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No se aceptan devoluciones

Comedia. Drama Valentín, un tipo mujeriego, soltero y egoísta, de repente, tiene que hacerse cargo de una hija a la que no conocía, fruto de una aventura ocasional. Decidido a devolverle la niña a su madre, emprende un viaje con ella a Los Ángeles, pero la convivencia con la niña acaba transformándolo en lo más íntimo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
15 de abril de 2014
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Hay películas que resultan ser una verdadera sorpresa, no tanto en el resultado final (refiriéndome a la calidad de la cinta), sino al éxito que consiguen durante sus proyecciones en cine. Seguro que el más sorprendido acá es Eugenio Derbez no solo protagonista, escritor sino también director de “No se Aceptan Devoluciones” (Hombre de Piedra), quien ha conseguido la gallina de los huevos de oro con esta comedia dramática, colocándola en la película mexicana más taquillera a nivel mundial ¡Y vaya que recaudaciones! Tratándose de una película que no es de factura Yankee. Seguro que esa cifra seguirá creciendo, porque con el éxito rotundo que ha tenido y el encanto que ha producido en el público serán muchos los que se verán atraídos (tal vez solo por curiosidad) a verla.

-“Hay golpes en la vida más fuertes que ser lanzado de La Quebrada a los seis años”- En No se Aceptan Devoluciones, Derbez nos narra la historia de un hombre cuyo gran temor es el compromiso, pero un día se lleva la sorpresa de que ha procreado una hija llamada Maggie con una de sus tantas aventuras y tiene que hacerse cargo de la pequeña, no muy seguro de la idea emprende un viaje a los Estados Unidos para devolverla con su madre y seguir con su vida egoísta y libertina, pero la cosa cambia con el tiempo. Este es el argumento base de la película ¿Qué esta trillado? Sí, no se niega ¿arriesgado? Para nada ¿Cursi? mucho. Faltarían los dedos de las manos para contar cuantas comedias familiares basadas en la relación padre-hija (o) han llegado a la gran pantalla, el mismo Adam Sandler lo mostro en “Un papá genial” y hasta Dwayne Johnson (The Rock ) en “Papá por sorpresa”. Ahora es Derbez quien se suma a la lista. Y aunque la historia no sea del todo original, hay que decir que la película consigue su propósito, entretener y simpatizar al público.

Las primeras escenas no son del todo acertadas, uno cree que esta ante una comedia facilona. Para nuestra fortuna la cosa mejora apenas sale esa hermosa bebe en pantalla y apenas Derbez consigue quitarse ese horrible peinado con mechas. Siendo lo mejor de la película la bonita relación que entabla Valentín con su pequeña hija, con toques de locura, aventura e inocencia. Merito a la actuación de Loreto Peralta (lo mejor del reparto) logra lucir encantadora sin caer en la sobreactuación, buena química que pega con Derbez, que aunque no muestre nada nuevo en su registro logra más expresiones en 115 minutos que Adam Sandler en cualquiera de sus últimas películas.

Hay ciertas sorpresas en el relato que hacen la película ser de cierta manera interesante y a momentos exquisita, a mencionar el tema de los miedos del protagonista y esos lobos que aparecen cada vez que tiene que enfrentarse a ellos. La presencia de un padre que su prioridad es su pequeña y hace lo imposible por hacerla feliz, aunque convierta su vida en una fantasía imaginaria, de allí que resalten escenas como las cartas y tengamos esos cortos de muñecos de plastilina que dan un toque infantil y pintoresco a la película, la intervención de Maggie en su salón de clase, ciertas partes del juicio, ni hablar de la escena en el restaurant donde conocemos la pareja de Julie. Hay momentos tiernos y sinceros que llegan al espectador y logran robar carcajadas.

Pero (y sobran los peros), que nadie se engañe nos encontramos ante una película cotufera con único pretexto comercial, no hay gran cine y creo que tampoco pretende serlo. Es tan tierna como imperfecta. Y acá quiero detenerme, a comentar los desperfectos que le bajan el nivel.

1. La duración, 115 minutos se hace mucho para una película de este género, un corte en su metraje y la eliminación de ciertas escenas no hubiera caído mal.
2. Como cuenta con chistes y momentos inteligentes, también hay que reconocer que en otros apela por la risa facilona y circunstancias más que cómicas, tontas. De allí que tengamos personajes que parecen estereotipos sacados de un programa de humor de la televisión latina, como la vecina caliente de Valentín o el personaje de la playa (Lupe) que encarna el actor Agustín Bernal.
3. Y el gran error que no intenta ser sentimental, sino que apela a lo lacrimógeno y de manera descarada y tramposa. Y es que en esa parte final se nos termina de descubrir lo que se ha venido anunciando en cierta parte del metraje. La verdad es que no termina de convencer, después de habernos llevado plácidamente durante casi toda la película, por terrenos sin nervio ni tensión. Entiendo que existan “comedias dramáticas” y que esta pretenda serlo, pero acá no hay un drama inteligente, sino una manera fácil de hacernos llorar (la música, el escenario, el discurso reflexivo…) y lo consigue. Puede que si no le echas mucha cabeza no moleste y hasta explique el porqué de la personalidad de nuestro dúo central. Y va que uno no tiene el corazón de piedra, si te pones a pensar lo que allí se plantea terminas con el nudo en la garganta.

Hombre de Piedra termina siendo una amalgama de muchas emociones, intenta abarcar muchas cosas afectando su identidad, a veces te enamoras de ella, otras pareciera que uno está viendo un sketch televisivo, otras un drama de lo más dulzón. Ojala fuera sido contenida, y una historia más sencilla. Pero como lo dije tiene la capacidad de conectar con el público y ser una chuchería que ni molesta ni cae mal al contrario logra entusiasmar y sacar una que otra carcajada, no es cine en madurez pero tampoco lo peor que podamos ver, como todo dulce entretenido, puede que la disfruten.

@roymer1993
Roy88
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2 de mayo de 2014
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A la pregunta de cuál es la película de habla hispana más taquillera de todos los tiempos en Estados Unidos, muy pocos sabrán que se trata de una modesta comedia mexicana titulada “No se aceptan devoluciones”. De hecho, hasta hace muy poco tiempo dicho honor recaía en la cinta española dirigida por el también mexicano Guillermo del Toro “El laberinto del fauno”, que rozó los cuarenta millones de dólares de recaudación en el mercado norteamericano. Sin embargo, el año pasado este título escrito, dirigido y protagonizado por Eugenio Derbez superó, para sorpresa general, la cifra de cuarenta y cuatro millones. Derbez, realizador curtido hasta ese momento en el medio televisivo y cuya experiencia en la gran pantalla se reducía a papeles secundarios en filmes prescindibles, ha logrado un éxito sin precedentes que, a buen seguro, ha debido sorprenderle incluso a él, habida cuenta que el público anglosajón no es muy proclive a aventurarse en otras cinematografías ajenas a la suya propia.
Nos cuenta la historia de Valentín, un soltero mujeriego y egoísta que un buen día recibe la visita de una mujer con la que mantuvo una relación ocasional y que le entrega una hija en común cuya existencia desconocía por completo. Sobrepasado por la situación, decide inicialmente devolver la niña a su madre pero la inesperada convivencia con la menor le hace cambiar de idea. Algunos años después, la progenitora reaparece para reclamar a la pequeña por vía judicial. Este curioso cruce entre “Tres solteros y un biberón” y “Kramer contra Kramer” cuenta con muchos defectos pero, también, con una gran virtud. Los personajes resultan planos y casi caricaturizados; la narración, poco original; las secuencias, previsibles; el tono melodramático, cursi; y el cómico, simplón. Pero aun así, posee algo que engancha. A ratos conmueve y, por momentos, provoca la risa.
Existen razones objetivas para resaltar varios puntos mediocres pero trasciende a ellas un aspecto subjetivo que, si logra conectar con el espectador, le conduce a la senda de la emoción y de la diversión. No es infrecuente que determinadas obras con carencias tan evidentes generen de modo inexplicable en las personas un estrecho vínculo emocional que conlleve el perdón de tales defectos. Por lo que a mí respecta, he de reconocer que, consciente de que me estaba gustando lo que veía, simultáneamente no daba crédito a semejante circunstancia.
Los primeros minutos de “No se aceptan devoluciones” son los peores, ya que el humor más manido y exagerado lo inunda todo y Derbez se reivindica como émulo de Roberto Benigni. El exceso, el histrionismo, y el abuso de la emotividad como elementos cómicos confluyen negativamente. Pero, a medida que el bebé va creciendo y se convierte en un personaje activo del relato, la gracia aumenta y el drama se consolida. Y, pese a mezclar sin ton ni son una serie de ingredientes de lo más diverso, el guiso acaba resultando incomprensiblemente sabroso. Es todo un misterio.
Junto al propio Eugenio Derbez, completan el elenco la actriz Jessica Lindsey, recientemente vista en “Ahora me ves” y la debutante Loreto Peralta que, a sus nueve años, firma una actuación muy interesante y logra mantener viva la chispa de la acción. En 2015 estrenará su segundo trabajo, “Un caballo llamado Elefante”, y a buen seguro empezará a brillar con asiduidad en las carteleras internacionales.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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13 de septiembre de 2014
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Cuando vi el titulo a lo primero no me atrajo mucho su cartel pensaba que seria la típica película, pero señores y señoras no es lo que aparenta me recuerda a la película de abierto hasta el amanecer, por poner ese ejemplo, pues esta película es igual no todo es lo que parece.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Guardian
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7 de octubre de 2014
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Debo ser sincero, cuando decidí ver está película hice varias asociaciones; la primera, que por ser latina su producción iba ser muy pobre; lo segundo, es que al ser de humor, me iba a encontrar con chistes y secuencias de un bajo perfil y tercero; que la trama tendría poca profundidad.
Como se puede apreciar puros prejuicios; sin embargo, mi sorpresa fue mayor; no por lo técnico, donde su producción es algo descuidada; sino por el argumento, el desarrollo de la trama y por las actuaciones.
Realmente uno encuentra en esta película la esencia y la magia del cine, aquello por lo cual se justifica sentarse una, dos y hasta tres horas frente a una pantalla y es la posibilidad de trasportarse, de tomar el papel del actor, de sentir en todo el cuerpo un cúmulo de emociones, de al salir de la sala de proyección pensar en un mundo diferente.
Y todo esto lo logra esta película, que sin muchas ambiciones, logra que uno como espectador la goce, la disfrute y la llore.
Puede ser que el tema con el cual arranca la película y que es el abandono que la madre hace de su hija de pocos meses de vida, entregándola a su padre, un hombre aventurero y con poca responsabilidad en la vida, le haga a uno suponer que esta a la puerta de un culebrón.
Sin embargo, es todo lo contrario, el director logra que el espectador poco a poco se involucre con la trama y que a medida que se van dando las escenas uno se asuma una posición con respecto a los protagonistas.
El final es inesperado; aunque la verdad, durante toda la película se dan pistas de lo que puede ocurrir.
Las actuaciones de Eugenio Derbez y de la niña Loreto Peralta son realmente buenas, el primero, quien a medida que va trascurriendo la película se va adueñando de la pantalla y la segunda, quien actúa con mucha naturalidad logrando generar en el espectador múltiples emociones.
Le quita puntos a la película, el descuido técnico de muchas escenas; sin embargo, la trama y las actuaciones le hacen a uno olvidar esa gran debilidad.
Es posible que por ser padre, tener una hija con una edad cercana a la de la protagonista, reconocer en las escenas, muchas de las cosas que uno hace como padre, genere en mi un sesgo frente a esta cinta.
No obstante, debo decir que las diversas sensaciones que logré experimentar y lo que ello me generó al salir de la sala de cine me hacen decir con toda claridad que el cine es magia.
Jeferar
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12 de diciembre de 2014
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La película latina mas taquillera en EEUU, no pasa de ser un bodrio de cuidado. Chistes fáciles, demasiado larga, predecible y muy mala.

Uno de los mayores éxitos del cine mexicano en su historia.

Televisa Cine usa el humor simplón y sentimentalismo tramposo con unas gotas de cine USA.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Shevchenko
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