lars Von Trier nos muestre al completo su montaje de "Nynphomaniac" (una película de la que ha llegado tener una versión de hasta 5 horas de duración). Hasta entonces, sin su participación pero con su autorización, se ha presentado la película en dos partes de 120 minutos cada una: Nynphomaniac vol. 1 y Nymphomaniac vo. 2.

Tendremos que conformarnos hasta entonces para poder ver la obra al completo, pero este montaje alternativo del film que he tenido la oportunidad de ver me ha impactado bastante. La película narra la vida de una ninfómana a lo largo de 20 años y como su (no quiero utilizar la palabra enfermedad, ya que ella misma reniega de este término) "situación" le ha causado numerosas desgracias.

El film comienza en un oscuro callejón, donde nuestra protagonista ha recibido una paliza brutal. Un buen samaritano la recoge y la lleva a su casa. Congenian rápidamente y ella decide contarle la historia sexual de su vida y su relación obsesiva y promiscua con los hombres.

En este punto he de avisar que la película contiene imágenes muy fuertes, con contenido sexual explícito y que no es para todo tipo de públicos. Por la pantalla pasarán un carrusel de imágenes impactantes: una eyaculación femenina, orgías, sadomasoquismo, felaciones reales, úlceras vaginales y todo tipo de penes de diferentes tamaños.

Divida su vida en capítulos, la mujer narrará los episodios más destacados a su inesperado y único espectador. Conoceremos su despertar sexual, su matrimonio, sus infidelidades con desconocidos y sus hábitos más oscuros. Seremos testigos de su forma de entender su cuerpo y su sexualidad, de los problemas que esto le conlleva y de cómo se siente aislada de un mundo que no comprende su situación.

Al ser una película tan descaradamente episódica, nos encontraremos con algunos capítulos más interesantes que otros (la historia con su padre Christian Slater es quizás de las más flojas), pero en general abundan las anécdotas interesantes y ganan en clara mayoría.

En cuanto a la estética hay dos bloques bien diferenciados: las partes en las que la protagonista cuenta su historia tienen un aire austero (cámara fija, encuadres bien definidos, mucho aire alrededor de los actores en la cama), mientras que la parte centrada en los recuerdos de la mujer han sido rodados con un aspecto casi de documental (cámara en mano, imagen temblorosa...) como si el espectador fuese un testigo más de las situaciones que nos plantean.

Esto es un gran acierto ya que da un respiro al público. Te da espacio y tiempo para coger aire entre un hecho dramático y otro. Von Trier juega con picos y valles, como una montaña rusa donde nos lleva a su antojo. Tiene el control de todo y te lo hace saber, te lleva por donde él quiere y tú debes aceptar el desafío o rechazar el juego.

Es una película que no permite medias tintas: o te encanta o la aborreces, y no dejará indiferente a nadie, eso seguro. Los que acepten el juego, saldrán recompensados. Los que sean susceptibles ante determinadas imágenes, creo que no son el público indicado para este tipo de cine.

Es una película para paladares curtidos. A mí me encantó, pero entiendo que los mismos argumentos que yo defiendo sean los que utilicen contra mí para atacarla. Es una película-contradicción, como sus dos protagonistas. La mujer es carnal, temperamental e impulsiva, su confesor es frío distante y asexual.

Ella cuenta su historia desgarradora. Él la interrumpe siempre con anécdotas y buscándole una analogía intelectual a todo lo que le dice.

Le había puesto un 8 como nota a la película, pero recordándola ahora mientras escribo estas líneas le voy a subir un punto más, porque sus imágenes perduran en mi recuerdo de manera muy nítida. Puede ser un efecto secundario del director o que aún soy fácilmente impresionable, pero la película sigue proyectándose dentro de mi cabeza, evolucionando, completándose.

Esa es la diferencia ente una película y una obra maestra. No sé si Lars Von Trier es un genio o un loco. O las dos cosas. Esto es una crítica-contradicción, como la propia película.

Lo mejor: Lars Von Trier en plena forma: provocador, incisivo, con imágenes impactantes y erigido como el gran director de las mujeres desgarradas ("Los idiotas", "Bailar en la oscuridad"...). La escena del árbol-alma.

Lo peor: Algún episodio aislado de la historia es algo flojo. Algunos personajes secundarios son repulsivos, como el interpretado por Shia Lebouf (esto no es un defecto en sí, ya que es claramente intencionado).

La versión estrenada en el mundo entero la pasada víspera del día de Navidad era una versión autorizada por él, pero realizada por los productores. De ahí que, lógicamente, las ganas por contemplar esta primera mitad del film completa fueran mayúsculas. Una vez visto no cabe otra valoración: la versión contemplada aumenta la grandeza fiera, arrojada y desasosegante de la anterior. Lars von Trier ha vuelto a engendrar un nueva obra maestra.

De sobra conocido por todos, el argumento de su último film gira en torno a la figura de una mujer ninfomaníaca. Cacareado por el propio director desde el mismo momento de su gestación, el film se presumía como una inusitada incursión del autor de ROMPIENDO LAS OLAS en el terreno del cine pornográfico. Sin embargo, el primero de los oscurísimos desconciertos sobre los que va cabalgando el avance del film es la falsedad de esta premisa. Muchas de las imágenes del film son descarnadas, frontales, exhibitorias, son abundantes los insertos de planos en los que los órganos sexuales de los personajes (masculinos y femeninos) son mostrados sin ningún tipo de tapujo, pero sería empobrecer, desvirtuar y mancillar NIYMPHOMANIAC si se la tilda de producto adscrito al porno hecho al uso.

El significado del film no es sino el de la radiografía meditada, radical, atroz y cruenta de una mujer, Joe, que lleva hasta el límite de sus consecuencias la sapiencia de su necesidad por el sexo practicado de forma continuada. nymphomaniac-3La libertad del individuo en perpetuo choque no sólo con la sociedad circundante, sino con el peso de la propia conciencia controladora, las consecuencias de ser conscientemente esclavo de las demandas suprapersonales de la organicidad subjetiva, los riesgos de someterse por entero a las pulsiones no cercenadas del deseo, el deseo como ley, como cárcel, como arma y también como libertad absoluta. Las portentosas imágenes del film no son sino la perfecta respuesta escénica al reto que plantea ser tan fiel a la protagonista como, dentro de él, ella lo es con la voracidad de su asumida, irrenunciada, fértil, todopoderosa insaciabilidad.

La segunda gran sorpresa del film la propone la estructura severamente analítica sobre la que se asienta el devenir de los hechos relatados. La película arranca con el cuerpo de Joe tendido en el suelo en estado de inconsciencia. Seligman, un hombre soltero mayor que ella la encuentra y la convence para que suba a su casa para lavarse, tomar una taza de té y descansar.

El encuentro entre ambos dentro de la poco cálida morada de él desembocará en una larga conversación. La curiosidad de Seligman por Joe irá en aumento tras confesarle que es ninfomaníaca y que necesita contarle su vida para que comprenda la causa de ciertas aseveraciones hechas por ella misma con respecto a su conducta. Entre ambos se va a ir oficiando un duelo dialéctico que se intercalará con las escenificaciones de los pasajes más importantes del pasado de Joe.

Trier impone un sesudo eje estructurador de su narración ocasionando un significativo y fructífero juego de vaivenes temporales, asentado en una curiosa y benefactora incoherencia: la que dirime el retrato de esta voluntad obsesivamente libérrima hecho desde un continuo emplazamiento al orden que propone el enfrentamiento verbal, sosegado y brillantemente argumentado de los dos interlocutores. La invocación al clásico eje vertebrador impuesto por el modelo de “Las Mil y Una Noches” (esto es, una conversación propiciatoria de relatos contados por un elemento narrador a uno que actúa de oyente), mutada aquí en relato episódicamente biográfico, le sirve al realizador para desmenuzar la singularidad del personaje y, al mismo tiempo, para someterlo a la racionalidad, a la explicación, al análisis.

Este Volúmen 1 cuenta con cinco episodios y se centra en la adolescencia y en la juventud de Joe. Trier echa mano de sus mejores virtudes como narrador y consigue dotar a la compleja maraña de intencionalidades relatadas de una agilidad pocas veces atisbada en su obra. NYMPHOMANIAC Vol. 1 es un prodigio escénico de primer orden, por cuanto el autor logra estar a la altura de su osada y difícil intencionalidad de partida. La feroz carnalidad y la firme prontitud de sus planos se adhieren lúbrica y punzantemente al conflicto planteado, logrando que jamás emerja el menor atisbo enjuiciatorio del comportamiento de la protagonista. Las imágenes del film, en todo caso, sirven de plataforma explicatoria de éste, de ahí que sean tan voraces, afiladas, perturbadoras y honestamente sinceras.

Una tras otra se van sucediendo una serie de escenas memorables (la irrupción del personaje de una antológica Uma Thurman, la utilización de los objetos del piso de Seligman como elemento a inscribir en el relato de Joe, los insertos visuales de ciertos objetos –cebos, fotos de penes, ranas, el dios crucificado, Joe fantaseando en la mesa de un profesor-, el reclamo a la esposa por parte del padre en el hospital, las explicaciones sobre los árboles de éste, el primer encontronazo con Jerome, el juego de las dos adolescentes en el tren, la forma de ganar la apuesta, la escenificación de la polifonía, el momento elegido para cerrar esta primera parte, etc). La versión definitiva del autor perfecciona la comprensión de cada uno de los episodios.

Resulta difícil destacar una sola de ellas. Sin embargo, cabe decir que Lars von Trier se saca de la manga (o de donde sea) un plano de esos que acompañan toda la vida a un espectador: es ese que permite ver una gotita de deseo lagrimado fugándose hacia abajo por el muslo de la pantorrilla de Joe. El autor de BAILANDO EN LA OSCURIDAD se inventa cinematográficamente la emoción vaginal de una mujer de tan indómito proceder como su talento a la hora de situarse tras la cámara. El problema de Lars von Trier es que su cine es puro deseo cinematográfico. Cine hecho a pelo seco por un creador capaz de hacer lo que le salga a la punta de su hipnótica crueldad.

Esta película es otra víctima del marketing publicitario y se está vendiendo como una película pornográfica, provocativa y aparentemente insustancial. Convencional no es, pero Lars ha conseguido crear una historia donde las escenas de contenido sexual tengan razón de ser, llena de matices con metáforas y simbolismos que abarcan la cultura como la música, literatura, incluso la pesca. Es el Lars Von Trier radical que conocemos, pero con coherencia y sutileza, me parece su obra más redonda y rica desde Dogville.
Peliculón, ansioso estoy de ver el Volumen II.

El sexo es un tema eterno para cualquiera que guste de reflexionar un poco sobre la vida, y existen por tanto infinitas maneras de abordarlo.
Lars von Trier nos propone una, tan particular como cualquier otra, desde el enfoque distorsionado de la depresión, aderezada con algunos adornos intelectuales para hacer más digerible el discurso.

El resultado es un película muy poco erótica, un tanto humorística (lo cual tiene su mérito), en modo alguno provocadora pero tampoco aburrida. Se trata del retrato psicológico de una chica con serios problemas psiquiátricos, entre ellos la llamada anhedonia o incapacidad de sentir placer (esto no sale en la película, pero ya os lo digo yo).

El fenómeno de la ninfomanía o actividad sexual compulsiva e indiscriminada, en este caso femenino, es bastante más frecuente de lo que parece, y muchas mujeres en algún momento de su vida han pasado por fases de ese estilo. Al igual que en el caso masculino de los Casanovas, tiene su origen en una autoestima baja, un pobre perfil emocional y un proceso de maduración incorrecto por diversos motivos. Todo ello sumado al natural deseo de experimentar y calibrar el potencial seductor de uno mismo.

Todos estos aspectos los presenta el director a través de los diferentes capítulos. El formato, basado en comparaciones y referencias a la música o la pesca, es un intento loable de cierto interés, aunque tampoco resulta memorable.

En cualquier caso, siempre es de agradecer cualquier película que se aparte del esquema “chico-chica se gustan se pelean se lian con el amigo/a y acaban siendo felices y comiendo perdices”, o bien del otro esquema aún más deleznable “criminal sádico y super astuto trae de cabeza a policía que descubre oscurísimas tramas de corrupción en todas las instancias de poder planetario”.

Yo suelo clasificar las películas en función de tres parámetros: si me han dejado o no imágenes grabadas en la retina, si después de verla continúo o no pensando en ella y si durante el visionado miro o no el reloj para saber si queda mucho por aguantar.

En este caso no miré el reloj, tampoco me ha quedado ninguna imagen grabada, y después de verla sigo pensando en ella (pero tampoco demasiado). En resumen, interesante sin ser obra maestra, sigo en spoiler.

Nunca he visto una peli de Von Trier, así que no puedo juzgar si es mejor o peor o diferente a anteriores trabajos. Lo que sí, he visto una peli bastante interesante.

Primero, es la primera peli que veo que muestra tan explícitamente el acto sexual, los penes y felaciones y demás. Creo que eso es un gran avance. Hay muchas escenas que son torpemente censuradas porque se ve un pene. Sin embargo, en esta peli (parte) es lo contrario. Quizás a veces se pasa, pero está bien que diga "oye, en la vida real los dos están desnudos, no hace falta que se pongan una mantita". Es decir, ¿porqué no mostrar un pene, sólo por ser un pene?

Por otro lado, me parece interesante el enfoque. La mujer, el sexo, los hombres, las relaciones... la mujer es la voz del mal, la que dice que es un demonio. La del hombre, es el que perdona. Creo que Von Trier lo hace para darle al espectador las dos versiones y que él eliga. Sería tonto decir "todo es malo" o "todo es bueno". Hay situaciones donde veo que la ninfómana hace bien y veces que creo que actúa mal. Ej, estoy con la ninfómana en que una mujer no puede usar su cuerpo en su provecho por encima de los sentimientos de los demas (si tienes alas puedes volar mi culo), pero estoy con el hombre en que momentos de gran tensión, está bien que la gente se descargue con el sexo.

Por lo demás, el montaje me pareció bastante curioso (parece que Von Trier tiene una gran colección de vídeos caseros) y sus reflexiones, a veces eran interesantes, a veces forzadas. El hombre interrumpiendo cada poco por hablar de pesca a veces se hace pesado.

Pero por lo demás, me parece una peli que ver, sobretodo para seguir explorando este mundo sin tapujos.