Crash

*Normalización de las imágenes

Crash es una película que en el año de su estreno generó bastante controversia, no hay más que ver la premisa de la película, un hombre sufre un accidente y comienza a sentir atracción por la adrenalina que esto despierta, se junta con un grupo de incomprendidos que llegan a cumplir sus elucubraciones. Puede parecer algo difícil de entender en su concepción inicial, pero David Cronenberg consigue enmarcarlo dentro de un universo lleno de sensualidad y esquizofrenia, del que es difícil apartar la mirada.

La cinta ha sido restaurada en 4K, algo que suele hacerse en la mayoría de festivales, un ejemplo de ello es la sección clásicos de Cannes del Festival de Cine de Cannes. Gracias a esto, podremos ver a David Cronenberg divagar sobre la adicción a la adrenalina, la sensualidad de la muerte o el impacto de las imágenes. Girando todo ello entorno a la incapacidad de la superación de ciertos traumas, que ocultamos con placeres, para que no nos hagan más daño de lo normal.

Crash es una muestra más de cómo ha cambiado la sociedad en 25 años, la percepción de las imágenes ha cambiado con el paso del tiempo. La sociedad actual lleva años viendo imágenes de muertes, asesinatos y actos sexuales, algo que ha pasado factura a la cultura, normalizando la concepción de las mismas. Lo que en 1996 causó revuelo por según algunos críticos ser ‘’pornográfica’’, en la actualidad pasa por delante de nuestros ojos como una representación sensual de las adicciones y los excesos de un grupo de personas traumatizadas. Posteriormente, la película ‘Nightcrawler’ (Dan Gilroy, 2014) reflexionaría de un modo más contemporáneo sobre este tema.

*Sensualidad metálica

¿Quién se iba a sentir atraído por un coche o una avioneta? El frío metal acariciado por los dedos de Holly Hunter. Todas las imágenes son muy poderosas y hacen de Crash un film con su propio imaginario, pero desgraciadamente, la película solo se queda ahí. La trama muestra magistralmente cómo las mentes pueden cambiar tras un impacto, pero hay cierta autofagia al visionar el mismo tipo de imágenes una y otra vez. La pasión que siente David Cronenberg por las imágenes que ha creado, no le deja ver más allá y pierde el sentido del ritmo y del contenido.

La película se sostiene gracias, en parte, a las actuaciones de James Spader, Holly Hunter, Elias Koteas, Deborah Kara Unger y Rosanna Arquette, que desprenden sensualidad ‘’por los poros’’. Gracias a sus actuaciones, los personajes cogen volumen y comprobamos que encierran gran complejidad psicológica justificando sus acciones. El más destacado es Elias Koteas al representar a un excéntrico amante de los accidentes y como dice ‘’la explosión sexual que encierran’’.

En Crash también destaca la perfecta dirección de David Cronenberg, que es capaz de mostrar variedad de tiros de cámara, tanto dentro como fuera del coche. Con esta planificación consigue desarrollar una relación entre los personajes, el coche y la carretera, como si fueran un tándem inseparable lleno de electricidad y tensión, unos amantes que se hacen daño en el camino del amor, hasta llegar al clímax, que es la muerte.

*Conclusión

Crash significa para las salas de cine una vuelta de los clásicos, en un momento en el que las productoras no se atreven a estrenar y las restricciones en España se están volviendo cada vez más severas, con cines cerrados y público temeroso de contagiarse. Quizá esta película venga bien para animar a los espectadores apasionados de la alta definición a ir al cine. Siendo una película controvertida en su estreno, en 2021 no dejará a nadie indiferente, pero tampoco generará el asombro de aquella época, dada la evolución del espectador cinematográfico.

El universo que crea David Cronenberg en Crash no llega a ser lo suficiente para mantener una película que se ama a sí misma, con buenos actores, pero un guion algo contenido. Los temas que plantean son interesantes e innovadores y son suficientes, como para que sea una buena elección a la hora de ir al cine. Restreno en cines el 29 de enero.

Escrito por Santiago Varela Antúnez

Vamos a ver, igual yo no soy un tío muy profundo, igual no entiendo de cine, igual me gusta más el cine facilito, o igual no entiendo al señor Cronenberg.
Lo único que he entendido de esta película, es que si Mister Cronenberg tenía intención de poner palote al espectador lo consigue, vaya que si lo consigue. Me imagino lo mal que lo tuvieron que pasar en el cine todas esas personas que iban a ciegas sin saber de qué iba este film, intentando disimular arrugas en el pantalón.
Ojo, que la primera media hora es interesante, te preguntas donde desembocará esta cosa rara que estás viendo, el problema es que no desemboca, es como subirte a una barca en un rio, pasar al principio por unos rápidos divertidos, y después estar todo el camino viendo el mismo paisaje una y otra vez, sin un solo cambio. Al acercarme a la hora de metraje estaba deseando que acabara de una vez porque lo que veia era cada vez más ridículo y sin sentido.
Por cierto el rollito de Elías Koteas y toda su banda...... madre mía.

Y no lo digo porque contenga explícitas escenas de sexo, que eso ya está a la orden del día. La película "Crash" de David Cronenberg es muy peligrosa para según que espectadores, porque barre de un plumazo todas las normas de tráfico que deben respetarse para evitar tragedias (por ejemplo, James Spader quitándose el cinturón de seguridad mientras conduce por una autopista). Así que no es recomendable que la vean personas a las que les encante el riesgo y la velocidad, aunque éste sea el hilo conductor del argumento (al parecer, basado en una experiencia autobiografica del autor de la novela, James Ballard).
Eso sin contar con que la premisa de la que parte la película es increíble, ya que es inexplicable que una mujer que ha perdido a su marido en un accidente se sienta irresistiblemente atraída sexualmente por el tipo que ha provocado tal percance. Por mucho que Cronenberg se excuse tratando de indagar en los bajos fondos humanos y la morbosidad, que la idea pueda parecer incluso interesante al principio, y por mucho erotismo que ofrezca el director (especialmente sensual Deborah Kara Unger), "Crash" es una película que, como dicen, o te gusta o no le encuentras sentido. Yo, personalmente, la aguanté 40 minutos para ver si mejoraba; pero al final, nada.

Posiblemente David Cronenberg es uno de los cineastas más interesantes de la actualidad. He de reconocer que siento debilidad por "Una historia de violencia", y también por "Promesas del Este", aunque más por la primera; tal vez ahora mismo esté inmerso en una etapa más de encargo o comercial, sin embargo sus películas siguen teniendo el indiscutible sello cronenberg, un cine que se hace con las tripas y que resulta tan sugerente como enigmático. Pero una se acerca a "Crash", la película que el canadiense rodó en 1996, y no sabe si es una tomadura de pelo o una obra perturbadora e hipnótica.

El leiv-motiv: "Un grupo de personas se excita sexualmente al sufrir accidentes de coche...". No, no es un chiste. De eso va la película. Una pareja de lo más abierta sexualmente hablando, James (James Spader) y Katherine (la muy inexpresiva Deborah Kara Unger) se ven literalmente atrapados por el influjo de este grupo que no duda en imitar accidentes de coche famosos con el único fin de excitarse sexualmente y consumar el acto con la persona que tienen justo al lado.

La premisa es original y Cronenberg se vuelca y revuelca en contar esa obsesión llevada hasta los límites y hasta sus últimas consecuencias. Escenas de sexo se suceden unas a otras durante el metraje, a la vez que asistimos a un escenario sumamente monótono: la vista de una carretera larga en la que vehículos blancos circulan en línea recta o el gris y funcional aparcamiento del aeropuerto... todo muy rutinario y monótono. Y esos encontronazos sexuales, tras los brutales accidentes de coche, son como salidas desesperadas (y a la vez excitantes) a esa monotonía gris y sin mucho sentido que envuelve la existencia humana.

Si se piensa un poco, es tremenda la visión que ofrece Cronenberg. Perturbadora.

Partiendo de una premisa de lo más inquietante, la película en sí me decepcionó totalmente. De todas maneras la recomiendo... es retorcida, asquerosa, morbosa, erótica, con no demasiados diálogos. Todo se explica mejor haciéndolo que poniéndolo en palabras debido a que los personajes tampoco (quiero creer) entienden del todo el por qué sienten lo que sienten. Sólo son conscientes de que lo quieren y entonces van hacia ello.

En definitiva, el punto central es gozar del sexo de forma atípica. Es como una variante entre el sado masoquismo y la mecafilia. Y se supone además, que viniendo de David Cronenberg tiene un trasfondo filosófico y de crítica social muy arraigado y muy acorde a la generación X. Me hubiese gustado más de haberse contado de otra manera porque aunque tiene garbo llega a hacerse repetitiva y aunque el metraje es corto puede hacerse largo sino conectas con lo que estás viendo.

Una pena que Holly Hunter desaparezca durante un buen rato ya que es la mejor actriz de todos los involucrados. Un reparto que cuenta además con James Spader, Elias Koteas, Rosanna Arquette y Deborah Kara Unger. Hoy en día si trabajan están todos en televisión prácticamente. Cada uno interpreta bien lo que les toca. Imagino que no debe ser sencillo rodar una cinta como "Crash". Realmente hay que tener cara para presentar esto en un festival. Por lo visto cosechó mucho éxito de crítica. Hasta al más recalcitrante de todos: Carlos Boyero, le gustó...

Es interesante, mínimo eso. No puedo decir que me gustó y que me parece una obra maestra porque no me lo parece en absoluto. Buena banda sonora.