El guateque

Un desengaño.
La película viene avalada por fama de divertida y a mi me ha aburrido soberanamente.

Un humor infantil y ramplón.

NI el guión, ni los actores me parecen dignos de resaltar, tampoco la fotografía, ni la música...ni el montaje es digno de aplausos.

Le doy mala nota.

Película de culto difícil de clasificar del genial director Blake Edwards. Una de las mejores comedias de mi vida, hace unos 25 años la vi por primera vez en VHS, no se cuantas veces la habré visto, unas cinco.
El humor visual propio del cine mudo que practica Peter Sellers es esta cinta es genial. Un desarrollo lento de la trama en el que se adivina el caos que va a provocar Hrundi V. Bakshi.
Un papel genial con una bondad y una inocencia que nos hace empatizar con este simpático indio con su carácter amable y su manera tan peculiar de ver la vida, "treinta días tiene noviembre con abril, junio y septiembre, veintiocho sólo hay uno y los demás treinta y uno".

Escenas inolvidables como la caída del tejado, aún recuerdo como me reí la primera vez que la vi. La imagen sentado en la mesa en una silla baja es por si sola muy cómica. La canción que canta Michelle, mientras Hrundi busca el wc, cuando se encienden los aspersores en el jardín, la voladura del fuerte y sobre todo me hace mucha gracia como se aleja de la escena del "crimen" y aparece en la otra punta de la casa.

Todos los actores están muy logrados, el general, el director, el mayordomo y todos los invitados. El film es un ejemplo de como convertir una fiesta aburrida en una fiesta inolvidable. La cinta aparte de una comedia desternillante tiene un fondo de critica social a la superficialidad de Hollywood, donde donde la gran mayoría de los invitados ignoran los episodios que plantean las personas que no estan en la industria del cine, los enfrentamientos entre el camarero y el mayordomo, los gags del mismo Hrundi. Es evidente la diferencia de clases sociales e incluso se denuncia el tema del acoso sexual a las actrices por los poderosos de la meca del cine. En 1968 Blake Edwards toco un espinoso tema que esta ahora tan de actualidad, cincuenta años después. El director C.S. Divot es el perfecto Harvey Weinstein. Una vez mas la realidad supera a la ficción.

Puedo entender las malas criticas que he leído de sobre esta gran película, es un poco lenta y puede no gustarte el humor gestual que practicaba Peter Sellers, pero no a todos nos gustan las mismas cosas. A mi me parece una genialidad del cine, que no ha perdido con el paso de los años.
Inolvidable la música de Henry Mancini, que gira en torno al tema principal Nothing to lose. La verdad es que me gustan hasta los títulos de crédito.

¿Un hindú educadísimo, correcto, amable, generoso, abstemio, no fumador, prudente, buena persona...puede causar el cataclismo más absoluto, destruir el Universo?
Según El guateque (The party, 1968, Blake Edwards) es causa necesaria e irremediable. El embrión del que nacerá el caos en una vorágine imparable de desgracias sucesivas que ocurren una tras otra hasta acabar con el orden establecido.

En esta explosiva mezcla de factores, vemos un personaje fuera de lugar, en el sitio y momento equivocado, la Ley de Murphy y un inesperado ejército de "ayudantes", muy eficaces en su tarea de generar el desastre. Entre ellos, destaca el camarero borrachín (Steve Franken) que "aprovecha" las copas que los invitados a la fiesta van rechazando (o ni siquiera hace falta que pase eso), una rubia también ebria, gente de postín con un fondo ético cuestionable, un grupo de música y baile ruso, la pandilla de chicos jóvenes con ganas de liarla parda y hasta un pequeño elefante pintado a la moda hippie de los años '60. Todos ellos serán los participantes activos de la fiesta organizada en la lujosa casa de los Clutterbuck (su patriarca es el ricachón frío, clasista y fumador de grandes puros habanos Fred, interpretado por J. Edward McKinley) en la que el buenazo de Hrundi V. Bakshi (el genial Peter Sellers) irá interactuando con los diversos personajes, siempre ninguneado (ha sido invitado por error a la fiesta) por todos ellos hasta que conoce a la jovencita Claudine (Michel Monet) que es de los pocos personajes éticamente intachables y con la que forjará una decorosa amistad. Ella interpreta el tema, compuesto por Mancini y Don Black "Nothing to lose" en una de las pocas escenas "de calma" de la película.

El guateque es una historia hilarante, absolutamente descacharrante de gags, no todos protagonizados como ya mencioné por Sellers, ideada por B. Edwards (con quien también trabajó en La pantera rosa y también con música de Henry Mancini). Como curiosidad, mencionar que el rodaje entre ambos, director y actor fue muy tensa, no tenían buena relación personal en ese momento. De hecho, decidieron no volver a rodar juntos a pesar del éxito de la saga de La pantera rosa.

El guateque es de esas comedias que se recuerdan con agrado. Es la carcajada asegurada en la que el espectador se va preguntando continuamente ¿Qué más puede salir mal en esta fiesta? Y sí, algo sale mal y complica todavía más la situación, en principio ordenada y bajo control.

En fútbol nunca se se dan grandes premios a los porteros ni defensas ni en Cine a las comedias pero El guateque demuestra, una vez más, que lo genial no tiene por qué ser un gran drama, ni tener mensaje, ni ser virtuoso. Basta con un guion acertado, bien dirigido e interpretado e inspiración.
Y talento.

¡Que la disfruten!

Bajo mi punto de vista, esta es la mejor comedia que he visto nunca y la película con la que más me he reído. No obstante, a poco que rasquemos un poco, hay un poso de tristeza y soledad en los personajes que interpretan Peter Seller (¡qué está fantástico, como de costumbre!) y Claudine Longet. Posee este film muchísimos momentos inolvidables (no voy a especificar ninguno, por si acaso), con secuencias delirantes precisas y medidas en su ritmo. Para mí es la obra maestra de Blake Edwards y su mejor película, sin duda.

¡Cómo me identifico con el personaje tímido de esta película! La idea de que proviniera de un país exótico con cultura muy diferente a la de los Estados Unidos de los años sesenta era su justificación para comportarse de manera anormal, pero lo cierto es que yo he sido como él antes de volverme un huraño renegado. Me hace gracia que se comporte igualito a mí cuando mi timidez entre las gentes no me dejaba ser yo mismo: poniendo caras con sonrisa forzada, no saber qué decir... En fin, patético como él. Sin embargo, es adorable cómo la película encuentra belleza en un ser como ese, con apariencia simpática, por muy torpe que sea. Así que desde el minuto uno podemos considerarlo como el único personaje cuerdo en un mundo de avariciosos, por muchos desastres que su torpeza le lleve a causar.

Solo hay un personaje que, como el espectador, ha encontrado belleza en él, una actriz francesa que depende de complacer a su machista pareja para que le consiga papeles ambiciosos, pero cuando conoce al protagonista es como si sus problemas complejos se fueran volando con su compañía simple y frágil. Hay un nivel de realismo en esa narración sublime. Cierto que esta película parece que solo trata de una fiesta que va perdiendo su seriedad, pero esos detalles tan naturales encumbran a esta comedia sobre otras.

Cierto también que según va acabando ha perdido fuerza cómica, pero porque el personaje protagonista se ha redimido al final de la fiesta, ya no es un payaso, es una persona con dignidad.

Los gags cómicos son naturales, no son forzados, y eso los hace más graciosos. Se ven muy realistas debido a esa naturalidad.