Blue Valentine

Una buena idea, una buena dirección, un buen guión, unos buenos actores, una BSO realmente buena son, entre otros, los ingredientes de este drama romántico.

Historia dividida sobre una pareja: Por un lado, como, después de unos años de relación hay nubarrones sobre sus cabezas y él toma una decisión (mejor o peor está por ver) de relanzar la pasión en un hotel temático. La habitación, sea dicho, es de traca, pero él quiere intentarlo, ¿qué quiere ella?.

La otra parte está en el cómo se conocen, él, un recién llegado trabajando como mozo de mudanzas; ella, una estudiante que comete un error con un chico... Fruto de la casualidad o el destino, sus caminos convergen, él lucha por ella, ella tiene dudas, muchas dudas... y en el final tenemos en que acaba todo esto.

Magníficas actuaciones, ambas; aunque Michelle Williams está un escalón por encima de un Ryan Gosling muy cómodo en su papel.

La historia duele de lo realista que es. Hay que reconocerlo: él es lo que es, no es el más listo, en romanticismo "general" anda cojo, se le va la fuerza por la boca, pero destila amor por los cuatro costado. Él quiere a la chica y luchará por ella, haciendo lo necesario para que la relación siga. Ella creo que se considera algo superior a él, como si "la pillara en un momento bajo" y haya aguantado todos esos años porque "pocos tipos pudieran soportar lo que ella había pasado", pero me parece una absoluta egoísta.

Es una historia de chico conoce a chica... pero no es una historia de amor.

Con un par de años de retraso llego a la cartelera, el primer trabajo de Derek Cianfrance.

La espera mereció la pena, pues su relato sobre una relación cualquiera, es desgarrador y real, a la vez de tener sus puntos románticos, sus momentos de nube y sus momentos drama.

Clara química entre ambos protagonistas que hacen creer la relación entre ambos, pese a que el tema no sea original si la manera de ser tratado, nos muestra ese prometedor inicio de pareja y su desenlace final tortuoso, donde encontramos las idas y venidas, en el cual se rompe el espejismo sentimental.

Blue Valentine’ es una película dramática estrenada en diciembre de 2010 en Estados Unidos y dirigida por Derek Cianfrance que también está a cargo del guión en colaboración con Joey Curtis y Cami Delavigne. El reparto destaca por la pareja protagonista Ryan Gosling y Michelle Williams. Dos años más tarde se estrenaba ‘The place beyond the pines’, película que reúne nuevamente a Cianfance y Ryan Gosling. En 'Blue Valentine' ambos actores son artífices de una química que logra atraparnos, factor que resulta esencial al momento de adentrarnos en el mundo de la pareja de Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams), ya desde los primeros minutos estamos ahí con ellos. Si logramos traspasar la pantalla, compartiendo -y sintiendo- con Dean y Cindy, nos sumergimos en un remolino de emociones de 112 minutos llamado 'Blue Valentine'. Con una fotografía a cargo de Andrij Parekh, que parece acompañar las situaciones de amor y desamor en las que priman las tonalidades cálidas/brillantes y frías/oscuras, respectivamente. La banda sonora resulta adecuada en el mismo sentido, ya que también juega en ese contraste. Cabe destacar que Ryan Gosling escribió algunas de las canciones que componen la BSO e interpreta 'You always hurt the one you love' compuesta por Doris Fisher y Allan Roberts, dando resultado a una de las escenas más emblemáticas y representativas de 'Blue Valentine': mientras Cindy baila llena de felicidad, la letra entonada por Dean al compás del ukelele parece encerrar un presagio. Pero volveremos a ello luego.

Uno de los puntos más fuertes de 'Blue Valentine' es que en base a un argumento simple, los protagonistas logran generar nuestra empatía, ya que refleja situaciones realistas y cotidianas que podría experimentar cualquiera de nosotros en algún momento de la vida. Vida que no es perfecta, amor que no es perfecto: con Dean y Cindy vemos cómo se transita ese camino. Al ser testigos del deterioro progresivo de un matrimonio, no podemos evitar reflexionar sobre los temas mencionados: ¿qué es el amor? ¿lo que une a las personas es aquello que luego los separa? ¿amar es sufrir y sufrir es amar?. En la historia de Dean y Cindy –como en la vida misma- no todo fue tan malo, ellos se conocen y se enamoran, se casan y tienen una hija. Pero el tiempo pasa, todo se desgasta y eso lo vemos en las actitudes, el rechazo, las discusiones y en el aspecto físico de Dean y Cindy, que se han convertido en personas sin color, vencidos por el cansancio y la rutina. Luego de estar juntos durante siete años, Cindy ya no siente la pasión que la unía a su marido. Dean se desespera por recuperar a su mujer, pero irremediablemente la relación se ha malogrado. Allí aparece lo que yo llamo el lado b, el reverso, el negativo de la tan conocida 'The Notebook' (protagonizada también por Ryan Gosling), no me detendré en el análisis de esta, pero quienes la hayan visto podrán hacerse una idea de qué quiero expresar con respecto al contenido que diferencia a las dos historias.

Volviendo a 'Blue Valentine', resulta importante destacar la frescura que invade los días de amor entre Dean y Cindy, todo parece tan natural y fluye como un lindo sueño. El abismo en el que caen esos días, también son reflejados de manera natural, en este caso de una manera profunda, pero cruda, angustiante y nostálgica a la vez. Un sueño convertido en pesadilla. El amor convertido en ruinas de lo que fue. 'Blue Valentine' nos remite a los amores románticos y trágicos de la literatura, como ejemplos mencionaré 'La muerte en Venecia' de Thomas Mann, 'Lolita' de Vladimir Nabokov y 'El gran Gatsby' de Scott Fitzgerald. En las mencionadas novelas, Aschenbach-Tadzio, Humbert-Lolita y Gatsby-Daisy, respectivamente, no pueden perpetuar su amor, ya que siempre se impone el abismo que los separa del ser amado. En el cine, son Dean-Cindy quienes transitan ese descenso. Con sus actuaciones, Gosling y Williams consiguen llevarnos por una montaña rusa de emociones: de la ternura a la obsesión, de la calidez a la desesperación, de la calma a los sacudones de esas escenas tan reales donde surgen la tensión y las lágrimas de Dean y Cindy y, ¿por qué no? las nuestras. Recordemos ahora una de las primeras escenas, cuando Dean y Cindy se conocen, mientras bailan y cantan, una sonrisa se dibuja en sus rostros y en los nuestros. Es el momento en el que escuchamos una canción escrita por Doris Fisher y Allan Roberts, el propio Gosling es quien nos sorprende con sus destrezas musicales como intérprete, mientras hace sonar los acordes en el ukelele, entona la agridulce ‘You always hurt the one you love’… tal vez allí, en esa melodía, estaba el indicio de toda esta historia. Como lo expresó el escritor, antropólogo y pensador francés Georges Bataille: somos seres discontinuos, individuos que mueren aisladamente en una aventura ininteligible; pero nos queda la nostalgia de la continuidad perdida.

Les aconsejo que no se pierdan la oportunidad de ver 'Blue Valentine'. Aunque duela, se debe correr el riesgo. Un riesgo: eso es la vida, eso es el amor, la historia de Dean y Cindy. Porque no es un cuento de hadas, porque se parece más a una tragedia. No todas las historias tienen finales felices. 'Blue Valentine' nos muestra una realidad, sin maquillajes, sin máscaras y nos hace estremecer. Al fin y al cabo, es una historia de (des)amor. El amor, sin dudas, de alguna manera está ahí. Tal vez aprendamos que el resultado puede ser un corazón roto, pero vale la pena porque significa que estás vivo. Tal vez aprendamos que debemos enfrentar los impactos más duros, los que más nos marcan. Como a mí me ha marcado esta película...

Mi nota:
9/10

http://bloodstab.blogspot.com.es/2015/10/blue-valentine.html

Después de haber visto hace unos días Gertrud de C.T. Dreyer y la búsqueda depresiva del amor absoluto esta historia de amor real me pareció una delicia, sincera en el aspecto técnico y en el guion, y lógicamente desagradable como cualquier historia de desamor con el recuerdo del amor pasado.

Con la técnica de cámara al hombro y grabando cerca de los personajes consigue dar ese ambiente perturbador que vive la propia pareja, donde pase lo que pase suelen estar a disgusto. No me gustan este tipo de películas grabadas de este modo desagradable aunque si esta justificado es en esta historia.

El personaje magistralmente interpretado de Dean (Ryan Gosling) como pesado marido, casi acosador y metepatas, a veces desaseado, pero que cae bien porque su intención "parece buena", que hace todo lo posible por recuperar el amor de una mujer que ya no lo quiere y que le pierde más y más el respeto, y de Cindy (Michelle Williams) una mujer que esta harta de decirle en la cara que no lo quiere pero que sigue ahí durante un tiempo, acosada y enfadada, son padres de una niña encantadora que ve sin enterarse bien del por qué actúan como actúan.

He leído otras críticas contradictorias entre sí y uno se siente identificado con todas, porque cuando ya hay malas vibraciones uno debe cortar porque todo lo que uno intente solo conseguirá fastidiar y generar más rencor.

Cuando pensé que ya tendrían que haber pasado las dos horas, y que el término de la película ya debería de estar al caer me cercioro de mi conjetura, y veo... ¡que aún queda otra hora entera más!

Madre del amor hermoso, no os podéis ni imaginar lo que sufrí para terminar de ver esta película. No por los protagonistas, está claro; me resultaba imposible empatizar con ellos, el amodorrado ritmo empleado en narrar la historia y los histriónicos chillidos que desprendían cada quince minutos eran la causa, sino por lo aburrida y desagradable que me estaba resultando la sesión. Las escenas son lentísimas, la cámara enfoca desde muy cerca, resultando esto molesto. De hecho toda la película resulta molesta. La estética persigue transmitir realismo pero lo único que logra es causar desagrado.

No es necesario dotar al guión de episodios creativos que resulten dignos de interés, lo importante es que tiene que haber momentos en los que haya bronca y punto. ¿Motivos? No importan. Necesitamos carne de sensacionalismo apto para el público hipster que va a degustar nuestra obra. Los tics de los personajes los convierten en odiables, están llenos de contradicciones provocativos para insertarse a la fuerza en nuestra retina. Él es feo pero se nos le quiere hacer ver como a un tipo con estilo, luce tatuajes, esas ridículas gafas de sol, o sea un tío guay, pero se le inyecta la vena borde que saca a relucir sin otro particular. Ella tiene cara de asco todo el rato. Cuando se conocen es algo más soportable, pero hay escenas de cursilería y de un ridículo que entran ganas de echar la pota. La dirección me parece insoportable todo el rato sin excepción. Persigue ser moderna, rompedora e innovadora pero su único logro es el de provocar náuseas.

Soporífera. Una verdadera tortura de la que podéis prescindir.