Noviembre

Otra película que no deja iniferente a nadie. La vi hace tiempo por primera vez, después la he vuelto a ver tres o cuatro veces más y cada vez me parece más grande. Para muchos como yo, se ha convertido en una película de culto. Hablar de Noviembre es emocionarte y sentir ganas de ver cine. Creo que a Óscar Jaenada le debían un goya por Noviembre que, justamente, por la interpretación portentosa en Camarón, le restituyeron. Gran Actor, de lo mejorcito que hay por aquí cerca.

Sin duda una obra de culto para todo aquel que, aun siendo consciente de la utopía, confía en la supremacía del arte por encima de cualquier veneno consumista.
Este film de Achero Mañas (tal vez más puro que "El Bola" por haber sido un regalo para un público mucho más minoritario) hace revivir unos sueños que parecen, en nuestra generación, quedar enterrados en la memoria de nuestros padres. Lejos de un mayo del 68, para los jóvenes que crecimos con las bohemias letras de viejos cantautores, que lloramos viendo Hair o seguimos visitando los vestigios del París de principios de s.XX, esta película supone un canto a la esperanza (aunque esta esperanza se vea truncada con un final tan trágico y romántico como el de Noviembre. ¿Tal vez poco realista? sí, ¿y qué importa? es parte del idealismo del arte, que traspasa el argumento teatral y se cuela en el guión con férreas raíces).
Encarnado por Oscar Jaenada , con una buena interpretación(sin duda, éste es uno de sus mejores trabajos), el protagonista, supone todo aquello que nos gustaría llegar a ser, no sólo para quienes se suben a un escenario sino para todos los que nos dedicamos a una rama del arte (literatura, pintura,fotografía o cualquier impulso creativo que llevemos a cabo).
Una película que cambia vidas.

Lo que pude salvar a la película es la carga de emotividad que te acaba afectando, especialmente al final. Pero por lo demás es flojita y a veces bastante falsa.

El hecho de narrarlo como si fuera una historia real sólo ayuda a la carga de emotividad, y quizá a dar a entender que sí existen grupos de teatro independiente. Pero se les trata bastante mal en la película, ya que el mensaje es "o te mueves hacia el teatro comercial o no tienes nada que hacer". Es un mensaje enormemente derrotista, desesperanzador y falso. Yo conozco grupos de teatro independiente en mi ciudad y no es la paranoia que meten en la película, ni mucho menos. Se hace teatro social (con las carencias políticas que puede tener cualquiera, unas veces más acentuadas que otras) sin las movidas que se narran en la película. Ojo, los habrá así... y entonces el final de estos será muy similar al que narra el film, pero estoy convencido de que no son la mayoría.

En definitiva es una película que se puede ver (grandes interpretaciones, por cierto), pero cuyo mensaje es bastante detestable.

Un film de gran belleza que hace que te sumerjas en una atmósfera distinta a otras películas asemejándose a la estructura de un documental como ya hiciese Woody Allen en "Zelig".

Ante todo me ha gustado la película porque nos plantea una cuestión interesante, que podríamos aplicarla a cualquier campo: "¿realmente para ser buen actor se tiene que interpretar guiones?". Creo que cuando terminamos de per la pelícua nos surge una reflexión obligada concerniente a esta pregunta: "lo que toda la vida nos han enseñado, ¿es realmente así en realidad?".

Sin duda un largometraje fascinante, con una escena que se me quedará grabada para siempre con la marioneta del vagabundo con esa música de fondo que hace que se te encoja el alma... Me lleve una grata sorpresa al visualizar esta obra

Si yo lo entiendo: es muy difícil hacer una película de temática comprometida, que deje satisfechos a los amantes del cine social, con un punto de rebeldía post-adolescente, provocadora pero de fácil visionado, de izquierdas pero no izquierdosa, idealista pero no imposible, que quede entretenida y que, para colmo, consiga que gente como yo la tilde de perroflaútica. Y no se trata de un problema de ideología, porque yo tiendo al zurderío, sino del peligro de usar el cine como panfleto y salir airoso; se puede hacer, y puede quedar hasta bien, pero hay que tener muuucho más talento que Achero Mañas y sus guionistas para conseguirlo. Al final solo quedan las extravangantes andanzas de unos actores comprometidos (decirlo con voz interesante), que no aburre pero que que no activa ninguno de los resortes que debería, por lo que se queda en la mera anécdota.