Los idus de marzo

Interesante cinta que nos narra los avatares de un joven miembro de la campaña política de un gobernador en la carrera por la presidencia, que prepara las primarias para Iowa. En la cinta nos muestran los tejemanejes que tiene una campaña, como afecta a sus personajes, y las armas que se gastan para conseguir sus propósitos, así como que un pequeño error de principiante puede acabar con tu carrera, por no hablar de la competencia feroz que hay entre partidos.

Gosling encarna a la perfección al joven protagonista de la cinta, un personaje que a pesar de sus buenas intenciones y talento, tendrá que enfangarse hasta los codos para poder seguir vivo en esa jungla. Clooney es el gobernador sin escrúpulos de la cinta, Giamatti es uno de los miembros del partido rival, y Seymour Hoffman es el segundo de Clooney en la cinta. Por supuesto, los tres fantásticos. También aparece Marisa Tomei en el papel de una periodista metomentodo, y la bellísima Evan Rachel Wood encarnando a una interna con mucha importancia en la trama.

Clooney ha sabido diseccionar bien a los personajes, ya que ha conseguido hacer una cinta entretenida, que aún no siendo nada del otro mundo, ya que bebe de muchos thrillers (en el fondo es lo que es la cinta), es muy recomendable hasta para los que no estén muy interesados en política, como es mi caso. No creo que logre ningún premio, pero cumple con lo que se le pide de sobras.

Lo mejor: Todos los actores, y en especial Ryan Gosling.
Lo peor: Sus primeros 20 minutos te puede echar para atrás con tanta jerga política.

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¿De verdad Bruto mató a César? Quién lo diría, viendo esta insipidez de película.

Una vez más, y ya van tropecientas, se nos presenta una historia cortada por el mismo patrón estándar, cuya fuerza argumental se apoya en una idea cogidita por los pelos, con más flecos sueltos que un mantón de manila. Me refiero a todo lo que tiene que ver con la becaria. Y cuando digo todo, quiero decir todo. El propio personaje, a mi entender, sobra, y dar tanta importancia a un personaje que sobra no queda bien.
Como resultado, tenemos una historia muy descafeinada. Cabía esperar mucho más de George Clooney; un tío que en la vida real defiende sus ideas aún a riesgo de pasar la noche en el cuartelillo, pero aquí se muestra tan políticamente correcto. Aunque no se le pueden negar una serie de méritos, como el de haber permitido que en su peli se luzcan los demás y haber conseguido con ello alguna secuencia de lo más potente.

Tampoco se le pueden poner muchas pegas a la peli, que está bien hecha y sabe mantener el ritmo, además de contar con un buen reparto, encabezado por el también descafeinado carapiquitopan Gosling, que ya sé que está cachitas y de moda, pero le encuentro de un insulso que atonta.

Se le pudo sacar más provecho en el guión y la dirección quizás, ya que lo demás está muy bien, la puesta en escena, la banda sonora y las actuaciones están a un gran nivel, más que George Clooney aquí destacan Paul Giamatti, Philip Seymour Hoffman y Ryan Gosling, éste último para mi el mejor actor del momento (de los nacidos en los 80).
Las interpretaciones de estos tres actores son el fuerte de la película. Atentos al discurso de lealtad de Seymour Hoffman.

Los idus de Marzo (2011) es al mundo de la política lo que Network (Un mundo implacable) (1976) es a los medios de comunicación, ambas nos describen lo sucio que son estos mundos, lo bajo que llegan a caer, aca no existen los amigos, estás por tu cuenta y la fama puede durar muy poco, todo por el poder. Pero tras las cámaras Clooney no es Sidney Lumet, así que no le resultó una casi obra maestra como lo es Network, pero sí le resultó una buena película, elegante y honesta, pero no más que eso.

Nota: 7/10

Si ya viste esta película es posible que te hayas quedado con dos ideas dando vueltas:
[1] ¿Por qué se llama “Los idus de Marzo”?. Bueno, fue en los idus de marzo del año 44 A.C., cuando Julio César fue traicionado y asesinado. Clooney reinterpreta esta cita histórica agregando un toque intelectual a una película que de eso no tiene mucho. Y [2], si después de verla lo que sobresale es la primer pregunta, la película no supera un buena.

La película expone el trillado tema sobre la moral de los políticos, ¿es posible ser moral y ser político?, supongo yo que tan posible como ser periodista, o contador, o tickeador de boletos en el Roca. ¿Todo político hoy en día es Julio Cesar, o es Marco Junio Bruto?.

La película está bien actuada y dirigida, George Clooney y elenco (gran elenco), aprobaron. Mención especial para el protagonista, Ryan Gosling, que en el mismo año también hizo “Drive” [***] y “Crazy, Stupid, Love” [****], tres papeles muy diferentes y bien interpretados. Al guión le falta un golpe de horno, pero se sacó un “buena” [****]

Hay pocas cosas que pueden cambiar el rumbo preestrablecido de una película cuyo género se utiliza en demasía. Una sobredosis de thrillers políticos con mensaje panfletario han surcado los cines del mundo en los últimos años. Claro está que la fábrica de chorizos está instalada en EEUU, donde el público exije, más que pedir, más de lo mismo.

Los Idus de marzo apuntaba hacia la misma bolsa teniendo en su staff (y además coprotagonista) al moderado y reciclado George Clooney, haciendo por enésima vez el mismo papel.

Pero sucedió que un Ryan Gosling tomó el mando y arriesgó un poco más que lo que la película ameritaba, bien secundado por Paul Giamatti, Evan Rachel Wood y Philip Seymour Hoffman. Entonces, lo que pintaba para un correcto y reiterado film, se transformó en una propuesta al menos interesante y entretenida.

Quizá también ayudó a la causa que a partir de la primera hora de película el guión se vuelva más desafiante y menos correcto. Entonces la cosa se puso mejor, redondeando algo un poco más decente. Clooney tras las cámaras salió airoso porque supo cambiar y porque aprendió que es preferible una camisa arrugada a una cabeza mediocre en ideas.

Nos cuenta la historia de la mano derecha de un candidato en la elecciones, joven, talentoso, ambicioso, que se dará pronto cuenta que la política no es un juego para niños.

Grata sorpresa con un producto que pintaba para mediocre pero que supo pegar el volantazo a tiempo, claro, en manos de un talentosísimo Gosling.